Parte 13

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Otro día más encerrada en este lugar, comenzaba sentirme adolorida, extrañaba ver los rayos del sol entrar por la ventana y sentir la suave brisa del viento acariciar mis mejillas, sólo veía luz artificial y recibía el aire que yo misma expulsaba.
Al parecer ya habían comenzado a trabajar con la ventana de la habitación de a lado, eso significa que mínimo podré estar sola y no acompañada de un imbécil que me trata cómo más se le antoja.
Aún me sentía avergonzada por lo que había sucedido ayer por la noche, sentía asco y quería estar todo el tiempo sola, no toleraba estar cerca de él.
Donovan: ¿te quieres duchar?- me sacó de mis pensamientos, me quité las sábanas de encima y me encaminé al baño sin siquiera darle una respuesta clara.- te llevaré la tina en lo que te quitas la ropa.- decidí que era mejor ignorarlo, no quería entablar ningún tipo de conversacion con él. Se puso en cuclillas frente a la tina y abrió el grifo para que esta comenzará a llenarse, mientras eso pasaba, le ponía algunas esencias o jabones espumosos.
Me quité la ropa que llevaba puesta y la dejé sobre el inodoro, después me metí al agua sin siquiera esperar a que él terminará, sé que mi actitud lo estaba tomando por sorpresa pero eso para nada me importaba, recordaba las palabras de mi padre, el momento en el que descubrí a mi hermana con mi novio y todo lo que he pasado aquí por culpa de no sé quién, y todo eso me estaba atormentando.
Donovan: te buscaré algo de ropa, quizás Fabiola tenga algo que te quede.- no respondí tampoco, él se puso de pie y salió de la habitación, me sorprendió que ahora haya tenido el valor de dejarme sola, quizás sabe que estoy demasiado jodida como para salir corriendo.
Me enjabone el cabello y después lo retiré con agua limpia, no me gustaba ducharme en la tina ya que estaba impuesta a la regadera que mi padre tenía en su baño, me froté el cuerpo con espuma de jabón y hundí un poco mi rostro en el agua para relajarme, sentí un fuerte tirón que me hizo respirar un poco del agua y comencé a toser con desesperación.
Donovan: ¿qué mierda crees que haces?- me dió suaves golpes en la espalda y me secó la cara con una toalla de color blanca, le dí un leve empujón y yo misma me encargue de quitarme el jabón de los ojos.- ¿quieres morirte?- asentí sin siquiera mirarlo a los ojos, él permaneció en silencio sin quitarme la mirada de encima.- te quitaré el castigo de las esposas, Elli, te están lastimando las muñecas, si escapas tendrás que enfrentarte a un mundo totalmente desconocido, quizás te parece extraño pero, nosotros somos tu único lugar seguro.- lo miré sintiéndome confundida.- estamos en Aspen, aquí no correrás y encontrarás a tu padre, vas a desaparecer.
Elli: ¿me sacaron de Dallas?- él asintió presionando sus labios.- dios mío...ustedes están completamente locos.
Donovan: ¿ya terminaste de ducharte?- no le respondí, él tomó la toalla que tenía colgando en su espalda y me la entregó.- Fabiola me dijo que esto te quedaría bien, también tenía ropa interior que recién había comprado y que con gusto podías quedartela.- me envolví en la toalla blanca recibiendo un poco de calor que esta misma me brindaba, salí de la tina y me coloque sobre la alfombra para no humedecer el suelo.- cámbiate, arreglaré la cama mientras tanto.- dejó la ropa sobre el inodoro y después se dió la vuelta para hacer lo que había dicho.
Me seque todo tan rápido que incluso me golpeé un par de veces en el lavamanos al subir la pierna al inodoro, saque la ropa interior de su respectivo paquete y la extendí frente a mí para poder mirarla, era de color rosa pastel con algunos detalles de encaje, al menos no parecía que me haría sentir incómoda, me coloque rápidamente para no quedar totalmente desnuda ante él, también me habían traído unos jeans azules y una camisa de color blanca con un ratón diminuto en el pecho de lado izquierdo.
Donovan: te quedó muy bien.- me miró de pies a cabeza y después miró su reloj.- seguramente ya han servido el desayuno, vamos.
Elli: no quiero desayunar esta vez, no he dormido bien y quiero aprovechar, puedes encerrarme si quieres, no voy a correr.- me miró por un par de segundos y después negó.
Donovan: tienes que bajar a desayunar, Elli, el médico dejó indicaciones estrictas.- puse los ojos en blanco mientras cepillaba mi cabello húmedo con la punta de mis dedos.
Elli: si me muero sería algo maravilloso para ustedes ¿no?- no respondió.- no bajaré, quiero descansar.
Donovan: de acuerdo, cómo quieras.- suspiró.- después de esto iré al trabajo a arreglar unas cuantas cosas, no te muevas de aquí.- lo miré irónica, él se dió la vuelta y salió de la habitación sin decir nada más.
Me dejé caer sobre la cama y comencé a llorar por milésima vez en los días que llevo aquí, no me encontraba en Dallas y eso anulaba cualquier posibilidad de llegar a casa, extrañaba a mis hermanos, también los regaños de mi padre, extrañaba el olor de mi habitación y la comodidad de mi cama.
No podía creer lo que me estaba sucediendo, quería seguir creyendo que todo era un sueño desagradable, del cuál, en cualquier momento despertaré.

UNA VENGANZA EQUIVOCADA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora