Capítulo 85: Ayuda

7 0 0
                                    

Rayden se había molestado conmigo con todas las de la ley, en el que decidió seguir atacando a una velocidad que me hacía abrir los ojos con sorpresa y tratar de esquivar tanto los tentáculos como sus usos con la manipulación del caos, pero lamentablemente nada de eso funcionaba, sino que el demonio se había adelantado a mis movimientos y me apuñalaba en distintas partes del cuerpo dejando que la sangre saliese. Era claro que mantenía cierta distancia con el demonio, pero se trataba del comandante demonio que estaba arriba de los dioses, y quizás estaría por encima de mi madre, la más fuerte del cielo después de Izanagi e Izanami.

--Creo que ya hemos dejado clara una cosa Kaede Kocho, no puedes vencerme. No lo digo para desilusionarte, pero te has estado esforzando en un tiempo y ya estás cansada, por mi parte estoy en buenas condiciones por mi habilidad regenerativa. Dime, ¿quién se supone que ahora debe rendirse? Aunque yo no iba a darte la opción, es morir en batalla o ser comido por mí, pero la última es asqueroso si contamos el honor que tienes. ¿Qué dices?--Me preguntaba burlón soltando un último tentáculo contra mi cuerpo, en el que rápidamente salté al aire para esquivarlo con algo de facilidad, pero enseguida noté un movimiento aéreo y mi espada desapareció.

--¿Qué?--Tragaba saliva al saber que mi propio enemigo se había hecho responsable de robarme a Kusanagi, quien ahora la tenía en su mano izquierda mostrando una sonrisa infalible. Como tal doce tentáculos vinieron desde su espalda hasta mí no teniendo más opción que crear una cuchilla de fuego en mi mano como en la batalla contra Hanami y tratar de cortarlos, más su dureza era increíblemente alta y así rozaron mi parte lateral de la cintura hasta que caí de golpe en el suelo.

--¿Lo entiendes ahora Kaede? Entre nosotros no existen amistades, tampoco existe la tregua o el perdón, solo es la guerra y la perdición. Sin embargo... que el sol haya perdido de una manera tan lamentable me da náuseas, en fin es hora de acabar con este tema.--Recalcó el comandante apuntando con sus tijeras para lanzar un rayo lumínico, pero fui más rápida y acerté un disparo justo en su pierna que perforó uno de sus órganos, lo que dejó una gran herida que no esperaba tener.

--Lo siento pero... yo aún no me doy por vencida... mientras mis compañeros me estén esperando en casa... yo siempre estaré para ellos...--Poco a poco mi arma divina cayó al suelo y la respiración poco a poco se me iba al no poder aguantar más, la manera en la que había sido herida me acabó de derrotar fatalmente. Por lo menos había hecho un intento en intentar derrotarlo, en el que para luchar contra alguien que estaba al nivel de un dios no estaba nada mal, y lo había hecho a través de la estrategia y mis capacidades puras.

--¡Maldita cazadora divina! Jaja, Jajajajajajaja, interesante, así que al fin has llegado a tu límite. Admiro tus esfuerzos y tus patéticos intentos de ganar ante el ser más poderoso de toda la existencia, pero mientras nos encontremos yo seré siempre más fuerte que tú, porque por algo soy un comandante demonio, el ser más poderoso de toda la existencia en la vida demoníaca. Bien, ha llegado tu final, suerte en tu próxima vida en el infierno.--Terminó de decir su discurso para volver a apuntar con sus tijeras habiendo un gran brillo que se lanzó contra mí cuerpo, y por lo tanto esperaba mi final. Sin embargo el ataque nunca llegó, fue decir al abrir mis ojos que Kyoko estaba en medio bloqueando el disparo y cortando finalmente aquella esfera con rapidez. En un momento me miró de reojo, pero no esperaba que le fuera a dar las gracias, sino que al contrario guardó su cuchilla y se puso de brazos esperando que yo me levantase.

--No digas nada Kocho, no he venido a salvarte. Mi único interés es ese demonio, oí que lo enfrentaste hace mucho en la gran guerra que tú misma lideraste, pero no esperaba que el enemigo se tratase de Izanami, lo averigüe en una de sus conversaciones telepáticas mientras me encontraba entrenando. Escucha bien prima, si es que lo somos, debemos unirnos y derrotarlo cuanto antes, hay una cosa peor en estas calles e imagino que ya te habrás dado cuenta. En fin,coge a Kusanagi y continuemos lo que tenías pendiente con este patético comandante.--Atinó a decir Kyoko bastante segura de sí misma liberando a través de una barra vertical un tajo de lunas crecientes bastante parecido al movimiento de Kokushibo, la diferencia era que su color poseía un tono oscuro. Asimismo las medias lunas cortaron el brazo del demonio con éxito y así en un spring de fuego pude volver a sostener a mi arma con éxito.

La Mariposa Cósmica Donde viven las historias. Descúbrelo ahora