Parte 38 (Donovan)

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Ella seguía sentada sobre mi escritorio, sus ojos cafés parpadeaban con frecuencia, me miraba fijamente tratando de buscar el truco en alguna parte de mi cara, sus mejillas se habían sonrojado con mi confesión, me sentía miserable por hacer crecer una ilusión en su corazón que no existe en el mío.
Había hablado con Paula del tema, ella al principio estaba demasiado molesta conmigo por tener bajo mi mismo techo a la asesina de mi hermano, después le expliqué cuáles eran mis planes, terminó accediendo y ofreciendo una hipócrita disculpa.
Elli: dime qué es una broma.- su voz me sacó de mis pensamientos, me negué enseguida concentrándome en lo que había sucedido minutos antes.- esto es difícil de creer, es imposible que yo te guste.
Donovan: ¿por qué es imposible?- relajó sus hombros y desvió su mirada, vaciló un poco, supongo que estaba buscando la manera correcta de responder.- me gustas, Elli, eso es todo lo que debería de importar, cada vez que te veo quiero besarte, acariciarte, abrazarte.
Elli: me iré ahora, esto es demasiado para mí.- se bajó del escritorio acortando más la distancia entre nosotros, intentó quitar mi mano pero lo evite, nuevamente la tomé de la cintura, ella me miró con nerviosismo.- por favor.
Donovan: no voy a descansar hasta que tú también sientas lo mismo por mí, no me quedaré quieto hasta que consiga lo que tanto quiero.- deslicé mi nariz por el mechón de su cabello y le dí un beso en la comisura de mis labios.
Conocía ese tipo de mirada, había un brillo que comenzaba a asomarse en sus pupilas, la inocencia se apoderaba de ella volviendola vulnerable ante mí, quité mi mano para que ella pudiera pasar, lo hizo sin dudarlo, salió de mi oficina cerrando silenciosamente la puerta, solté un suspiro, mis manos subieron inconscientemente a mis labios, los acaricié, sintiendo aún los suyos moviéndose inocentemente sobre los míos, cerré mis ojos y sonreí.
Salí de la oficina y me dirigí al comedor, estaba seguro que ahí estaría Paula, estábamos apunto de desayunar pero Carmen aún no tenía listo el desayuno, cerré la puerta detrás de mí y caminé hacia ella.
Paula: ¿lograste engañarla?- asentí, me sonrió con picardía y se levantó de la silla para después recargarse en el comedor.- ¿recuerdas nuestros pre-desayunos?
Donovan: no me vendría mal un recordatorio.- ella enredó sus brazos alrededor de mi cuello y unió sus labios con los míos, un beso lleno de lujuria y pasión, sentía su lengua luchar contra la mía y su mano bajar hasta el borde de mi cinturón.- recuestate sobre la mesa, pon tu hermoso culo ante mí.- ella se mordió el labio inferior e hizo lo que le pedí, dejó su pecho sobre la mesa y se quedó con los pies en el suelo, subí su falda hasta la espalda baja y comencé a darle nalgadas, mis manos se quedaban marcadas en su piel blanca, hice su tanga a un lado y desabroché un poco de mi pantalón para poder sacar lo que ella quería, la penetre tan duro que soltó un gemido al instante, enredé su cabello negro en mi mano y tiré de su cabeza con rudeza.
Cerré mis ojos, tratando de disfrutar aquel momento, los recuerdos del día anterior comenzaron a dispersarse en mi mente, los besos que le robé a Elli, la sonrisa que tenía por la noche, la charla en el jardín, su mirada inocente que me hacía imaginar mil escenas.
Donovan: lucharé hasta que seas mía, Elli.- Paula se giró con brusquedad y me dió un empujón, fue entonces cuándo abrí mis ojos y me dí cuenta de lo que había dicho.
Paula: ¿cómo te atreves a confundirme con esa maldita mujer?- sus cejas se habían convertido en una sola, se acomodó su ropa y yo hice lo mismo.- no puedo creerlo, Donovan, que imbécil eres.- otro empujón y salió del comedor, me apoye en la mesa soltando un suspiro, sentía calor pero sabía que no era el momento con Paula, estaba pensando en Elli todo el tiempo, incluso en estos momentos la tenía a ella en la mente, que jodida frustración. Me abroche el cinturón y después salí de aquel lugar, escuchaba unas risitas en el jardín, me asomé por la ventana de la cocina, Elli estaba corriendo detrás de Lucía, ambas reían a carcajadas y cuándo se atrapaban caían al césped.
Carmen: hace mucho no lo veía sonreír, joven Donovan.- su voz me sacó de mis propios pensamientos, ella se quedó a mi lado y después miró a las chicas.- se llevan muy bien, la señorita Elli me ha pedido que si puedo conseguirle algunos ingredientes para preparar galletas con chispas, me dijo que me lo pagaría ayudándome con el quehacer de la casa.
Donovan: está loca.- reí.- pídele a uno de los hombres que consiga los ingredientes que Elli necesite, yo lo pagaré absolutamente nada.
Carmen: de acuerdo, joven.- se limpió las manos en su delantal y después salió de la cocina. Lucía le cubrió los ojos a Elli con una bandana de colores y después comenzaron a correr, mientras lo hacían, Elli era la única que reía, mi sobrina era demasiado inteligente y evitaba emitir sonido alguno para que no pudiera atraparla.
Caminé hacia donde ellas estaban, me coloque el dedo índice en mis labios pidiéndole a Lucía que guardará silencio, la pequeña asintió con emoción, me quedé quieto a la mitad del jardín esperando a que ella llegara por mí.
Elli: no te escucho, Luci.- dijo entre risas, corrió unos cuantos pasos y chocó conmigo, la tomé de la cintura para que mi cuerpo no la hiciera caer al suelo, deslizó la bandana por su cara haciendo que esta quedará rodeando su cuello, sus ojos se encontraron con los míos, le sonreí o al menos eso intenté, ella me dió un empujón para alejarme y después miró a Lucía.- eres una tramposilla.
Lucía: ¿ustedes son novios?- nos miró a ambos con curiosidad mientras jugaba con los listones de su pijama, Elli no dudó en negar.
Donovan: aún no, pequeña.- mi sobrina sonrió y después se sentó en el césped con sus piernas cruzadas.- tienes que darte un baño, aún traes el chocolate que comiste la noche anterior, Lucía.
Elli: sí, Uriel me pidió que me hiciera cargo de eso.- dió unos pasos hacia la pequeña y la levantó en sus brazos.- bueno, vámonos Lucía, tu tío ya dió órdenes estrictas.
Donovan: me dijo Carmen que quieres preparar galletas en un rato más.- asintió entrecerrando los ojos por los rayos del sol.- ¿puedo ayudar?
Lucía: ¡Sí, tío!- contestó con mucha emoción, Elli estaba apunto de decir que no antes de que Lucía contestará, al final soltó un suspiro y asintió.
Donovan: entonces avísenme cuándo tengan todos los ingredientes para salir de mi oficina.- ambas asintieron, Elli entró primero con mi sobrina en los brazos, yo decidí quedarme un poco más en el jardín.

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