Capítulo 70 (Donovan)

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Sentía una fuerte opresión en el pecho, tan fuerte que sentía que me faltaba el aire.
Una nube de polvo se formó frente a mí cuándo un auto frenó de golpe, aliste la pistola para comenzar a disparar pero el rostro de Nicolás se asomó por la ventana del auto.
Nicolás: súbete, tengo la ubicación.- dudé un poco, este era el hijo de Harper y sé que todo esto podría ser una trampa.- confía, yo le dije a Elli que corrían peligro.- me subí sin soltar el arma, la mantuve cerca para cualquier movimiento en falso, aunque sé que solo no podría con una manada de hombres.
Nicolás comenzó a conducir con la velocidad que necesitaba, los árboles dejaban de existir y se escuchaba el ruidoso motor del auto, él llevaba el GPS en su celular y este le avisaba cuál carretera tomar para llegar más rápido, el punto parpadeaba pero estaba quieto en algún lugar en particular.
Donovan: ¿por qué me estás ayudando?
Nicolás: esto lo estoy haciendo por Elli, ella es la que me importa.- soltó un suspiro y después continuó.- escuché a mi padre hablar con sus hombres sobre un ataque que harían en el cementerio, mencionaron que al mayor lo dejarían al final, le hable a Elli para saber en dónde se encontraba, me dijo que estaba con ustedes visitando la tumba de tu hermano, por supuesto, no quiero que le hagan daño por cosas que ella no hizo.
Donovan: tengo un mal presentimiento, ellos deberían de estar avanzando pero siguen quietos, ¿te has comunicado?- negó, me removí el cabello con desesperación, los nervios me estaban comiendo por dentro.
Nicolás: estamos apunto de llegar, yo no estoy armado y mi prioridad es sacar a Elli de ahí.- ignore por completo lo que acababa de decirme, dió la vuelta en una esquina y luego nos tocó una carretera algo estrecha, avanzamos unos cuántos metros más y entonces miramos una decena de camionetas policías con las farolas encendidas y la zona estaba acordonada, el auto de Uriel estaba volcado y este sacaba un poco de humo de la parte trasera, mi corazón se detuvo casi al instante, Nicolás frenó de golpe, el arma se me cayó debajo del asiento pero eso ni siquiera me importaba ahora, bajé del auto casi a tropezones y corrí hasta donde se encontraba la cinta de color roja, un policía me detuvo de golpe, cuándo una grúa logró remover el auto, miré que había dos cuerpos recostados encima de un charco de sangre, ambos estaban cubiertos con sábanas blancas, eran ellos.
Nicolás: ¡Elli!- gritó tan fuerte que logró distraer a los policías con su intento de querer cruzar el listón rojo, me deslicé por debajo de los brazos de uno de ellos y comencé a correr hasta dónde se encontraban los cuerpos, estando ahí, me dejé caer de rodillas al ver a mi hermano tendido con la sábana cubriendo hasta su barbilla, todo transcurrió en cámara lenta, la piel de Uriel ya no tenía ni un sólo color, su cabeza estaba girada a dónde Elli estaba, tenía un brazo tendido hacia ella, tomé su rostro entre mis manos sintiendo la frialdad que había en su piel, fue entonces cuándo me derrumbe, lo abracé con todas mis fuerzas y grité tan fuerte cómo pude, su cuerpo colgaba con facilidad en mis brazos. El sonido de una ambulancia llamó la atención de todos, quitaron los cordones para permitirle pasar, los paramédicos bajaron corriendo con una camilla que dejaron caer a lado de Elli, estaba igual de pálida que mi hermano pero su pecho aún subía y bajaba con dificultad, tenía golpes en el rostro y la sábana estaba completamente manchada de sangre, la recostaron con rapidez pero manteniendo el cuidado necesario, después la subieron a la ambulancia, Nicolás los acompañó.
Un policía se posó detrás de mí y me tomó sorpresivamente de los brazos, comencé a pelear evitando que me alejaran de mi hermano, me aferre a su cuerpo lo más que pude.
Donovan: ¡Suéltame, no voy a dejar a mi hermano aquí!- este murmuraba algo que yo no quería escuchar, unos hombres vestidos completamente de blanco esperaban a que yo me apartará, tenían una camilla alta y una tela de color negra, como si fuese una bolsa de basura.- por favor, Uriel, vuelve a mí, te lo suplico, tu pequeña Lucía te está esperando en casa, abre tus ojos y dime qué todo está bien, por favor...- mis lágrimas caían encima de su rostro y humedecian sus mejillas, acaricié su cabello, tenía algunos golpes en la mejilla y sangre seca que al parecer había salido de su nariz, además de una línea delgada que había brotado de su boca.
Comencé a meserlo en mi cuerpo, algunos policías se murmuraban algunas cosas y veían a los médicos forenses que insistían en levantar el cuerpo, un sin fin de recuerdos pasaban por mi mente, incluso la última plática larga que habíamos tenido, su risa retumbaba en mis oídos al igual que el sonido de su voz, comencé a llorar a grito abierto, mi garganta se desgarraba con cada grito que pegaba pero ni siquiera lo sentía, quería que de alguna forma, todo esto fuese una pesadilla.
Xx: tenemos que alejarlo de aquí.- un grupo de policías se aferró a mi cuerpo tirándo de él con brusquedad y rapidez, mi hermano cayó nuevamente al suelo, comencé a removerme y a patalear a los que intentaban aferrarse a mí, no podía permitir que me alejaran de mi hermano, tenía que estar con él en todo momento, prometimos que siempre haríamos las cosas juntos y no quiero dejarlo solo ahora.

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