Parte 09

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Mis párpados subían y bajaban con debilidad, todo a mi alrededor podía verse borroso, sin embargo, se distinguían las siluetas que estaban en el umbral de la puerta, mi cuerpo estaba completamente cubierto con una sábana acolchada, escuché las voces y me di cuenta de que se trataba de Donovan, la otra voz me resultó desconocida.
Donovan: ¿entonces no hay ningún peligro?- el médico no respondió, por lo tanto, deduje que su respuesta fue física.- de acuerdo, muchas gracias, doctor Peter, Uriel le dará el pago.- el hombre hizo una reverencia y después salió de la habitación, escuché que Donovan cerró la puerta y se dirigió a mí.- me vas a traer muchos problemas.- probablemente pensó que yo no estaba dormida, abrí mis ojos encontrándome con los de él.
Elli: déjame ir, te prometo que no te daré ningún tipo de problema, diré que me fui de viaje con una amiga y no sabrán más de mí.- se frotó el puente de su nariz y después suspiró con fastidio.
Donovan: no digas tonterías, niña.- me apoye en mis propios codos y me deslicé hasta quedar recargada en el respaldo acolchado de la cama.- el médico dijo que necesitabas comer bien y sobretodo hidratarte, no fue por la tontería que hiciste al hundirte en la tina, esto es por el desmayo y tu apariencia.
Elli: ¿ahora resulta que me cuidarás?- burlé, él tenía una expresión inexplicable, parecía que mi burla no le hacía ningún tipo de gracia.- creo que con lo que hice en la tina tienes en claro lo que realmente quiero hacer, ya no quiero vivir, y si no lo hice hoy lo puedo hacer otro día.
Donovan: es lo peor que puedes decirme, Elli, voy a estar pegado a ti todo el tiempo para evitar que te mates.- me tomó de la mandíbula con brusquedad y me obligó a mirarlo.- quiero ser quien tenga la fortuna de hacerlo.
Elli: no tengo la culpa de lo que sea que tú tengas en común con mi padre, no merezco esto.- mis ojos se llenaron de lágrimas nuevamente pero las limpie con brusquedad, odiaba mi vulnerabilidad en estos momentos.
Donovan: acompáñame, cenarás en el comedor a partir de hoy.- lo miré incrédula, él me tendió su mano para que yo la tomara pero no lo hice.- ¿quieres que lo haga yo?
Elli: no...yo puedo.- me quité las sábanas de encima y me dí cuenta de la ropa que llevaba puesta, mis mejillas comenzaron a sentirse calientes.- ¿quién me cambio de ropa?
Donovan: yo lo hice.- solté un suspiro y me cubrí el rostro con ambas manos.- tranquila, tu cuerpo no es el primero que he visto y tampoco creo que sea el último.- me quité las manos de la cara y pase por su lado evitando mirarlo a los ojos.- si intentas escapar, los guardias te asesinaran ¿está claro?- asentí sin mirarlo, él abrió la puerta de la habitación y me invitó a salir primero, así lo hice, había un pasillo que nos guiaba hasta el inicio de las escaleras, anteriormente no le había puesto mucha atención al lugar, aunque solamente he cruzado una vez por aquí y Donovan me llevaba sobre su hombro.
Él me llevó directamente a una puerta de color blanca con una ventana circular en el centro de esta, dió un suave empujón y me hizo una seña con la cabeza para que entrará.
Xx: ¡tío!- una voz delgada y suave inundó aquel lugar, me hice a un lado para dejar que una pequeña niña abrazará a Donovan, tenía su cabello chino y su piel igual de blanca que la de los demás, al parecer Uriel y Donovan eran hermanos.- ¿quién es ella?- era demasiado pequeña y su manera de hablar era muy ordenada.
Donovan: es una invitada, pequeña.- seguramente ella era Lucía, Donovan la levantó en sus brazos y me miró seriamente para que siguiera mi camino. Había un comedor con 6 lugares, de los cuáles, tres ya se encontraban ocupados, tenían unos platos servidos frente a las sillas.
Fabiola: Elli.- sonrió con dulzura y se dirigió a mi para tomarme del brazo.- ven, siéntate conmigo.- le respondí con una sonrisa, ella me llevó hasta uno de los lugares vacíos, justo a lado de dónde se encontraba su plato.- siéntate cómodamente, el doctor dijo que tenías que comer muy bien, estás demasiado débil y no queremos que termines en un hospital.
Uriel: habla por ti.- dijo mientras entraba al comedor y se apoderaba de una de las sillas, Donovan pasó por su lado y dejó a la pequeña niña en su sillita especial, después se sentó en la silla que se encontraba frente a mí.
Donovan: bueno, provecho para todos.- Fabiola me sonrió y me señaló el plato para que comenzará a comer. Tomé los cubiertos y mire lo que había frente a mí, verduras cocidas con trozos de pollo empanizados y arroz blanco, gracias a mi falta de apetito esto me parecía repugnante, a pesar de tener una excelente apariencia.
Donovan: come.- su voz autoritaria atravesó mis oídos, levanté mi mirada y me encontré con la de él, sus ojos parecían dos pistolas apunto de disparar.
Lucía: ¿no te gusta?- ahora la miré a ella, tenía un trozo de pollo encajado en su tenedor y me miraba con curiosidad, sólo le sonreí.- no le gusta.
Uriel: come, Lucia, en la mesa no se habla.- la niña miró al castaño y se dispuso a comer sin respingar.

UNA VENGANZA EQUIVOCADA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora