Capítulo 100: La psiquiatra que siembra una duda

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Al entrar al consultorio de mi psicóloga me siento en el diván. Ella camina con el ceño fruncido y se sienta en su lugar frente a mí.

—¿Pasa algo? —me pregunta.

—Mi madre está molesta conmigo.

—Sí, me hablaron de tu escapada de la otra vez.

—Salí con Ethan y ahora me prohibió juntarme con él.

—¿Te molesta?

—Sí, ni siquiera lo conoce.

—Tú me dijiste hace no mucho que no lo considerabas un amigo, ¿qué ha cambiado?

—No le dirá a mis padres, ¿verdad?

—Sabes que no.

—Él entra en mi cuarto todas las noches.

—¿Cómo? —no parece estar juzgándome.

—Por la ventana.

—Pero tu cuarto está muy alto, ¿cómo lo hace?

—No sé.

—¿Qué hacen en tu cuarto?

—A veces solo me hace compañía mientras estudio o hago tarea. En ocasiones se duerme, pero casi siempre hablamos de todo un poco. Él me ayudó el día que Rojo y Negro me dijeron que me cortara, él fue quien tiró todo en mi cuarto para hacer ruido y alertar a mis padres. También pasó la noche de mi cumpleaños conmigo.

—¿Tus padres saben que ha estado ahí?

—No y no quiero que sepan.

—¿Estás segura de que todo eso pasó de verdad?

No —dice Uno.

—Sí.

—¿Segura?

—No.

—No tiene mucha lógica que pueda subir a tu cuarto ni que tus padres nunca se hayan dado cuenta.

Parpadeo varias veces, ¿fue real o solo pasaba en mi cabeza? Ahora estoy muy confundida. Me acuesto en el diván y me quedo viendo el techo, tratando de repasar los hechos y encontrar pruebas irrefutables de que todo eso fue real.

El club de los trastornadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora