Capítulo 95 (Narrador)

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Ariel llegó al lugar acordado, había conseguido un comprador que le había pedido encontrarse en el club, este quería mirarlo y si es posible, comenzar a trabajar en el lo antes posible, ella no se negó ya que quería quitarse ese pasado que tanto le atormentaba y dolía.
Le había avisado a su padre en dónde estaría, también le comento los planes que tenía con el club y también con su futuro, discutieron porque a Pierre no le parecía la idea de que se mudará a Aspen, y mucho menos si su idea era vivir con Elli, una de sus tantas enemigas.
Ariel: ¿hola?- dijo mientras se adentraba al lugar, todo el interior estaba oscuro, pasó su delgada mano por la pared hasta llegar a dónde se encontraba el interruptor, habían hecho algunos cambios demasiado notorios para ella, ya no tenía nada de lo que su mente recordaba. Caminó por todo el club intentando ahogar sus recuerdos dolorosos, escuchaba las risas de las bailarinas que no estaban presentes, se le formó un nudo en la garganta cuándo recordó la traición a su hermana, y rompió en llanto cuándo recordó la muerte de su primer amor, Hugo. El golpeteo de sus tacones hacía eco y rompía el silencio que había dentro, Ariel se recargó un momento en una de las mesas tratando de soportar el dolor en su garganta, sintió un golpe fuerte en la parte trasera de su cabeza, todo a su alrededor comenzó a dar vueltas y aparecieron infinidad de destellos que la hicieron caer inconsciente al frío suelo.
Lemuel, encapuchado, la llevó arrastrando hacia una de las oficinas que se encontraban al final del pasillo, al parecer, ya tenía todo preparado, había una silla metálica en el centro de aquella oficina vacía, la sentó en esta y le ató las manos al respaldo, los pies los rodeó de cinta adhesiva al igual que sus labios.
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Ariel despertó sintiendo una fuerte punzada en la nuca, su cabeza se balanceó con pesadez y abrió los ojos con dificultad, veía que todo daba vueltas y la silueta frente a ella parecían ser otras tres más.
Sonó una risa familiar que le causó un escalofrío, Lemuel estaba frente a ella, su celular se movía de ángulo y la cegaba el flash que este soltaba de repente, intentó gritar pero la cinta que cubría su boca no le dejo siquiera abrir los labios, las lágrimas de impotencia no tardaron en salir, comenzó a moverse con desesperación sobre la silla pero no logró nada.
Lemuel: nos volvemos a encontrar, mi querida Ariel, me presento, soy el futuro dueño de tu club.- dijo con una sonrisa perversa mientras le enviaba las fotografías a Pierre, por supuesto, Ariel no lo sabía aún.- sigues igual de bella que antes.- se acercó a ella, pasó su dedo índice por el hombro desnudo de Ariel y se detuvo en el borde de sus senos, ella gritó o al menos eso intentó, el sonido solamente se quedó estancado en su garganta, aquel disfrutó de eso, le quitó la cinta adhesiva de los labios para que ella pudiera hablar.
Ariel: ¿por qué haces esto?- su voz ronca destraba el daño que se había hecho en su garganta, Lemuel se puso en cuclillas frente a ella y suspiró.- yo jamás te he hecho ningún daño, he intentado mantenerme alejada de ti, te quedaste con muchas ganancias de mi club, ¿por qué me tienes aquí?
Lemuel: tú no me hiciste nada, pero tu padre sí, y esta es mi venganza por todo lo que me perjudicó.- Ariel se quedó en silencio esperando a que continuará.- ¿no te ha dicho nada, cierto?
Ariel: ¿que me tendría que decir?- Lemuel acarició las pantorrillas de Ariel con morbo, después se detuvo en sus rodillas y apretó con rudeza, ella se quejó.
Lemuel: le ayude a encubrir tu puto asesinato, aún cuándo él sabía que mi hermano estaba preso y que había sido condenado, dijo que me ayudaría a sacarlo de ahí, pero eso jamás pasó, cómo siempre, dijo que él era su prioridad y que no podía hacer nada por mi hermano, sin embargo, me dió una gran cantidad de dinero cómo disculpa por no haber cumplido con su palabra.- burló con resentimiento.- no obstante con eso, me dijo que haría crecer la reputación de mi casino, con ese pretexto se metió poco a poco hasta que me lo quitó, nuevamente se disculpó dándome unos cuántos dólares, de repente decidió "despedirme" porque según él, un drogadicto no le servía para nada en SU casino, ¡EL FUE QUIEN ME METIÓ TODAS ESAS PUTAS DROGAS!- ante aquel gritó, Ariel se exhalto sobre la silla y su corazón comenzó a latir con fuerza.- él me quitó lo que yo más amaba, a mi hermano y mi negocio, y me amenazó con matarme si yo decía algo sobre el asesinato de Hugo Davies.- escupió al costado de la chica, aunque prácticamente su paladar y lengua estaban completamente secos.- él anda por la vida con mucha tranquilidad, disfrutando de las ganancias de mi casino y viviendo cómo un jodido rey, eso se acabará hoy.
Ariel: yo no tengo la culpa de las malas obras que mi padre haya hecho, soy inocente de absolutamente todo.- tragó un poco de saliva y después continuó.- quizás estoy involucrada en la muerte de Hugo Davies, pero también sabes que no tuve elección, me amenazaste con hacerle daño a mi hermana, soy una víctima de ustedes.
Lemuel: el problema hacia ti ya no es personal, quiero que tu padre sufra cómo yo he sufrido, que se quede sin nada y tenga que mendigar para poder comer, eso quiero, eso deseo y lo voy a lograr.- ella sentía miedo, pero no tanto por su bienestar o por lo que pudiese ocurrirle, tenía miedo porque sabía de lo que era capaz Lemuel con tal de salirse con la suya. Soltó una risita mientras veía la pantalla de su celular, nuevamente lo guardo en su bolsillo trasero del pantalón, el sonido molesto de una puerta oxidada atravesó los oídos de Ariel, aquella sabía de quién se trataba gracias a la reacción del hombre que se encontraba frente a ella.
Lemuel: la rapidez se convierte en su mejor virtud cuando se trata de quién ama.- soltó una risa molesta y enferma, le colocó la cinta adhesiva en los labios a Ariel y después sacó su arma apuntando hacia la puerta.
Solo bastaron unos segundos para que Pierre entrará en aquella oficina, estaba solo, tal y cómo Lemuel le había ordenado, por primera vez era Pierre quien recibía órdenes y era humillado por dicha razón, se quedó quieto mientras apuntaba con su arma a Lemuel.
Lemuel: ha pasado un tiempo, Harper.- ladeó su cabeza con provocación y sonrió de lado sin quitarle la mirada de encima.- podrías haber disparado en cuánto entraste, ¿por qué no lo hiciste?
Pierre: no sabía en que desventajas tendrías a mi hija, déjala ir y nosotros nos arreglaremos de la manera que mejor te convenga.- aquel soltó otra carcajada, Pierre intento aprovechar que Lemuel se había movido un poco, sin embargo, su enemigo apunto con el arma a su hija.- haré lo que pidas, Lemuel, te daré todo lo que quieres, pero déjala seguir con su vida.
Lemuel: ¿tú crees que podrá seguir con su vida tan tranquilamente?- soltó un suspiro y negó chasqueando la lengua.- te aseguro que no hay un solo día en el que no piense en lo que hizo.- miró a Ariel de una forma detestable, cómo sí fuese un bulto sin sentido.- tú me quitaste todo, Pierre, estoy en la calle, cómo un puto vagabundo, estás disfrutando de las ganancias que te deja MI casino, dejaste que mi hermano se pudriera en esa puta celda e incluso ordenaste que le dieran una golpiza, de la cuál, no salió vivo, eres un ser tan repugnante que tu único destino es la desgracia, la muerte, pero antes quiero que sufras igual que cómo yo sufrí.- lamió su labio inferior mientras miraba nuevamente a Ariel, ella no dejaba de llorar y de mirar a su padre en busca de ayuda o quizás, pidiéndole que se fuera.- ¿Ariel te contó lo bien que la pasamos hace unos años?, aún tengo el sabor de su boca en la mía, puedo sentir su piel suave entre mis dedos y sus gemidos adoloridos en mis oídos.
Pierre: ¿qué mierda estás diciendo?- dió un paso amenazante hacia Lemuel, este se acercó a Ariel.
Lemuel: dile a tu padre lo que sucedió entre nosotros, explícale que yo te pedí que asesinaras a Hugo Davies, habla.- le quitó bruscamente la cinta adhesiva de los labios, ella ni siquiera pudo sentir el ardor que había dejado en las comisuras de su boca, rompió en llanto y cerró sus ojos con fuerza, sintiendo vergüenza ante su padre.
Ariel: ¡Lo siento, papá, yo no quería!- su voz desgarrada y ronca atravesó los oídos de Pierre cortándole todo su interior, nunca había llorado, pero esta vez, ni siquiera pudo evitarlo, disparó intentando alcanzar a Lemuel con la bala, pero solo fue una acción fallida, sin embargo, Lemuel logró dispararle a Ariel un par de veces en el estómago, la sangre no tardó en manchar su ropa y comenzó a gotear en el suelo, Pierre disparó cómo un loco desquiciado, algunas balas atravesaron a su objetivo, él se abalanzó contra Ariel intentando protegerla, recibió disparos en la espalda y uno más en el cuello.
La oficina se quedó en total silencio por un par de minutos, Ariel estaba tirada a lado del cuerpo de su padre, quien la veía con lágrimas resbalando por el borde de su nariz.
Pierre: te amo con mi vida.- intentó acariciar la mejilla de Ariel pero su mano cayó cómo una pluma sobre el suelo, su rostro palideció tan rápido que ni siquiera le dió oportunidad a su hija de responder esas palabras.
Ariel: papá...- su cuerpo también comenzaba a quedarse sin fuerza, todo a su alrededor daba vueltas y le dolía terriblemente su estómago. Lo último que alcanzó a escuchar fue el sonido de las torretas de policías o quizás era la ambulancia, su sentido del oído comenzaba a fallar.

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