Capítulo 72: Semestre nuevo

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Voy medio dormida todo el camino, ya me había desacostumbrado a levantarme temprano. El camino a la escuela es lento, escucho a mi madre preguntarme algunas cosas, pero yo no le hago mucho caso, estoy demasiado cansada.

Hoy será un mal día —dice Rojo.

Lamento decir que es verdad, nos la pasaremos todo el día solos —agrega Uno.

Pero que pesimistas son todos ellos —escucho la voz de Maddison, creo que está en la parte trasera del auto.

Bueno, tal parece que ella también los escucha. El debate de mis voces y Maddison me hace levantarme, justo a tiempo para ver la entrada de mi escuela. Este inicio de clases no es nada parecido al del semestre pasado, en esta ocasión me siento mucho menos animada. Uno tiene razón, voy a estar completamente sola.

El lado positivo es que volveremos a ver a Ken —dice Maddison.

Pero eso no tiene nada de positivo. En esta escuela no queda nadie que me agrade, ni nadie a quien yo le agrade. Mi madre se detiene frente a la escuela y voltea a verme.

—¿Lista?

—Para nada.

—Te irá bien

No creo —dice Uno.

Andando, hay que atormentar gente —dice Maddison saliendo del auto.

—Cualquier cosa, sabes que puedes llamarnos. Te amo —volteo a verla.

Ella está sonriendo con tristeza. Me acerco y le doy un beso en la mejilla.

—También te amo.

Salgo del auto, tomo mi mochila, cierro la puerta del auto y camino hacia la puerta de la escuela, ahí veo a Maddison esperándome. Llego a la entrada y ella me sigue por el pasillo.

¡Ahí está Ken! —dice señalándolo.

—Él y yo ya no hablamos —susurro.

¿Qué ¿Por qué? —grita agudamente.

Eso me hace entrecerrar los ojos, aquí no puedo taparme los oídos porque voy a parecer loca frente a los demás, algo que no quiero parecer el primer día de clases.

Camino hacia mi casillero, guardo algunas cosas y voy a mi salón de clases. Según el horario que me mandaron me sigue tocando en el mismo salón que el semestre pasado.

—Hola —me dice Kenneth.

¿No que ya no hablaban?

Esto va a ser difícil, ella me habla de la derecha y él está a mi izquierda. Lo recomendable es ignorar lo que ella me diga, pero puede llegar a ser muy irritante cuando se lo propone.

—Hola —le contesto sin muchas ganas.

—¿Cómo fueron tus vacaciones?

—No tan mal.

—¿No te divertiste en casa de tus tíos?

—Podría decirse que un poco.

—¡Hola, chicos! —Hannah llega hasta donde estamos y se pone junto a Kenneth— ¿De qué hablan? ¿De las vacaciones? ¡Las mías fueron grandiosas! Fui a esquiar con mi familia y fue muy divertido. ¿Ustedes?

—Yo estuve en casa de mi abuela, pero no hicimos gran cosa.

—Tú te la pasaste bien, ¿no, Every? —no sé que contestar, por suerte ella sigue hablando—. Vi esa foto, ese chico es muy guapo y se veía mayor, ¿quién es?

La miro con el ceño fruncido, ¿de qué habla?

¡Es obvio! De tu guapo primo Oliver. Tal vez no me hubiera suicidado si me lo hubieras presentado.

No puedo evitarlo, volteo a verla con el ceño fruncido, no puedo creer que hable en serio. Regreso rápidamente mi mirada a los otros dos, parece que no notaron nada, están demasiado ocupados hablando con otras personas. Ambos son tan populares que a cada rato alguien les pregunta como fueron sus vacaciones. Gracias a eso puedo huir de ellos y llegar al salón sin que me sigan. Al entrar se siente raro no ver a Alice sentada en su lugar.

¿Alice llegará tarde?

—Alice ya no estudia aquí —puedo decirlo en voz alta porque no hay nadie.

¿En serio? Esto se ha venido abajo desde que dejé la vida.

—Eso es exactamente lo que yo he sentido.

Camino hacia mi mesa, antes la compartía con Maddison y como no creo que este semestre alguien se quiera sentar junto a mí, pongo mi mochila sobre la silla pegada a la ventana y me siento en la otra.

¿Dónde me sentaré yo?

—¿Para que quieres quedarte aquí? Ya no tienes que ir a clases, diviértete afuera.

Mi existencia se limita a lo que tu imagines, así que me tendré que quedar aquí. Sirve que te hago compañía, estás muy sola.

La gente empieza a entrar, así que no puedo contestarle nada. Quito mi mochila del asiento y la pongo sobre la mesa. Maddison se sienta en la silla, como antes. La miro y sonrío, es casi como si hubiera vuelto.

Espero que este día no sea tan aburrido.

—Yo también —susurro.

El club de los trastornadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora