Capítulo 49: La promesa de un baile

1 1 0
                                    

Cuando entro a la escuela casi no la reconozco, está llena de carteles azules brillantes que con letras enormes hablan sobre un baile de invierno. Camino viendo a la gente emocionarse y hablar animadamente, supongo que es el poder que tienen los bailes sobre los adolescentes.

Tú también deberías emocionarte —me dice Uno.

Lo haría si fuera una persona normal —grita Rojo.

Solo es una loca que no sabe fingir muy bien —dice Negro.

Estos últimos días han estado especialmente insoportables eso dos, gritan demasiado y me están haciendo quedar como una verdadera loca en todos lados cuando me tapo los oídos para intentar callarlos. Por su culpa he estado más en la sala de la psicóloga que en mi salón de clases.

Alguien se acerca —me advierte Ocho.

Segundos después siento un brazo rodear mi cuello en forma de un abrazo. Estas coincidencias a veces me hacen pensar que Ocho sí es real, que es algún tipo de fantasma que me sigue y me advierte sobre lo que pasa alrededor.

—Se acerca el baile, ¿no están emocionadas? —dice Maddison.

—Lo estaría, pero los bailes son horribles, sobre todo porque nadie me invita —le responde Alice.

—Nunca he ido a un baile —respondo sin muchos ánimos.

—¿Qué? —Maddison se detiene y quita su brazo de mis hombros— ¿Cómo que nunca has ido a un baile? —se para frente a mí y me ve con el ceño fruncido.

—Bueno, en mis anteriores escuelas no los hacían, creo.

—¡No puede ser! Si este será tu primer baile, entonces tiene que ser especial. Así que no esperaremos que un chico tonto nos invite, haremos un pacto aquí y ahora para establecer que iremos las tres juntas.

Maddison pone su mano enfrente de ella. Me encojo de hombros y pongo mi mano sobre la suya, no tengo nada que perder y me gusta pasar tiempo con ellas. Aparte planeo apoyar todas las ideas que proponga para mantenerla feliz y viva.

—¿Tengo que hacer eso? —Pregunta Alice haciendo una mueca de asco.

—Es muy necesario, es nuestro pacto.

Maddison tiene un poder de convencimiento muy grande, logra que Alice venza sus obsesiones y compulsiones y ponga su mano sobre la mía sin asegurarse tres veces de que esté completamente limpia. Maddison sonríe con orgullo, Alice quita la mano y corre por el pasillo.

—¡Voy al baño!

—No te lo tomes personal, no es por tu mano, haría eso con la de cualquier persona —dice antes de continuar su camino.

—Tal vez no debiste obligarla a que hiciera eso.

—No la obligué, solo le dije que era importante que lo hiciera.

A veces me parece muy raro unificar a la Maddison que quiero con la que vi en el baño intentando suicidarse. Estoy llegando a considerar que no son la misma persona realmente y que hay una mujer muy depresiva que se disfraza de ella de vez en cuando. Tal vez sea un fantasma que la posee o un alien que se está haciendo pasar por ella, pero definitivamente no son la misma persona.

Estás loca —me dice Negro de una manera demasiado despectiva.

El club de los trastornadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora