Parte 36

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Se escuchaban carcajadas en la planta baja, al parecer se encontraban comiendo y la llegada de ella los había puesto de muy buen humor, Uriel había preferido cenar en su habitación con su hija mirando películas, en este momento me daba envidia, quería estar en la misma situación que él pero ni siquiera había una televisión en mi cuarto, tampoco podía salir al balcón porque el viento esta tarde-noche parecía ser agresivo.
Mi estómago rugía peor que un león hambriento, quería bajar a la planta baja pero tenía las palabras de Donovan bien grabadas, por alguna razón no quería que ella y yo nos encontraramos, me pregunto cuál es la razón, sin embargo, no me iba a dormir sin antes comer algo, Carmen me había dicho que me había guardado un poco de comida en el microondas, así que me dirigí a la planta baja con rapidez para evitar cruzarme con cualquiera de ellos.
Abrí la puerta y encendí la luz para luego dirigirme al microondas, Carmen me había guardado un poco de caldo de verduras con trocitos pequeños de pollo, le puse un par de minutos para que este se calentará, mientras tanto me serví un poco de agua.
Paula: hola, ¿quién eres tú?- casi escupo el agua del susto, ella estaba de pie en el umbral de la puerta con un vaso vacío entre las manos, su cabello negro caía por encima de sus hombros y tenía un flequillo que sobrepasaba sus cejas, era alta, delgada y vestía muy elegante.- oh, seguro te contrataron para ayudarle a Carmen.
Elli: no, soy una visita solamente.- le sonreí con amabilidad, ella me miró de pies a cabeza cómo si hubiese encontrado en mí algo raro para su vista.- ¿y tú quién eres?
Paula: soy Paula, ¿no te han hablado de mí?- negué dejando mi vaso sobre la barra, ella se dirigió a mí y extendió su delgada mano hacia mí.- mucho gusto, Soy Paula Linares, el gran amor de Donovan, aunque él aún no lo ha querido admitir.- soltó una risita y me miró fijamente reluciendo sus enormes pestañas.
Elli: un gusto, soy Elli.- estreche mi mano con la suya, la sonrisa que tenía se desvaneció poco a poco, ahora parecía una sonrisa hipócrita, llena de maldad.
Paula: oh, eres la famosa Elli Harper.- arrugue ambas cejas, ella me soltó la mano y nuevamente me analizó de pies a cabeza.- hija de Pierre Harper.
Elli: oh, ¿lo conoces?- pregunté curiosa mientras pasaba por su lado y sacaba mi plato del microondas.
Paula: por supuesto, Donovan me ha hablado muchísimo de él.- suspiró y se relajó recargando sus brazos sobre la barra.- creí que te parecerías mucho a él físicamente.
Elli: no, me parezco a mi madre solamente.- coloqué el plato encima de la barra y saque una cuchara para después ponerme en marcha.
Paula: ¿sabías que tu padre asesinó al hermano menor de Donovan?- por supuesto, Fabiola me había hablado un poco de las sospechas que tenían, sin embargo, creí necesario no hacer evidente que sabía algo, negué.- sé muchas cosas, Donovan me cuenta absolutamente todo.
Elli: bueno, bien por ti.- le sonreí con amabilidad fingida, intenté dar otro paso pero ella me detuvo tirando de mi brazo.- oye, ¿qué te pasa?
Paula: así que tú tienes este maldito tatuaje.- pasó su uña puntiaguda por encima de mi tatuaje, intenté sacarme de su agarre pero ella estaba aferrada a mi muñeca.- tú eres la mujer que lo envenenó, no te atrevas a negarlo.
Elli: ¿de que carajo estás hablando?, ni siquiera conocí a Hugo, déjame tranquila.- comencé a forcejear intentando que me soltará pero ella parecía estar obsesionada con ello, el vaso de agua se cayó al suelo haciéndose pedazos y esparciendo el líquido, esto llamó la atención de los que se encontraban en el comedor, Fabiola y Donovan entraron apresuradamente observaron los cristales que había en el suelo.
Paula: por algo te secuestraron, tú eres la asesina de Hugo.- me tomó de ambas manos para empujarme, esto ocasionó que el plato con caldo cayera encima de mi pecho y después terminará en el suelo partiendose en mil pedazos al igual que el vaso. Estaba caliente, no mucho, pero si lo suficiente para sentir que me molestaba en algunas partes de mi piel.
Fabiola: ¿Paula, por qué lo hiciste?- se acercó a mí con preocupación y comenzó a sacudir mi camisa tratando de mantenerla alejada de mi piel.
Uriel: ¿Qué sucede?- me miró especialmente a mí, su mirada bajó a mi camisa y después miró el desorden que había en el suelo.- ¿qué mierda hiciste, Paula?
Paula: ella es la asesina de Hugo, ¿cómo por qué les importa tanto lo que sienta?- su rostro se había puesto tan rojo como una tomate, estaba molesta, eso era demasiado obvio.
Uriel: llevaré a Elli a su habitación.- miró a Donovan con cierta molestia.- y tú, controla a tu visita.- Uriel me tomó del antebrazo y me sacó de la cocina para luego llevarme a mi habitación, abrió la puerta y me acompañó al interior.- lamento mucho lo que sucedió, cámbiate, si necesitas algo puedes decirme sin problema, tengo un sueño muy liviano.
Elli: gracias, Uriel.- él asintió, me regaló una sonrisa y después salió de mi habitación. Me fue imposible no romper a llorar, busque una camisa limpia y entré al baño para lavarme el pecho y quitarme la prenda húmeda.
Tenía una gran parte de mi piel irritada por lo caliente que estaba el caldo, me coloque un poco del ungüento que había quedado de la herida, espero que funcione para que no broten ampollas, me quité el brasier y después me coloque la camisa limpia, se sentía mejor.
¿A qué se refería con que yo era la asesina de Hugo? ¿qué tiene que ver mi tatuaje con todo esto? ¿la razón por la que me secuestraron es por que piensan que yo lo mate?
Un sin fin de preguntas atormentaban mi cabeza y para ninguna tenía una respuesta clara.

UNA VENGANZA EQUIVOCADA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora