Sentí unos suaves toques en las palmas de mis manos, abrí los ojos con pesadez, tenía un foco colgando encima de mi cabeza que era lo único que alumbraba, olía a metal oxidado, el piso estaba extremadamente sucio y las paredes parecían estar manchadas de aceite, estaba sentada en una silla de madera, mis manos estaban atadas a mi espalda y escuchaba un sollozo detrás de mí, quería hablar pero mi boca estaba cubierta con cinta adhesiva y no podía hacer nada, acaricié su mano, era pequeña, delgada y suave, estoy segura de que se trata de Fabiola.
Teníamos, seguramente, un par de días secuestradas, durante este tiempo nos han intentado sacar información referente a los planes de Donovan y Uriel, por supuesto, no han logrado que digamos ni una sola palabra, por alguna razón, pensaba continuamente en Donovan, seguramente están buscando a Fabiola y con ello me encontrarán a mi.
Me sentía un poco mareada aún por la sustancia que había inhalado, me dolía la parte frontal de mi cabeza e incluso sentía náuseas, una puerta de madera soltó un chirrido al abrirse, un hombre alto, robusto y con bigote de días se acercó a nosotras mientras sostenía su celular en la oreja, me mostró una sonrisa malvada y después dijo al teléfono.
Xx: señor, han pasado dos días y ellas no han hablado, sigue siendo un riesgo estar aquí.- no escuché lo que le decía la otra persona, este me miró.- claro, me sorprende que aún no estén muertas, les hemos propinado algunos golpes qué, por ser mujeres, debieron de haberlas noqueado.- guardó silencio un par de segundos y sonrió con picardía.- bueno, entonces me encargaré de ellas cuándo la noche llegue.- dicho esto, colgó. Acaricié la mano de Fabiola, ella intentaba decirme algo con sus dedos entrelazandose continuamente con los míos
Xx: buenas tardes, preciosuras.- me acaricio la mejilla con descaro, después me quitó la cinta adhesiva con brusquedad.- antes que nada quiero advertirles que de nada les va a servir gritar, estamos en medio de la nada, nadie las escuchará.- me dió un golpecito con su dedo índice en la barbilla y después mejoró su postura.- el jefe me pidió que las matará y les enviará una prueba de ello a los hermanitos Davies, ¿no es eso encantador?- burló sarcástico, yo le hice un gesto de disgusto.
Elli: dios, que deplorable eres.- la sonrisa se borró de su rostro, metió su mano entre mi cabello y lo tiró hacia atrás causandome dolor en el cuero cabelludo, me miró morbosamente los labios y después me dió un beso que me causó repugnancia, al separarse de mí soltó una carcajada que me erizó la piel, sabía que este hombre haría muchas cosas antes de matarnos, junte la suficiente saliva en mi boca cómo para escupirle en la cara, él me soltó haciendo una mueca y se limpió la cara con su guante sucio, después me golpeó la mejilla con dureza.
Xx: volveré en un momento, espero que al regresar ya estén listas para partir.- nuevamente burló, pasó por detrás de mí y después de darle un vistazo a Fabiola, salió de aquel lugar.
Elli: Fabiola, tenemos que buscar la manera de salir de aquí.- ella me respondía solamente moviendo sus dedos en mi mano, el llanto me ahogaba por dentro pero sabía que no era el momento de ponerme a llorar.- quizás podemos quitarnos la cuerda de las muñecas entre nosotras, solo es cuestión de encontrarnos el nudo.- ella movió su dedo índice de arriba hacia abajo, lo tomé como una aprobación. Deslicé mis dedos por sus muñecas hasta dónde mi atadura lo permitía, toque algo circular y acaricié cada borde de la cuerda tratando de encontrar el lado correcto, comencé a desenredar poco a poco, a veces me tenía que estirar de más y eso me lastimaba, sin embargo, eso no me importa ahora.
Después de una lucha constante para desamarrarla, la cuerda cayó entre ambas sillas dejando libres las manos de Fabiola, ella se deshizo los nudos que había en sus tobillos y después se quitó la cinta adhesiva.
Fabiola: te está sangrando el labio, Elli.- dijo mientras me quitaba con dificultad la cuerda que unía mis manos, después me ayudó con los pies.- ahora tenemos que buscar la manera de salir de aquí, miraré si la puerta está abierta.- ella se dirigió hasta ese lugar y tomó el pomo para girarlo, está estaba cerrada.
Elli: hay una ventana, Fabiola, pero está un poco alta.- miramos a nuestro alrededor para buscar algo que nos pudiera brindar la altura que necesitábamos, coloqué una de las sillas recargada en la pared, en uno de los rincones había un bote de color blanco con pintura seca de color azul, lo tomé y lo coloque sobre la silla.- sube.- ella asintió sin dudarlo, se subió y después comenzó a luchar con la ventana, esta se movía lentamente pero al final de cuentas se abría.
Fabiola: ya está, por favor, no te detengas a mirar nada más como en las películas ¿de acuerdo?- asentí, ella entró por la ventana y después desapareció de mi campo de visión, seguí sus pasos, me apoye sobre las palmas de mis manos y subí con dificultad hasta poder mirar al exterior, la puerta de madera se abrió nuevamente, el pánico se apoderó de mi cuerpo y me tire, caí de espaldas sintiendo cómo las pequeñas piedritas se enterraban en mi piel.
Fabiola: levántate, tenemos que correr.- me tomó de la mano para ayudarme a levantar, miré unas manos asomarse en el umbral de la ventana, ambas corrimos por un camino de terracería con nuestras manos entrelazadas, miré a mis espaldas, cuatro hombres corrían hacia nosotras con rapidez, me sentía atrapada, escuchaba los sollozos de Fabiola y yo no podía evitar llorar.
Llegamos al borde de un barranco lleno de musgo, al final de este había un río que corría con violencia, estaba dispuesto a llevarnos entre sus corrientes, ambas nos quedamos paralizadas al ver lo que había frente a nosotras.
Fabiola: no podemos saltar, Elli, el río nos llevará.- sus ojos parecían un par de cristales que me atormentaban, los hombres mantuvieron distancia.
Xx: matenlas.- ordenó el último hombre mientras tomaba una bocanada de aire, otro de los encapuchados sacó su arma y le apuntó a Fabiola, la cubrí de mi cuerpo, el estruendoso sonido del disparo me aturdió y sentí la penetración justo a lado de mi hombro, por encima de mi pecho, ambas nos caímos por la barranca debido al impulso que ocasionó la bala en mi cuerpo, rodamos unas cuantas veces y el agua nos atrapó.
La corriente nos alejó del campo de visión de los matones, sin embargo, sentía que mi cuerpo se desforzaba y le daba oportunidad al río de tragarme con facilidad, Fabiola me tomaba del brazo con fuerza y me gritaba para que yo no me durmiera, la herida no parecía haber sido en una parte importante que me pudiese provocar la muerte al instante, sin embargo, desangrarme no quita esa posibilidad del todo.
Fabiola se aferró a una de las piedras con musgo y me ayudó a cruzar el río, la sangre se diluía con el agua que había empapado por completo mi cuerpo, tenía un pequeño agujero por debajo de la clavícula, casi a un lado del hombro, Fabiola se quitó sus calcetines húmedos y los hizo uno solo, presionó la herida para evitar que la sangre saliera a chorros.
Fabiola: tenemos que llegar a la primer casa que aparezca para conseguir un teléfono y poder llamar a mis hermanos, ¿puedes seguir?- dijo preocupada, yo asentí, me levanté con esfuerzo y ella me permitió apoyarme de sus hombros, ambas teníamos algunos golpes en el cuerpo y unos moretes muy discretos en las mejillas, aquellos hombres nos daban bofetadas o puñetazos en las piernas cada que no conseguían sacar información.
A base de tropezones, descansos de solo segundos, etc, por fin miramos una casa al finalizar las rocas con musco, esta era de color rosa por fuera y tenía algunas plantas colgando del techo.
Fabiola: por favor, aguanta un poco más, iré a tocar la puerta.- yo asentí tratando de mantener mis ojos abiertos, ella me dejó recargada en un muro y corrió hacia la casa para comenzar a tocar con brusquedad, una mujer adulta abrió la puerta y al mirarnos su rostro palideció.- por favor, ¿me podría prestar su teléfono?, mi mejor amiga está herida y tengo que llamar a mis hermanos para que vengan cuánto antes.
Mujer: cariño, es mejor que le llames a una ambulancia.- Fabiola mordió su labio inferior con nerviosismo, la debilidad se apoderó de mi cuerpo y me fue imposible tener los ojos abiertos, mi cuerpo se deslizó por el muro hasta que toque el frío suelo quedando inconsciente.
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UNA VENGANZA EQUIVOCADA
RomanceTe heriré por esto. Todavía no sé cómo, pero dame tiempo. Sabrás que la deuda estará pagada. ~George R. R. Martin~