Parte 54

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Todo el día lo habíamos utilizado para instalarnos en la casa, puesto que el objetivo éramos Donovan y yo, los demás no corrían tanto peligro, además de que la casa de Carmen estaba siendo protegida por algunas personas que trabajaban cómo guardias de seguridad.
Donovan había comprado algunas cosas en el supermercado para sobrevivir un par de días más, al menos en lo que la situación se suaviza, yo me encargue de limpiar el lugar para evitar que hubiese un nido de arañas o algún otro animal que pudiese hacernos algún daño.
Esta noche estaba lluviosa, Donovan había salido a conseguir un poco de madera seca para encender la chimenea, aunque le dije que conseguirla sería un poco imposible debido a la lluvia, insistió en que tenía que ir ya que la casa se ponía muy fría con este clima, yo mientras tanto había preparado chocolate caliente para cenar y él había comprado panes dulces y galletas.
Ambos estábamos utilizando la ropa que él tenía en el armario de esta casa ya que la anterior se había quemado y claramente no habían logrado rescatar ni siquiera un calcetín, sentí un poco de nostalgia cuándo le enviaron las imágenes a Donovan, estaba totalmente destruida, en el suelo estaba la mancha de las cenizas, los cimientos estaban incompletos y el jardín completamente destruido, después de mirar dichas imágenes, Donovan intentó ocultar lo que sentía pero era demasiado notorio, sin embargo, le dí su espacio.
La puerta se abrió soltando un molesto chirrido, salí de la cocina con la veladora en la mano y me dirigí a la sala, Donovan dejó caer al costado de la chimenea un montón de madera atada con un listón de color blanco, quitó la rejilla y comenzó a colocar la leña dentro de la chimenea.
Donovan: ¡estoy en casa!- gritó tratando de llamar mi atención, me acerque a él y miré que tenía un rastro de sangre en su brazo, seguramente se lastimó, pase la punta de mis dedos por encima y él se estremeció.- no es nada grave, iba a tropezar con un tronco lleno de musgo y choque con un árbol, todo está bien.
Elli: aún así, me dejarás verte.- él tensó su mandíbula pero no me respondió, sacó un encendedor del bolsillo de su pantalón y encendió lo que había arrojado dentro de la chimenea, esta enseguida comenzó a soltar flamas e hizo crujir la madera.- he preparado chocolate caliente, espera aquí, lo serviré.- él asintió poniéndose de pie, me dirigí a la cocina aún con la vela en mis manos y la coloque sobre la estufa para sacar los vasos, había unos cuántos solamente, Donovan había conseguido agua para ducharnos y también para lavar las cosas que utilicemos, me había dicho que no consideraba necesario restablecer la energía eléctrica de la casa y mucho menos conectar agua a las tuberías, según él, no estaríamos mucho tiempo aquí.
Coloqué los vasos sobre la encimera y serví el chocolate caliente, me era muy difícil ver solamente con la luz de la vela, mi dedo índice sintió lo caliente y me dí cuenta que había servido hasta la medida, tomé las tazas y después las lleve a la sala, Donovan se acariciaba su espalda baja y arrugaba el puente de su nariz, estaba teniendo dolor pero no quería admitirlo, dejé las tazas sobre la mesa de centro y ahora fui por las galletas y el pan dulce, nuevamente regrese a la sala.
Elli: toma, te caerá bien.- él la tomó sin discutir y se recargó en el sofá soltando un suspiro tembloroso.
Donovan: ¿cómo preparaste el chocolate?- le dió un sorbo manchando la parte de arriba de sus labios.
Elli: tenías varias botellas de alcohol en el baño, tomé una y busque una lata en el exterior, después la corte y le puse el alcohol dentro, la llama de la vela la utilice para encender el alcohol, luego coloque esto debajo de la parrilla de la estufa.- asintió asombrado, incluso yo me sorprendí de recordar esos métodos que utilizaba mi madre en México cuándo nos cortaban el gas.- has conseguido bastante madera.
Donovan: sí, recorrí un gran tramo de la carretera, la noche está demasiado fría, no me equivoqué cuando te dije que sería necesaria la chimenea.- asentí apenada, anteriormente habíamos discutido sobre el clima y las posibilidades de que haría frío esta noche.- gracias por el chocolate caliente, lo necesitaba.
Elli: de nada.- mordí mi labio inferior con nerviosismo, tenía algunas preguntas para él y no dude en soltar una de ellas.- ¿por qué no mataste a mi...a Pierre?, según tengo entendido, él es el asesino de tu hermano, lo tenías en frente, y no hiciste nada, ¿puedo saber por qué?
