Me coloque de rodillas en el césped observando cómo Donovan quitaba las hierbas que no son deseadas, estas crecían alrededor de los geranios y les daban una apariencia desagradable, estaban llenas de espinas pequeñas y otras grandes.
Elli: ¿qué tipo de flores son estas?- me deslicé por el césped hasta uno de los maceteros que se encontraban entre la luz del sol y la sombra que hacía el techo sobrante de la casa, él miró en mi dirección y después continuó haciendo lo suyo.
Donovan: se llaman hortensias, son las favoritas de Carmen.- asentí acariciando sus pequeños pétalos abultados, él apuntó a otra de las plantas que se encontraba pegada en la pared.- aquella de allá se llama bugambilia, es la favorita de Fabiola, crecen muchísimo, tiene espinas muy largas y es muy complicada en invierno, tengo que cubrirla porque de lo contrario, tiene muchas posibilidades de morir.
Elli: oh ya veo, ¿y cuál es tu planta favorita?- él miró a su alrededor y centró su mirada en mí, noté cómo encorvo sus labios pero después desvió su mirada.
Donovan: no tengo una planta favorita.- suspiró y siguió arrancando las hierbas molestas.
Elli: ¿sabes?, dice que la lavanda tiene un aroma muy relajante, es apta para personas con mentes estresadas, deberías de comprar una.- me miró de reojo pero no respondió nada, yo solo sonreí, me levanté y camine alrededor del jardín mirando las demás plantas, hubo una que me recordó a mi infancia cuándo vivía con mi madre en México, claveles, unos eran de color rojo, otros color salmón y otros blancos, estaban en perfectas condiciones, los tenían protegidos para que no les diera la luz de sol directamente, era la planta favorita de mi madre, acaricié las flores con la punta de mis dedos y sonreí.
Donovan: no será necesario que les pongamos agua, al parecer hay pronóstico de lluvia, eso las mantendrá húmedas.- asentí regresando mi mirada a él, se dirigía a mi mientras se quitaba los guantes de jardinero y miraba a su alrededor.- este árbol era un manzano, no sé que sucedió que dejó de producirlos y ahora es un árbol común.- se acercó y acarició una de sus hojas verdes.
Elli: bueno, ahora le da sombra a este columpio en tiempos de calor.- asintió resignado, me senté en la silla de madera y comencé a balancearme con suavidad para no lastimar el tronco del que estaba sujetó el columpio, Donovan me detuvo poniéndose en cuclillas frente a mí aferrándose a los reposabrazos de la silla.
Donovan: no he olvidado lo que sucedió ayer en tu habitación.- tensó su mandíbula mientras me veía los labios y los ojos con frecuencia.- soy muy malo para recordar cosas que hago estando ebrio, sin embargo, eso no lo he olvidado.
Elli: ¡Uriel!- fingí una sonrisa y miré a sus espaldas, él se giró soltando una de sus manos y entonces yo aproveché para salir de aquel acorralamiento, apresuré mi paso por el jardín y escuché cómo corría detrás de mí, me giré un poco y pude ver qué me veía con picardía, intenté correr mientras reía pero me levantó del suelo rodeando mi cintura y después caímos sobre el césped, él se colocó encima de mí inmovilizandome y puso sus manos alrededor de mi cara, acarició mi nariz con la suya mientras tocaba mis mejillas con sus pulgares.
Alguien comenzó a mojarnos, no era con una buena intención, podía sentirlo, Donovan intentó cubrirme con su cuerpo pero claramente eso era imposible, ambos nos levantamos cuándo el agua dejó de atacarnos, Paula se encontraba frente a nosotros con los brazos tensos a sus costados.
Elli: ¿estás loca?- claramente me sentía muy molesta por su manera de actuar, ahora estaba escurriendo completamente mientras ella se burlaba despistadamente de mi.
Donovan: Paula, espérame en la oficina.- dijo entre dientes, la chica se dió la vuelta con fastidio y entró a la casa arrastrando sus pies, parecía una niña berrinchuda.- ve a cambiarte.
Elli: no necesito que me lo digas, sé claramente lo que tengo que hacer.- lo miré de mala gana y entre por la puerta trasera, el silencio reinaba en la casa, solo podía escuchar los sonidos que Carmen hacía en la cocina.
Subí las escaleras y entre a la habitación azotando la puerta, no siento que odio a esa chica pero me cae demasiado mal, no me agrada, busca la manera de hacerme la vida imposible y más si estoy cerca de Donovan, yo no tengo la culpa de que él esté reaccionando de esa manera.
Saqué una pijama cálida del armario y ropa interior seca, después me cambié en el baño después de secarme bien el cuerpo, mi cabello tenía una apariencia muy poco agradable, lo deje suelto para que la humedad no le fuese a afectar.
Regresé a mi cama y me recosté mirando hacia el techo de la habitación, Donovan iba a besarme de nuevo y tampoco hice el intento de quitarme, sé que enamorarme de él sería lo incorrecto pero, ¿qué pasa si ya no puedo evitarlo?
Odio que mi corazón se acelere cada vez que él está cerca, o sentir que sus labios me atraen cuándo habla o que quiero ser la razón por la que vuelva a sonreír.
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UNA VENGANZA EQUIVOCADA
RomanceTe heriré por esto. Todavía no sé cómo, pero dame tiempo. Sabrás que la deuda estará pagada. ~George R. R. Martin~