Capítulo 24: Enfrentamiento

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Al día siguiente después de entrenar con Deméter me preparaba para volver a la mansión rápidamente y descansar, pero extrañamente se oían unos ruidos extraños. Por mi decisión había decidido el explorar, entonces me encaminé hasta el fondo del valle con cierto temor de que fuera algún otro dios que quisiera matarme o algún extraño acontecimiento que pusiera de nuevo mi vida en peligro, más para mi sorpresa se trataba de Hanami entrenando con Ares, dios de la guerra, aquel ser divino que en su tiempo me había molestado pero que ahora estaba entrenando a cierta semidiosa y con bastante exigencia al notar como corría pendiente de que el musculoso no le hiciera nada malo. 

--¿Hanami? ¿Estáis entrenando?--Quise preguntar hasta que las dos presencias se dieron cuenta de que estaba allí, parecían estar muy concentrados y debo de admitir que la pilar del otoño ha ganado cierta musculatura y una muy buena condición física, quizás en un futuro su cuerpo pueda aguantar todo el poder divino universal pero por el momento tiene que acostumbrarse a una mínima parte. 

--¡Ah Kaede! Pues sí, en el proceso de selección elegí a Ares, me dijo que él podía ayudarme a controlar y usar todo mi poder divino, además en el pasado éramos muy amigos, sólo que a él le gustaba destruir y a mí conservar, pero eso es lo que definía a la naturaleza de cada uno. ¿Tú que haces por aquí?--Me preguntó la semidiosa con cautela y una sonrisa amable, así al verla me di cuenta de que tenía una camiseta blanca sin mangas casi destrozada y su cuerpo también poseía unos leves rasguños, eso me decía que ha peleado con ese dios. Lo raro era la amistad que tenían ambos, por un lado es bueno, pero por el otro me dejaba en muchas cosas que pensar 

--Si es la semidiosa que se enfrentó a mí aquella vez, que estupidez. ¿A qué has venido? Si has venido a estorbar será mejor que te vayas estúpida, no quiero entrometidos mientras estoy luchando.--Completó el dios con burla y arrogancia hacia mí, más había un toque de prepotencia que me había molestado en una gran medida. Dicho ello apreté los dedos contra la palma de mi mano hasta formar un puño y solté un fuerte puñetazo contra su mejilla izquierda, había sido tan rápido que me dejó satisfecha, pero al contrario mi oponente se había quedado impresionado por tal acción que me había atrevido a realizar. 

--Que te quede claro: a mí no me hablas de esa manera, exijo respeto. Y en segunda estoy aquí porque había mucho ruido, pero ya que sois vosotros no me preocupo, solo no la trates de matar en el proceso.--Le dije con burla para sonar una risa leve a través de mis labios, de verdad que había sido gracioso y no podía soportar ver una Hanami herida en todo el suelo sin poder moverse, sería demasiado único ver a mi rival ser derrotada de esa manera. 

--Claro Kaede, no me matará en el proceso, pero tú no te dejes matar por Deméter, no creo que a ella con lo maternal que es le haga gracia la muerte de su aprendiz.--Obviamente se había burlado mi rival con desdén en consecuencia a lo dicho anteriormente, sin embargo decidí no devolverle ningún insulto, entre ambas había cierta paz y era inútil el provocar una pelea que sólo nos perjudicaría a ambas. 

--Tsk, mejor cállate. Por cierto, ¿qué clase de entrenamiento hacéis? Como dios de la guerra lo único que se me ocurre es un entrenamiento puramente físico.--Traté de deducir con simpleza con mis dedos en mi barbilla tratando de analizar, más mis dos contrarios se rieron ante mis palabras, ¿qué era lo que había dicho mal? ¿Acaso me había equivocado? Mientras tanto el ser divino de las batallas se había sentado en el suelo sacando un bocadillo de un tipo de mochila para darle un mordisco, se notaba que no pintaba nada allí y me iba a ignorar todo el tiempo. 

--Eso no te importa, pero ya que tienes curiosidad te lo diré novata. Nuestro entrenamiento no es solo físico, como oyes la ayudo en primer lugar a practicar y mejoras sus técnicas divinas hasta el cansancio, luego mejoro su cuerpo a través del ejercicio físico como carreras, levantamiento de objetos pesados… es decir en todo lo que Hanami destaca y no destaca, mejorar sus propios límites, también exploramos otras habilidades como las respiraciones y secretos de los cazadores para agregarlos a su origen divino, de esa manera ya está potenciando todo su desarrollo explosivo.--Me explicaba el dios de la guerra con una sonrisa de orgullo, ciertamente también veía de reojo a su aprendiz y como veía se les notaba el entusiasmo el gran compañerismo entre ambos, una amistad que si bien creía ser imposible era una completa realidad de la que dos seres contrarios por naturaleza podían ser amigos o aprendiz y maestro. 

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