Capítulo 113

227 9 1
                                    

El sol se estaba ocultando ya, hoy oficialmente tenía 23 años, al despertar, Carmen me recibió con un pastel pequeño que ella misma había horneado, Lucia la acompañaba con un pequeño plato de helado de vainilla que al final se terminó comiendo ella, ambas me cantaron feliz cumpleaños y soplamos las velas, no sin antes pedir un deseo. Fabiola también había estado aquí junto a Luis y Noé, me abrazaron fuera e incluso me trajeron regalos, luego se fueron llevándose a Lucía con ellos.
Ahora me encontraba frente al tocador de la habitación, llevaba puesto un vestido color blanco con mangas transparentes que tenían brillos esparcidos, unos tacones del mismo color y mi cabello suelto sobre mis hombros, me puse perfume y también me maquille un poco. Fabiola me había traído la ecografía y unos pequeños calcetines amarillos dentro de una caja de regalo, la guardé en mi bolso de mano y esperé nerviosa a qué Donovan llegará por mí, había ido a su trabajo para arreglar unas cosas que tenía pendientes y dijo que después me recogería, sentía un nudo en el estómago que me alteraba las náuseas, tomé un poco de aire y sacudí mis manos para intentar desaparecer los nervios.
Recibí un mensaje de Donovan en mi celular, decía "Estoy abajo, cariño", solté un último suspiro y después de asegurarme que llevaba todo en mi bolsa, bajé.
Él llevaba una camisa de vestir blanca con un pantalón del mismo estilo de color negro, sus músculos se marcaban y eran una tentación visual, bajé el último escalón y él me recibió con una sonrisa, sus ojos escanearon mi cuerpo y mordió su labio inferior.
Donovan: te ves hermosa.- su brazo se aferró a mi cintura y me dió un beso tierno.- ¿estás lista?
Elli: estoy lista, mi amor.- siempre que lo llamaba así lo hacía sonrojar, desvió su mirada y me tomó de la mano para juntos salir de la casa. Quería despedirme de Carmen pero al parecer Donovan ya le había dicho con anticipación y estaba en su habitación, hacía frío y mi vestido era corto, no sé en qué momento se me ocurrió ignorar los pronósticos del clima para el día de hoy, subí casi corriendo al auto, Donovan solamente soltó una risita.
Elli: te miras muy guapo.- acaricié su mano y me regaló una sonrisa de media luna, luego entrelazó nuestros dedos.
Donovan: quiero que hoy sea un día inolvidable para ti, claramente haré que todos tus cumpleaños sean memorables, sin embargo, quiero que el número 23 sea el que resalte más en tu memoria.
Elli: estoy nerviosa.- me encogí de hombros dándole un suave apretón en su mano, él simplemente sonrió.
.
.
.
Llegamos casi al anochecer, la pequeña cabaña estaba rodeada de algunos árboles altos, me sorprendía que aún estando el clima frío, ellos siguieran de pie con todas sus hojas intactas, ambos nos bajamos del auto y comenzamos a caminar por un estrecho camino de pequeñas piedritas, antes de subir el primer escalón, Donovan me detuvo.

Donovan: te voy a cubrir los ojos, ¿de acuerdo?- asentí, pasó una tela roja por encima de mi cabeza y la ató en mi nuca dejándome sin ninguna visión, él me tomó de la mano y comencé a caminar con desconfianza, temía caerme encima de todas las piedras.- tranquila, no dejaré que caigas.- solté un suspiro y me dejé en las manos de él, mis tacones se enterraban entre las piedras y eso hacia que dar el paso fuera más difícil. Subimos el escalón con cuidado, ahí me quedé quieta escuchando cómo unas llaves golpeaban la madera de la puerta, luego esta misma crujió.
Donovan: ahora entraremos.- dijo casi en mi oído provocándome un escalofrío en la espalda, dimos unos cuántos pasos más y nuevamente escuché el crujir de la puerta, sentí que él me hizo girar sobre mis propios pies, poco a poco comencé a mirar su cuerpo frente a mí, detrás de él estaba la puerta por la que habíamos entrado.- acostumbrate primero, no quiero que te vayas a marear.- asentí, podía ver el reflejo bailarín de unas luces rojas en las paredes de madera.- ahora sí, voltea con cuidado.- nuevamente me giré sobre mis propios talones, bajo mis pies había un montón de pétalos esparcidos por todo el suelo, frente a una chimenea había una cama con más pétalos y un enorme ramo de flores rojas, unas cuantas bolsas de regalo y un oso pequeño de peluche, al costado de la cama había simulaciones de veladoras que provocaban ese efecto en las paredes.
Me gire al otro extremo, estaba una mesa con dos sillas, en medio había un par de velas largas que aún se encontraban apagadas, los platos estaban puestos en sus respectivos lugares y en el centro también estaba un recipiente hondo, dos cajas de pizza, una botella de vino y dos copas.
Donovan: feliz cumpleaños, mi reina.- me susurró en el oído y después se dirigió a la mesa para encender las veladoras.- adelante, por favor.
Elli: todo se ve hermoso, Donovan.- tenía un nudo en la garganta que no podría contener por mucho tiempo, camine hacia donde él estaba, separó la silla de la mesa y yo enseguida me senté.- no sé que decir, quiero llorar...- hice un puchero, él soltó una risita y me dejó un beso en la frente.
Donovan: he preparado pasta, busque muchas recetas en internet hasta que dí con una que me agradó, espero que te guste.- le quitó la tapadera al recipiente hondo y comenzó a servir lo que había preparado, el olor que salía de la comida era demasiado exquisito, en mi mente hablaba con mi bebé y le explicaba lo que su papá nos había preparado para hoy.
Donovan me sirvió una copa de vino, sabía con claridad que yo no podía beber ni siquiera un poco, así que simplemente sonreí, él levantó su copa y me invitó a que yo hiciera lo mismo.
Donovan: quiero hacer este brindis por nosotros, por todo lo que hemos pasado y por los obstáculos que logramos vencer para estar juntos.- juntamos nuestras copas, simplemente me humedecí los labios con el vino y después me seque con una de las servilletas.- prueba, quiero saber tu opinión.- tomé el cubierto y enredé la pasta en los picos del tenedor, después la metí a mi boca, no sabría describir el sabor que tenía en mi paladar, simplemente me cubrí los labios y abrí mis ojos tanto cómo pude.
Donovan: ¿sabe horrible?- hizo un gesto de nerviosismo, esperando quizás una respuesta negativa.
Elli: sabe increíble, a partir de este momento ya nunca jamás iremos a restaurantes, tú me vas a preparar pasta.- soltó un suspiro y una sonrisa de alivio, luego asintió.- comamos.
Donovan: provecho, mi reina.- amaba que me dijera así y sé que él lo sabía, comenzamos a comer en total tranquilidad, de repente había un silencio en la mesa pero no era nada incómodo, disfrutábamos de nuestra compañía y del sabor de la comida, podía escucharse el sonido del viento y las hojas de los árboles bailando y chocando entre sí, no me aterraba escucharlo.

UNA VENGANZA EQUIVOCADA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora