Capítulo 14: Kaede vs Douma

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La figura de ojos arcoiris se acercaba lentamente hasta divisar un hombre que en realidad me enfadaba bastante, su cabello era rubio y poseía una camiseta blanca tapada por una especie de haori y pantalones de color azul, pero además las manchas de sangre en la cabeza me hacían recordar a Douma, aquel villano al que no soportaba ver y quien casi asesinaba a Kanae en el pasado. Por tanto expresé una mirada ante él e independientemente si no era el mismo, su sonrisa calmada y un poco burlona me decían arder de rabia, quiero degollarlo, deseo matarlo y hacerlo sufrir al punto que pueda sentir todo el dolor que había sufrido durante muchos años y que por su culpa me había arruinado mi vida. 

--Oh, es una niña. No soy de pelear con mujeres, pero se ve que tienes mucho odio en tu corazón, ¿te ha ocurrido algo para que te encuentres así? Puedes decirme, yo te escucharé.--Me dijo con amabilidad, pero recordando la forma de hablar de Douma sabía que era una actitud engañosa, y así fue al mi contrario desenvainar una katana para apuntarme desde lo lejos con burla, prácticamente se estaba riendo en mi cara de mi propia ira, ¿quién podría ser? 

--No molestes… eres igual a ese hombre, eres molesto como él… no soporto a personas como tú, seguro sabes quien es Douma, la antigua luna superior 2, y ése eres tú. Un maldito demonio como tú deberías saber el como casi matas a mi hermana mayor, el como te asesiné a sangre fría, el como arruinaste mi vida en el pasado.--Terminé de decir con un tono de voz amenazante y cada vez acercándome al extraño ser con una sonrisa macabra y siniestra, aún no tenía intenciones de atacar, en primer lugar quería saber quién era él y si estaba relacionado con mi anterior enemigo o si había sido revivido por Izanagi. 

--¿Espera qué? ¡Yo no soy como mi hermano! Es cierto que conozco los delitos de mi hermano, pero nunca haría tan vil como asesinar a tu familia o arruinarte. Yo soy Douma Hashibira, gemelo de aquel que te ha asesinado, y soy un aspirante a Dios, un ser divino si me quieres llamar así, creo hemos tenido una confusión.--Se disculpaba mi contrincante haciendo una reverencia, entonces mis ojos se abrieron bastante sorprendida de que no fuera el mismo Douma, cierto se llamaba igual pero tenía el apellido de Inosuke extrañamente, además el demonio que conozco siempre ha sido sincero pero burlón, él acaba de mostrar un poco más de ingenuidad, creo puedo entenderlo hasta cierto punto. 

--Tranquilo, entonces siento haberme equivocado, te ves igual a él así que no sabía cómo responder, me llamo Kaede y soy la hija de Amaterasu, por alguna razón estoy aquí e iba a luchar contra Susano, pero acaba de irse, así que no entiendo mucho sobre la situación. Más importante, ¿has venido a matarme como dicen los demás dioses?--Quise saber curiosa y un poco más tranquila sobre el tema en cuestión y la aparición del gemelo de Douma, quizás podría saber sobre cómo lleva el apellido Hashibira y su relación con los demás dioses, pero prefería guardarlo para otra ocasión. 

--Eso no te debería interesar, el dios Susano me ha mandado hacerlo, por eso no cederé y serás erradicada de la existencia cazadora de pacotilla, sólo por esta vez no cederé a no matar mujeres, tú serás la primera en toda la historia del cazador Douma, el señor de hielo.--Señaló el autonombrado cazador mientras pasaba su brazo a su katana y mirarme con frialdad, curiosamente su arma era una nichirinto y bastante guay a decir verdad, su filo era blanco y poseía la naturaleza propia de todas las nichirin, además poseía un blanco gélido como el de mi hermana Hanae, quizás sea por su respiración y poder divino que se relacionaba con el hielo. 

--¿Esa es tu última palabra? Ara ara, bien, si eso es lo que quieres tu deseo será cumplido, es hora de que mueras como tu querido hermanito mi querido Douma.--Me burlé apuntando con mi espada Gozen hacia el mencionado, quien había salido directo realizando un corte vertical que fue interceptado por otro horizontal de mi parte y entonces un gran choque se dio a relucir, más al ambos hacer presión ninguno de los se decidía el ceder. 

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