Capítulo 84

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El día había llegado, a pesar de haberme dicho incontables veces que tenía todo fríamente calculado pues me engañé, lo sucedido con Nicolás me distrajo demasiado emocionalmente y me costaba mucho concentrarme, me faltaba colocar las flores que Noé había elegido para la decoración, este había alquilado una camioneta para poder transportar de forma segura los postres y el pastel, Ariel había preparado una torre de pastelillos con betún al color de las flores, además preparó macarones.
Ariel: ¡ese pastel está increíble!- llevaba puesto un vestido de color celeste que combinaba con el tono blanquecino de su piel, ella había sido invitada a la boda cómo acompañante de Noé, aunque ella no asistiría a la ceremonia para ayudarme a entregar el pastel.
Elli: y tú te ves hermosa.- sonreí mientras la admiraba, ella se giró sobre sus zapatillas y movió su cabello con travesura.- no me gustaría quitarte tiempo, Ariel, le pediré a uno de los pasteleros que me acompañe, ve tú a la ceremonia.
Ariel: por supuesto que no, estoy muy emocionada por ayudarte a entregar esta maravilla, así que arréglate.- arrugue ambas cejas, ella burló.- ¿no pensarás ir llena de harina, de betún y con esa cosa cubriendo tu cabeza, o sí?
Elli: soy pastelera.- reí.- pero tienes razón, tengo que arreglarme al menos un poco.
Ariel: ajustare los últimos detalles y esperaré aquí a que nos entreguen la camioneta, mientras ve a casa y arréglate.- asentí, me quité el delantal y lo coloque encima de una silla que estaba recargada en la pared, luego salí volando de la pastelería.
El taxi no tardó mucho en llegar y dejarme en casa, no tenía muchas cosas decentes para utilizar pero podía hacer alguna combinación, saqué una falda de color rosa y una camisa de cuello color blanca, agradecía que el clima no estuviese tan frío.
Me dí una ducha rápida y después me dispuse a arreglarme, mi cabello nuevamente regresó a los rizos, decidí dejarlo así ya que no tenía tiempo para alaciarlo, solamente arregle mi flequillo, me coloque un poco de rubor, labial suave y perfume.
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Llegar tarde no era algo que tenía contemplado, el conductor se había tardado demasiado en llegar a recogernos, eso sin contar que tardamos más en acomodar las cosas en la parte trasera de la camioneta ya que teníamos que asegurarnos de que el pastel no fuese a estropearse ni siquiera un poco.
Llegamos al lugar que Noé nos había indicado, uno de los guardias de seguridad se acercó a nosotras para ayudarnos con el pastel ya que el conductor no quiso ayudarnos, le pagamos y se fue sin pensarlo.
Había un hermoso jardín con algunos árboles cruzados entre sí, las luces colgaban de una esquina a otra iluminando el patio lleno de césped, no había invitados afuera por lo que concluí que todos se encontraban en el interior, entramos por la puerta que se encontraba a un costado del salón, esta nos llevó directamente a la mesa en dónde pondríamos los postres, el piso de mármol brillaba y reflejaba los movimientos de cada persona, las mesas circulares estaban decoradas con manteles blancos con tonos celestes, en el centro había un jarrón grande de cristal con flores blancas.
Elli: tú eres invitada de Noé, ¿por qué no vas a buscarlo?- ella miró directamente a los postres que tenía que acomodar.- no te preocupes, eso es demasiado fácil, lo haré rápido, solo no te pierdas mucho para poder avisarte cuando me vaya.
Ariel: de acuerdo, vendré enseguida.- me dió un beso en la mejilla y después desapareció de mi vista. Tenía que hacer todo lo más rápido posible, no tenía idea de cuándo decidirían partir el pastel y no quería ser un estorbo aquí.
Con paciencia, acomodé la torre en la que irían acomodados los pastelillos, les coloque una cereza a cada uno y después guarde el frasco en la caja vacía, luego saque un recipiente de cristal que tenía una servilleta de color celeste y serví los macarones de forma presentable.
Me sentía orgullosa por el pastel que había logrado preparar y por supuesto, me sentía afortunada y orgullosa de que Ariel estuviese a mi lado al momento de preparar los postres.
Las luces comenzaron a bajar de intensidad y todo se puso en silencio después del golpeteo de copas, una canción melodiosa y romántica comenzó a sonar de fondo mientras los novios se encaminaban al centro de la pista, mi corazón comenzó a latir con fuerza cuando mire el rostro sonriente de Fabiola, tenía su mano puesta encima del hombro de Luis, instintivamente comencé a buscarlo entre los invitados, todos estaban de pie con sus manos unidas sobre el pecho, admirando a la hermosa pareja que bailaba enamorada al centro de la pista, y entonces lo ví, llevaba un traje de color negro y en sus brazos sostenía a Lucía, ambas intercambiamos miradas y la pequeña no tardó en señalarme mientras decía algo, me giré con brusquedad y recogí las cosas que estaban vacías encima de la mesa, mis manos se sentían temblorosas y tenía un nudo en la garganta, no tenía tiempo para buscar a Ariel, me apresuré y salí del salón sin pensarlo.

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