Capítulo 91

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Ambos estábamos sentados en un par de columpios mientras comíamos helado, el había pedido de chocolate y yo de vainilla con un poco de mermelada, las estrellas brillaban a los costados de la luna y parecía que las nubes tenían la intención de cubrirlas en su totalidad.
Donovan: Fabiola te envió saludos, le dije que había seguido en contacto contigo y se alegro mucho por ello.- los recuerdos del pasado me trajeron un sentimiento desagradable, simplemente asentí con una sonrisa fingida.- ¿te has comunicado con tus hermanos?
Elli: mi hermana me envió un mensaje de buenas noches cuando veníamos en camino, dijo que iría a dormir ya que mañana tenía unas cosas pendientes.- asintió lamiendo la orilla del cono de su helado, hice una pausa corta y me giré un poco para mirarlo.- ¿te acordarás de mí cuando estés en San Francisco?
Donovan: lo haré, Elli, y odio tener que pensar en la idea de extrañarte cómo un loco otra vez.- encorvo expresivamente sus cejas y después miró hacia un punto fijo.- y es que no tengo problema en sentir que te extraño, pero ese sentimiento me deja adolorido el pecho y quiero correr a buscarte, ¿tú no vas a extrañarme?
Elli: sí, te extrañaré.- reprimí mis pensamientos y me mordí la lengua para no expresar lo que realmente sentía, este tensó su mandíbula.
Donovan: ¿entonces por qué mierda no me pides que me quede?- me miró fijamente, sus ojos enrojecidos y brillantes me decían que él deseaba escuchar eso de mí.
Elli: ¿es por eso que estás cabizbajo?- no respondió, se relajó en el columpio y tenso las cadenas de este, me levanté para colocarme entre sus piernas, este me miró con curiosidad.- dijiste que dejaste cosas pendientes en San Francisco, ¿las dejarás así si te pido que te quedes?
Donovan: sí.- respondió con seguridad, bajó sus manos sobre sus piernas, el helado comenzaba a derretirse manchando su dedo índice.- haría cualquier cosa que tú me pidieras.
Elli: ve y arregla los asuntos pendientes pero tienes que regresar en cuánto termines, ¿de acuerdo?- encorvo un poco sus labios y después suspiró, me incliné un poco para lamer su helado, elevé mi mirada para encontrarme con la de él.- se está derritiendo.
Donovan: mirarte desde aquí también es placentero.- solté una risita y después embarre un poco de mí helado en la punta de su nariz.- acabas de despertar al dragón.- ese comentario me hizo soltar una carcajada, dió un brinco para bajarse del columpio y comenzó a correr detrás de mí.- ¡te atrapare, traviesa!- la intensidad con la que reía me hacía mover los pies con torpeza, su brazo me rodeó la cintura y me elevó del suelo para después recostarme sobre el césped.- usaré este helado sobrante para hacerte caricias en las mejillas.
Elli: no, Donovan, estaré pegajosa si lo haces.- lo sentencie colocando mis manos sobre su pecho.- oye, tengo las piernas elevadas, seguramente se está viendo mi ropa interior.
Donovan: mierda.- se dió la vuelta con rapidez para observar que nadie me estuviese viendo, había un grupo de personas jugando fútbol pero se encontraban alejados de nosotros. Me recargue sobre mis codos, este se dió la vuelta soltando un suspiro y me acarició la mejilla.- este helado ya no va a servir, se hizo mierda.
Elli: ¿nos vamos entonces?- asintió tendiendome la mano, la tomé enseguida y con un impulso me levanté del suelo, a la salida del parque había un contenedor de basura, ahí depositamos nuestros helados derretidos, después nos dirigimos a su auto.- tengo que decirte que ha sido una noche maravillosa, Donovan, me la he pasado muy bien gracias a ti.
Donovan: me gusta escuchar eso.- sonrió antes de abrirme la puerta del copiloto, entre después de agradecerle y él rodeó al auto para subirse, luego comenzó a conducir.
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Cómo lo había presentido, las nubes opacaron totalmente el brillo de las estrellas y la luna, había unos cuántos relámpagos y olía a humedad, Donovan me encaminó hasta la puerta de mi casa, abrí y me giré para mirarlo fijamente.
Elli: gracias por todo.- una sonrisa tierna se formó en sus labios, subió el escalón quedando justo a mi lado y después me dejó un beso en la comisura de mis labios.
Donovan: gracias a ti.- un momento de silencio, miradas que subían y bajaban, nuestros labios se atraían e intentaban convencernos para poder disfrutarse, me puse de puntillas y apretando sus mejillas lo atraje hacia mí, después uní mis labios a los de él.
Donovan tardó un poco en reaccionar, sus brazos me abrazaron por la cintura y juntos entramos a mi casa, acaricié la pared para poder sentir el interruptor de luz, él cerró la puerta con pestillo y nuevamente se apoderó de mis labios, desabotone su camisa con rapidez y mis manos sintieron los músculos de su abdomen tensarse, me separé un poco de él para poder tomar aire, ki dedo índice formó un camino de sus clavículas hasta el botón de su pantalón, besé su cuello, él me levantó del suelo obligandome a enredar mis piernas alrededor de su cintura.
Donovan: ¿dónde está tu habitación?- apunte con mi dedo índice a la segunda puerta blanca, este volvió a besarme mientras caminaba hacia ese destino, abrí la puerta y nos adentramos, había dejado encendida la luz por lo tanto era más fácil para él caminar, me dejó en el suelo jugueteando con los botones de mi vestido, sentía su respiración muy cerca de mi cara, acelerada y temblorosa, el vestido cayó sobre mis pies dejándome semidesnuda ante él.
Elli: no me veas tan fijamente, me dará vergüenza.- su dedo índice acarició mi mejilla y sonrió mirándome directamente a los ojos.
Donovan: ¿sabes cuántas veces te he soñado?- guardé silencio, su dedo bajo a mis labios y los acarició.- eres ese tipo de arte que se tiene que apreciar, cuidar, valorar y amar, no me prohibas mirarte.- acarició mi hombro y un escalofrío erizó mi piel volviendola un poco rasposa, esto pareció gustarle, se deshizo de mi ropa interior y me recostó en la cama.
Donovan: si quieres parar, dímelo, no importa en que momento.- asentí, mi corazón golpeaba mi pecho e incluso sentía los latidos detrás de mi oído, se inclinó sobre mí para dejar un camino de besos que iniciaba desde mis labios y se detenía en mi entrepierna, su lengua comenzó a juguetear en mi intimidad regalandome sensaciones mágicas, sus manos se aferraron a mis caderas ya que con los escalofríos mi cuerpo se movía inconscientemente, intenté ahogar mis gemidos, mordí mi labio inferior y apreté las sábanas mientras mi espalda se arqueaba, su lengua comenzó a moverse con más intensidad y me fue imposible quedarme callada, gemí y enrede mis dedos en su cabello, dos de sus dedos se abrió espacio en mi entrepierna y comenzó a penetrarme, primero con lentitud y después comenzó a subir de velocidad, succionaba y lamía con rapidez, sentía que estaba sobre una nube y alrededor de mi había un sin fin de estrellas fugaces, sin dejar de penetrarme con sus dedos, se deslizó por uno de mis muslos dejando besos y mordidas suaves, sin hacerme ningún daño.
Donovan: es mi postre favorito.- su voz sonaba melodiosa para mí, subió dejando besos en mis senos y mordiendo mis pezones, enrede mis piernas en su cintura tratando de sentirlo más cerca.

UNA VENGANZA EQUIVOCADA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora