La Mariposa Cósmica

Capítulo 27: Kaede vs Hanami-Sol vs Universo 3ª Parte

La batalla continuaba entre las dos intercambiando golpes a través de nuestras armas espirituales a grandes velocidades sin darnos el lujo de perder, cada una seguía el camino de la la lanza o cuchilla de la otra sin detenernos y por tanto ninguna quedaba herida, la diferencia era que al ser mucho más rápida Hanami tenía que concentrarme más en la defensa y no me daba tiempo a contraatacar, y en algunas ocasiones cuando lo hacía siempre se defendía de manera increíble con la magnitud de su filo, simplemente era demasiado difícil el poder herirla a propósito y como si hubiera predicho mi patrón de ataque. 

--Muy bien Kaede, lo haces demasiado bien, pero esta batalla ya está durando mucho, y tampoco puedo permitir que me ganes. Por eso… voy a acabar contigo y aquí ahora, lo siento pero es natural que una semidiosa universal gane a la del sol, es cuestión de talento y entrenamiento distintos.--Me señaló al momento en el que iba a realizar otro ataque, entonces enfocando todo su poder divino a través de su mano izquierda realizó un disparo en forma de láser que perforó todo mi estómago con gran rapidez hasta verse un gran agujero y escupiendo así sangre en el instante de la ejecución. 

--Aún no...he terminado, siempre hay una oportunidad que se puede aprovechar…--Le recalqué con una sonrisa para aguantar la herida y tratar de disminuir el dolor con ayuda de la respiración, entonces pude volver a tener el control de mi cuerpo para seguir luchando. 

————FlashBack————

Ahora mismo me encontraba dentro de una cascada sentada con toda mi ropa mojada y con el sol en el cielo, aunque parecía que hacía calor el frío era lo único que podía sentir ya que aunque en sí había entrenado mi cuerpo para estar a las bajas temperaturas, mi maestra había bajado todo el calor corporal de mi cuerpo hasta así sentir un puro frío del que podría morir de gravedad. 

--No te rindas, en un día tienes el combate contra Hanami y esto no es nada para lo que debes aguantar, ¿no sabes que el sol puede aguantar y desintegrar todo a su paso?--Me decía con dureza mi maestra mientras estuve aguantando el agua caer y sentir un resfriado, en sí me entrenaba no sólo para aguantar las bajas temperaturas, sino que mi cuerpo sea como una coraza que resista todo el dolor grave o leve, que pueda continuar sin depender de mi curación solar. 

--Lo sé, lo intento, pero… no puedo, esto es imposible.--Me quejaba un poco irritada por el frío y por una posible congelación total en mi cuerpo, supuestamente el estar en zonas nevadas era una cosa, pero ahora era pura destrucción y empezaba a desistir de aquel entrenamiento. 

--No se trata de ser más débil o más fuerte, de ser resistente o ser frágil, obviamente tu cuerpo no resistiría a estas temperaturas, ¿pero sabes algo? Tienes una fuerte afinidad con la naturaleza, y eso me llega a sorprender, en todo este tiempo has dominado el estilo divino y has conseguido técnicas que se basan en tu aliento forestal y otras variantes del bosque, por eso esto es importante. No se trata de resistir, se trata de ser tú misma, ser tan dura como para ser tan fría y resistente como el árbol, pero también poderosa y destructora como el sol, eso es lo que debes de tener en cuenta. Una vez que combines todos esos elementos, al estar en armonía y compenetración, puedes superar las adversidades. Por eso quizás tu pelo rojo antiguo y esos ojos azules demostraban lo fuerte que eras, nadie podía derrotarte.--Me explicaba Deméter con una sonrisa mientras volvía a cerrar los ojos, más ya no trataba de resistir, ahora me iba a concentrar en aceptar el agua y todo lo que se me viniera con el fin de destruir a Izanagi de una vez por todas. 

————Fin Flashback————

No podía rendirme, debía seguir y si Hanami podía frenarme, entonces volvería a ser como antes. Entonces sonreí con fuerza ya que al estar cambiada justo antes de la batalla podía seguir aquel combate, por tanto ignorando mis propias debilidades me había adelantado hasta quedar frente a la pelirroja desapareciendo mi cuchilla y dirigir una patada rotatoria que la envolvió en una especie de tornado de fuego hasta causar una gran destrucción y lanzarla contra las cuerdas del ring.