Capítulo 105

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Había pasado un mes, la tristeza parecía haber disminuido un poco, sin embargo, volvía cuándo veía algo que me recordaba a Ariel, no tenía ánimos de salir a ningún lado y la mayoría del tiempo distraía mi mente ayudándole a Carmen con las tareas del hogar, Donovan tuvo que irse a trabajar y yo no quise detenerlo, sabía claramente que él era el único que quedaba frente a su negocio familiar, Fabiola venía de vez en cuando para hacer más ligero mi día y pasar tiempo con Lucia en las tardes, Noé vino a verme hace un par de días, se veía decaído también pero aún así hizo un esfuerzo para platicarme los planes que tenía para él y mi hermana antes de todo lo sucedido.
Me contó que cuándo ella regresará iban a tener una cita, en esta él le pediría ser su novio, tenía todo listo, mientras me contaba, las lágrimas se acumulaban en sus ojos pero rápidamente desaparecían en un parpadeo.
Tenía cosas que ordenar, Donovan me pidió entregar el departamento que solíamos usar mi hermana y yo, así que aquí estoy, guardando cada cosa que nos pertenecía a ambas, todo el interior quedó completamente vacío, me sentía demasiado triste al ver todo de esa manera, seguía reviviendo los momentos que ella y yo tuvimos aquí, la veía correr de la cocina al sofá para no perderse una escena de su serie favorita, o poniendo atención a un vídeo con la receta de su siguiente postre.
Sabía que era tiempo de afrontar la realidad y de darme cuenta que la vida continuaba, pero me era difícil siquiera pensar en ello, también tenía que ir a la pastelería, había decidido entregarles la renuncia a todos los trabajadores que había, ellos recibieron una cantidad de dinero por liquidación, Donovan se encargó de hacerles llegar dicha cantidad.
Donovan: ya he subido todo al auto, cariño.- me habló con suavidad, él sabía que mi mente seguía trayendo los recuerdos, solté un suspiro y lo miré.- ¿nos vamos?- asentí, apagué la luz de la sala, esta era la única que faltaba, cerramos la puerta principal y sentí cómo algo me presionaba la cabeza con fuerza, me recargue por un segundo en el hombro de Donovan, este me sostuvo con ambos brazos.- ¿vamos con el médico?
Elli: no, estoy bien.- tomé un poco de aire y lo solté lentamente, abrí mis ojos encontrándome con Donovan notablemente preocupado.- quiero irme de aquí.
Donovan: de acuerdo.- se mordió el labio inferior y me ayudó a subir al auto, después se subió él.- nuevamente te mareaste, Elli, algo no está bien y tú lo sabes.
Elli: estoy bien, seguramente fue por el golpe de luz.- encendió el auto y soltó un suspiro mientras negaba con la cabeza, observó por el retrovisor que ningún auto fuese a pasar y después comenzó a conducir en la carretera.
Donovan: no te has alimentado bien, tampoco duermes cómo debes y para mantener tu mente tranquila haces un sin fin de cosas, te estás debilitando y tu cuerpo lo está resintiendo.- me recargue en la ventanilla del auto y suspiré con cansancio.- vamos a casa, necesito que descanses.
Elli: cielo, quiero ir a la pastelería, habíamos quedado en ello.- negó rotundamente sin mirarme.- por favor.
Donovan: dime lo que quieras hacer ahí y yo iré al amanecer, me encargaré de ello.- me acomodé mejor en el asiento y lo mire.- ¿crees que no me doy cuenta de lo que te pasa?, te mareas con frecuencia, me has dicho que se te dificulta despertar, no quieres comer bien, tu mente viaja demasiado, te he escuchado vomitar un par de veces, sé que algo no está bien contigo pero intentas convencerme de que sí.
Elli: te amo, Donovan.- su mandíbula se tenso, soltó un suspiro tembloroso y evitó mirarme, sus ojos brillaban cómo dos hermosas perlas.- llévame a la pastelería, recuerda que dejamos postres que seguramente ya están caducados, además de las cremas batidas, etc, también dejamos flores que ya deben de estar marchitas y estas llamarán a los bichos.- no me respondió, seguía mirando fijamente hacia enfrente.- por favor.
Donovan: sé que no te preocupas por ti misma y minimizas lo que sientes, pero a mí si me preocupa lo que te pasa.- su voz sonaba entrecortada, parpadeó un par de veces y después habló.- te llevaré.- fue lo último que dijo, su vista seguía atenta a la carretera.
En todo lo que hicimos de camino no me dirigió la palabra, sé que esto es demasiado difícil para él y entiendo que mis acciones lo hacen aún más complicado.

UNA VENGANZA EQUIVOCADA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora