Capítulo 80: ¿Qué es esto?

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Mi sobrina elevó su katana al cielo apareciendo un relámpago oscuro en el propio filo, lo que desencadenó que ella lanzase sierras de energía, rayos y esferas de oscuridad que nos perseguían por todas partes, ya sea con el fin de separarnos o atacarnos de sorpresa. Debido a ello los tres nos miramos y corrimos por todo el campo evadiendo y contraatacando a través de técnicas defensivas, aunque era bastante complicado hallar una manera de atacar a la pelirroja. Por parte de Mizuki ella contraatacaba directamente a través de lluvia de cortes borrando lo que iba tras ella, Rengoku alternaba en Mar de Fuego y Ola de Llamas Ardientes para frenar los truenos y esferas, pero no salía del todo ileso, en cambio yo tenía más dificultades con los ataques. 

--¡Muere Kaede Kocho!--Gritaba Kimu lanzando una ola de relámpagos que no dudaba en saltar y usar cortes ascendentes a cada lado frenando las posibles frecuencias de sus rayos, pero una esfera negra logró impactar en mi espalda cayendo así Kusanagi. Por mi parte ella tenía más odio en mí, así que mientras mantenía a los demás distraídos, aumentaba la potencia de sus habilidades elementales chocando en múltiples direcciones, por lo que me tocaba usar mi agilidad y mi técnica sin usar ninguna técnica, sólo a base de mi esfuerzo ya que no me daba tiempo a pensar una estrategia. 

--No sé qué te hice para que me tengas tanto odio, yo no te he hecho nada, mucho menos te he dicho nada malo. Sin embargo en el poco tiempo que has estado despierta ya has cometido muchas atrocidades, no puedo perdonar lo que hiciste, y créeme, me duele mucho más a mí.--Respondía algo triste saltando en una pirueta al notar un rayo que venía del cielo, pero entonces muchas esferas me rodearon en el que tenían intención de explotar, lo que me hizo sonreír y acertar de la nada una barra descendente que dio origen a una explosión en el cielo, pero al menos salí sin rasguños por mi rápida evasión. 

--¡Nunca lo comprenderás! No entiendes mi dolor, ni mis sentimientos, no has sufrido y siempre te quejabas porque tus hermanas podían morir, en cambio yo he perdido a mi padre por vuestra culpa. Si no os hubiérais interpuesto y todo lo hubiera seguido de acuerdo al plan, la guerra en el mundo sería completa y no habría manera de detenerla, por algo el Caos existe.--Se reía la chica parecida a Shinobu, quien balanceó su katana lanzando relámpagos contra el suelo de manera lineal destrozando la tierra y en múltiples direcciones, lo que intenté pasar por uno de los lados con una pequeña dificultad. Sin embargo ella se deslizó hasta quedar frente mía y ejecutar un corte circular en mi pecho del que soltó sangre sin más. 

--¡Kaede!--Gritaron ambos al verme en aquella condición, pero pronto fueron embestidos por enormes cuchillas oscuras, lo que impidió el venir hacia aquí y tratar de evadir o contraatacar los ataques enemigos. Por mi parte me apoyaba en el suelo respirando hondo y soltando a través de mi boca sangre ya que el daño en verdad había sido efectivo, lo bueno es que aún no perdía la concentración del todo. 

--No os preocupéis por ella, no sirve de nada pensar en los caídos. Los fuertes son los que deben sobrevivir, si piensas en alguien débil solo te va a arrastrar por la inmundicia del mundo, al final no sirve de nada pensar en cosas pequeñas, hay que ir a la grandeza. Miradme a mí, puedo parecer una simple creación pero soy perfecta, nadie ni nada puede ganarme, soy un ser fuera de toda la existencia misma, seré una diosa.--Se elogian a a sí misma con demasiado ego, muy parecido al que usaba Akaza siempre haciendo énfasis a los seres poderosos y las leyes de la naturaleza, con lo que entrecerré los ojos bastante confusa y sin entender lo que pasaría ahora. Aún así aprovechando que se enorgullecía de su ego apliqué un corte horizontal en forma de llamas que perforó uno de sus corazones gracias a mi mundo oculto. 

--Ugh... por lo menos he conseguido herirte, algo es algo, ¿no lo crees? Kimu Kocho, o así supuestamente te llamas, no hablas en serio, lo único a lo que respondes es la misión que te ha dado Nura, la cual es la exterminación de toda la raza humana, tal como cualquier demonio querría. Querría saber una cosa, ¿alguna vez has sentido por ti misma? Cuanto más he luchado contigo me he dado cuenta, y es obvio por tu forma de comportarte, y aún si no eres una humana, demonio o diosa completa y eres una existencia artificial, por mí no tengo problema en tenerte con nosotros, después de todo eres de nuestra familia, una Kocho. Y además, te pondremos un nombre más lindo y digno que el que te puso el general demonio, te lo prometemos.--Le ofrecía tranquilamente tendiendo mi mano en señal de amistad, en el que quería darle una oportunidad para enmendar sus errores. No obstante ella me rechazó mi muñeca, sobre todo la furia y el dolor eran angustiantes en su mirada, una expresión de la que perfectamente no podía olvidar al ser expresada muchas veces en mi cara escondida bajo una coraza, pero eso ya se acabó. 

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