Donovan: sabía que en algún momento lo preguntarías.- suspiró, colocó la taza encima de la mesa y se apoyo sobre sus muslos.- ganas no me faltaron, tenía la pistola, aunque sabía claramente que simplemente con hacer un movimiento amenazante, los hombres de Harper me harían pedazos, en otras circunstancias eso no me habría importado, pero ni tú ni Paula tenían porque presenciar eso, esa es la razón por la que me contuve.- vaciló un poco antes de continuar, su mandíbula se tenso y podía notar que no quería mirarme a los ojos.- pero cuándo lo miré cernido sobre ti, quería matarlo, colgarlo del árbol más grande y utilizarlo cómo piñata.- tragué en seco y sentí un ligero dolor en el pecho, no entendía porque aún después de todo, lo seguía apreciando.- mi pistola estaba lista para soltar la primer bala, esta penetraria su cráneo y lo mataría al instante, pero sé que aunque no sea tu padre biológico, tú creciste con la idea de que si lo era y lo amaste cómo tal, lo mataré de eso no tengo ni una sola duda, pero no será frente a ti.
Elli: sé que nos odiamos, pero tenía miedo de que te hicieran daño.- claro que estaba mintiendo, le estaba tomando un cariño demasiado especial y entregado, él me miró ahora de frente y una media sonrisa se dibujó en sus labios, se acercó hasta dejarme acorralada en el posabrazos del sofá, mis manos se colocaron sobre su pecho manteniendo aún una poca y decente distancia entre ambos.
Donovan: por supuesto que te odio.- miró mis labios y después mis ojos, su dedo índice acarició mi mejilla causandome escalofríos.- odio sentir lo que siento cuándo te veo, odio que me seas indispensable, odio cuándo te ríes con otras personas pero también me gusta la forma en la que lo haces, odio que me mires así cómo lo haces ahora mismo y odio no poder contener mis deseos, odio tu manera de caminar que me hace quedar atontado, odio tu manera de dormir que de alguna forma me regala paz, odio el sonido de tu voz, la forma de tu nariz y lo pequeñas que son tus manos, podría seguir diciéndote las mil razones del porque te odio, pero ahora mismo...no quiero perder la oportunidad.- venció la fuerza que mis manos ponían entre nosotros y me besó, sus labios cálidos abrazaban a los míos dejando un rastro húmedo sobre ellos, seguramente tenía miedo de que me alejara, su manera de aferrarse a mi nuca y a mi cintura me lo demostraba, su otra mano me acomodó las piernas sobre el sofá abriéndose paso entre ellas, mis manos ahora acariciaban los mechones bajos de su cabello, me dió una mordida en el labio que me hizo soltar un gemido, él abrió sus ojos y me miró con atención alejándose suavemente, se desabrochó los botones de su camisa dejándome ver los tatuajes sobre su torso, la herida parecía estar protegida aún pero tenía sangre seca sobre el vendaje, él me tomó las manos y las pasó con delicadeza por encima de su pecho y abdomen, mordió su labio inferior mientras ahora colocaba mis brazos por encima de mi cabeza, metió su mano debajo de mi camisa mientras nuevamente me besaba, su mano apretó uno de mis senos y gemí sobre sus labios.
De un movimiento rápido la posición cambió, ahora él estaba sentado con sus pies tocando el suelo y yo estaba sentada sobre él con mis piernas a sus costados, me rodeó la cintura con sus brazos manteniendome pegada a su cuerpo, ambos nos miramos a los ojos sin decir ni una sola palabra, sus labios estaban secos y los míos anhelaban nuevamente su sabor, mordí mi labio inferior y miré dudosamente a Donovan.
Donovan: regresaremos a Dallas, Elli.- aquella pequeña chispa que se había despertado en mí ahora se había apagado, aflojó su agarre en mi cintura y me alejé un poco de su pecho, lo miré confundida.- es mejor, aquí estamos corriendo mucho peligro y no quiero que algo malo le suceda a mi hermana, a Lucía, a Carmen y ni siquiera a Paula.- Harper sabe dónde encontrarnos, se la pondré más fácil y me enfrentaré a él cómo lo tuve que hacer desde el principio, acabaré con todo esto sin tener que esconderme.- suspiró, acarició la comisura de mis labios y después me miró nuevamente. No tenía a nadie en Dallas, mi vida ahí jamás había existido y tampoco existirá, me siento presa del miedo, no creo poder enfrentarme a Nicolás y mucho menos a Ariel, explicarles lo que ha sucedido y aún así sentir resentimiento si descubro que sabían lo que estaba sucediendo.- pero no tienes que preocuparte ahora, eso sucederá en un mes, tengo que conseguir las suficientes armas y también entrenar a algunos hombres para cuándo ocurra el enfrentamiento, sé que esto de alguna forma es difícil para ti, pero tiene que ser así.
Elli: supongo que no puedo hacer o decir nada, ya todo está decidido.- solté un suspiro y me bajé de sus piernas regresando a mi lugar, tomé nuevamente la taza de chocolate y le dí un sorbo mientras me perdía en las llamas que consumían la madera.

UNA VENGANZA EQUIVOCADA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora