Capítulo 92: Intentando entender la locura

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El receso está por terminar, así que me levanto de las gradas de soccer, lista para ir a mi salón. Bajo de las gradas y camino hacia el interior de la escuela. Hoy es un día agradable, el sol brilla de una manera tan linda que el aire se siente cálido y reconfortante. Cierro los ojos y me lleno del aroma del sol.

—¿Siempre eres rara? —abro los ojos y veo a Ethan junto a mí, está sonriendo—. Creo que ahora lo entiendo, eres una criatura del día, por eso no te gusta la luna.

—Te dije que es porque siento que me persigue.

—Hablando de eso, ¿qué tipo de esquizofrenia tienes?

—Pues, cuando me diagnosticaron ya no se usaban las clasificaciones de la esquizofrenia. Tampoco creo encajar por completo en alguna.

—¿Ya no se usa? En internet aun aparece.

—No te guíes de las primeras páginas que encuentres. Revisa fuentes oficiales.

—Justo como dicen los maestros —entramos en la escuela y seguimos caminando hacia el salón.

—Exacto.

—Bueno, siguiente pregunta, ¿qué tipo de alucinaciones tienes?

—Sobre todo auditivas, son cuatro voces y Maddison.

—Pero ella es una mezcla, ¿no?

—Exacto, también es visual.

—¿Has tenido alucinaciones de otro tipo?

—Aún no.

—Bien, mencionaste cuatro voces, ¿me hablas de ellas?

Me detengo en la entrada del salón y lo miro confundida.

—¿Para qué quieres saber?

—Me da curiosidad —confiesa.

—Bueno —sigo caminando hacia nuestra mesa, en el salón no hay nadie aun—. Cronológicamente, la primera se llama Uno, es como una mujer.

—¿Ella que te dice?

Pienso en la respuesta mientras me siento en mi silla.

—Es complicado, hace de todo un poco. Me defiende del resto de voces, me da ordenes o consejos, a veces me regaña y muchas veces me dice lo que las personas sienten.

—¿Te ha dicho algo sobre mí?

¡Que te bese!

Frunzo los labios por su respuesta, evidentemente no le diré eso, Uno.

—¿Te acaba de decir algo?

—Sí, a Uno le agradas, mucho.

—¡Genial! —lo veo sonreír, como si agradarle a una de mis voces fuera lo más importante en su vida—. ¿Qué otra voz?

No hables de mí —dice Ocho, sonrío.

—Ocho, es el paranoico del equipo. Él se encarga de decirme que tenga cuidado, que corra de los peligros y que no hable de las cosas que me harán ver loca o que me meterán en problemas.

—¿Qué dice sobre mí?

¡No le digas nada más!

—Te tiene miedo, dice que eres peligroso. No quería que te hablara sobre él.

—Me agrada Ocho —sonríe—. ¿Quién sigue?

No hables, hay gente en el salón, quedarás como una loca —dice Ocho.

¡Date cuenta que ya no te hace caso! —le grita Rojo.

Hará lo que Ethan quiere porque lo quiere y le teme —susurra Negro.

El club de los trastornadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora