Capítulo 57: Intentando entender

3 1 0
                                    

Veo el techo del consultorio de mi psiquiatra mientras espero que vuelva, supongo que mis padres deben estar contándole lo que pasó con Maddison. Aun no puedo creer que sea verdad, ella estaba bien.

¿Segura? —me pregunta Uno.

La puerta se abre, volteo y veo a mi psiquiatra entrando al consultorio, se sienta en su lugar, toma su libreta y empieza a tomar notas. Regreso mi mirada al techo y espero mientras ella termina de anotar. Debe estar decepcionada de mí, le dije que iba a ayudar a Maddison y no pude detener que se matara.

No sirves para nada —me dice Rojo.

Es verdad.

—¿Cómo estás? —la volteo a ver, no esperaba que me preguntara nada aún.

—No lo sé. Supongo que mis padres ya le contaron.

—Claro, me dijeron los hechos, pero yo quiero saber que sientes tú por todo esto.

Miro la puerta un segundo buscando una respuesta y regreso mi mirada a ella.

—No estoy muy segura de lo que siento porque aun no puedo asimilar que sea verdad.

—Me dijiste que lo intentó frente a ti, ¿por qué no puedes creerlo?

—Porque estaba bien —comienzo a enojarme, así que me siento en el diván—. Me invitó a su casa, conocí a su madre, fuimos a ver vestidos, íbamos a ir al baile juntas.

Siento algo en mi mejilla, paso mi mano y siento agua. Miro el techo en busca de una gotera.

—Entiendo tu enojo, ¿sientes que ella te abandonó? —sus preguntas me están molestando.

—¡Siento que yo le fallé! —grito—. Yo debía detenerla, debí haber evitado que se suicidara porque yo era la única interesada en que siguiera con vida.

Siento más agua rodando por mis mejillas.

—¡Soy una completa inútil! ¡No puedo hacer nada bien! Supongo que Negro y Rojo siempre han tenido rázon.

Siempre te lo hemos dicho —dicen ambos.

—Every —ella se acerca a mí con una caja de pañuelos y se sienta a mi lado—, eres solo una niña, tú no tenías que hacer nada para salvar a tu amiga.

Ella no lo entiende, nunca lo entendió. Igual que Kenneth y Alice, nunca fue importante para alguno de ellos que Maddison continuara con vida con nosotros.

Eso también te lo advertimos —me dice Uno.

La psiquiatra sigue hablando, pero su voz no llega a mí, como si alguien la hubiera muteado. Miro alrededor de la sala, supongo que nada de esto vale la pena. ¿Para qué seguir llorando o riendo si ella no está aquí? ¿Para qué seguir existiendo?

Te dijimos que te queda una manera para estar con ella —dice Rojo.

Puedes seguirla a lo desconocido —susurra Negro.

Puede ser, no me queda nada ni nadie que valga la pena.

El club de los trastornadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora