Parte 59

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Salimos del cine, deposité la basura en el cesto y después deje la charola sobre un mostrador que tenía un señalamiento, después me dirigí a dónde se encontraba Donovan, movía con impaciencia sus llaves alrededor de su dedo índice y veía a los alrededores.
Donovan: vámonos.- dió un paso y lo detuve, se giró con fastidio y miró directamente a mi agarre en su antebrazo, bajé mi mano y la dejé quieta a los costados de sus dedos.
Elli: lamento todo lo que dije, sé que me invitaste a salir con buenas intenciones y yo lo arruine por mis tontos comentarios.- suspiré y dí un paso hacia adelante para poder mirarlo más de cerca.- ¿puedes perdonarme?
Donovan: olvídalo ¿quieres?- intentó sacar su mano de la mía pero me aferré a ella, tensó su mandíbula nuevamente.- Elli, basta.
Elli: no hasta que me digas que ya no estás molesto conmigo.- no me respondió, simplemente miró hacia un punto fijo, me puse de puntillas para poder alcanzarlo y le dí un beso inesperado en los labios.- ¿puedes perdonarme?
Donovan: subamos al auto ¿quieres?- me tomó finalmente de la mano y me llevó hasta el estacionamiento, estando ahí abrió la puerta del copiloto y me invitó a entrar, lo hice sin discutir.
Al parecer era una persona sumamente orgullosa y lo que había dicho le había molestado más de lo que yo imaginaba, encendió el auto y comenzó a conducir.
Donovan: llegaremos a una tienda para comprar algo de comida, llegaremos a casa hasta que el sol se oculte.- asentí sin dejar que escuchará mi voz, el silencio incómodo se apoderó del interior del auto, me removía con incomodidad y trataba de centrar mi mente en otras cosas para no estar pensando en formas de romper el hielo.
Después de conducir durante unos minutos, él se estacionó afuera de una tienda de conveniencia y se bajó sin siquiera invitarme, supongo que esa es una señal de que me tengo que quedar aquí.
Golpeé mis muslos con la punta de mis dedos y observé todo lo que había alrededor, algunas casas de madera y otras rodeadas de plantas pintorescas, con un golpe de mi rodilla abrí la guantera, esta tenía un sin fin de papeles dentro que estaban redactados en inglés, parecían facturas y demás, la puerta de la tienda se abrió y Donovan salió, la cerré de golpe para evitar que esto se prestará a malas interpretaciones, me dejó una bolsa sobre las piernas y después se puso el cinturón de seguridad, no sabía si tenía que agradecer ya que no había dicho nada al respecto, coloqué mis brazos por encima de la bolsa, pude sentir algunas botellas de vidrio y algunos envoltorios de frituras se escucharon, miré a través de la ventana mientras el comenzaba a conducir, nuevamente el silencio era un pasajero más y tenía mucho poder aquí.
Fueron alrededor de 40 minutos en carretera, cada vez me incomodaba más tener que estar sentada sin ningún tipo de movimiento, Donovan se estacionó entre dos árboles en dónde también había otros autos y camionetas.
Donovan: vamos.- dijo con un tono de voz suavizante, me bajé después de él, mis tenis se hundieron un poco en el pasto, se escuchaban las aves revolotear entre los árboles y otras volaban a otras zonas, también podían escucharse sus cantos.- daremos una caminata.- asentí, él caminó con sus manos dentro de los bolsillos de su pantalón, había un estrecho camino de terracería entre el césped húmedo, algunos ciclistas pasaban a nuestro costado disfrutando del paisaje que estaba frente a ellos.
Elli: este lugar es muy lindo.- asintió mirando hacia un lugar en particular.
Donovan: aquel es el río Roaring Fork, justo ahí podemos encontrar el lugar que quiero mostrarte, acompáñame.- a pesar de seguir molesto por lo que dije en el cine, se comportaba cuidadoso conmigo, metí mi brazo entre el suyo, dicha acción lo tomó por sorpresa.
Elli: ¿no te molesta?- pregunté dudosa, él aclaró su garganta y negó con un movimiento suave de cabeza, caminamos hasta que llegamos al río que anteriormente había mencionado, justo a la orilla estaba un sendero con una infinidad de rocas, césped alargado y flores espectaculares, había un pavimento bastante estrechó.- ¿qué es este lugar tan maravilloso?
Donovan: este es el santuario John Denver, es un parque muy tranquilo, muchas personas lo visitan.- nos adentramos aún más, él caminaba frente a mí.- le pusieron ese nombre ya que esta persona, John Denver, estaba enamorado de este lugar, según lo que dicen, inspiró muchas de sus composiciones, las piedras están talladas con su nombre y hay por doquier, según, son las atracciones más hermosas que el parque puede tener, puedes sentarte en una de ellas.- me señaló una que llevaba el nombre de aquella persona y frente a esta había una roca plana en la que no habría problema de sentarme, lo hice sin pensarlo, estaba rodeada de flores maravillosas que soltaban un olor fresco.- este parque tiene la mayor colección de plantas perennes del área, aquí hacen muchas presentaciones en vivo cuándo llega el verano.
Elli: es maravilloso.- sonreí, no solamente estaba mirando la colección de rocas talladas con el nombre de Denver, había un sin fin de árboles alrededor, se podía escuchar el sonido del río y el canto de los pájaros, todo parecía cómo una fotografía de galería de arte.
Donovan: ¿te gusta?- asentí sin dudarlo, nuevamente me puse de pie tratando de ver más allá de lo que estaba a mi alcance, detrás de los enormes árboles había una montaña que a simple vista parecía estar llena de musgo, sin embargo, dudo mucho que lo sea.- en Aspen hay muchas cosas que podemos hacer, cuándo cae nieve podemos subir a una montaña, claro, todo eso acompañados de un guía turístico y la respectiva protección, también podemos rentar bicicletas electricas y unirnos al ciclismo.
Elli: me quedé impactada.- sonreí sin poder dejar de mirar lo que la naturaleza era.- no tengo palabras, me encantó.
Donovan: lo suponía.- metió sus manos dentro de los bolsillos delanteros de su pantalón y suspiró.- quería que conocieras este lugar, solo lo visite una vez y fue cuándo Fabiola estaba curiosa por ver lo que había aquí, se fue decepcionada pero a mí me dió cierta paz, me juré regresar pero acompañado de alguien especial.
Elli: ¿ese alguien soy yo?- metí mis brazos por debajo de su chaqueta tratando de abrazarlo, bajó su vista a mis labios y me besó con dulzura, una de sus manos acarició mi mejilla y la otra se aferró a mi cintura. Todo había dejado de existir alrededor, las pocas voces que había ya no estaban, solo podía escuchar el canto de los pájaros, el sonido del río y el olor a las flores combinado con el perfume de Donovan.

UNA VENGANZA EQUIVOCADA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora