Capítulo 101 (Donovan)

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Elli se había despedido de su hermana tal y cómo era debido, el clima no cambio en lo absoluto, al contrario, tormentas eléctricas comenzaron a llegar acompañadas de granizo y fuertes vientos, todos se fueron del cementerio pero Elli me pidió quedarse durante un tiempo más y quería que yo le hiciera compañía, la tumba estaba llena de arreglos florales y una hermosa placa de color salmón adornaba por encima del césped, esta tenía marcado con tinta dorada el nombre, la fecha de nacimiento y de la muerte de Ariel, el agua había logrado humedecer el césped casi en su totalidad, los árboles se movían con brusquedad chocando unos a otros y convirtiendo el momento en uno totalmente desgarrante.
Elli: sé que muchas veces hablamos de la muerte y de lo doloroso que sería no tenernos una a la otra, me dijiste que tenía que ser fuerte y que con esas charlas ya estaríamos preparadas para cuándo una de nosotras muriera.- acarició con delicadeza la placa salmón, la lluvia lograba ocultar sus lágrimas pero no la tristeza que había en sus ojos.- ¿pero quien está realmente listo para ver partir a quien ama?, aún cuándo ya sepas su destino, nunca estarás sinceramente listo para ver morir a quien amas.- apoyó su rostro sobre el césped húmedo, me puse en cuclillas a su lado y la abracé por los hombros.- nos prometimos que seríamos felices aún cuándo una faltará, no sé si voy a poder cumplir con esa promesa, no estaba preparada para verte partir, Ariel, teníamos demasiados planes juntas.- me desgarraba el alma mirarla tan destrozada, quería cambiar el momento y hacer que Ariel reviviera y estuviese a su lado.
Nicolás: la lluvia está más fuerte, tenemos que regresar antes de que decidan cerrar el cementerio.- su voz apareció tan de repente interrumpiendo el desahogo de Elli, se puso en cuclillas y me la quitó de los brazos.- la llevaré a tu auto, no puedo dejar que se enferme.- no respondí, Elli parecía una ligera pluma que podía ser movida sin ningún problema, caminó junto a Nicolás a través de los árboles bailarines, regrese mi vista a la placa con el nombre de Ariel.
Donovan: en algún momento de nuestra cercanía me dijiste que si podía perdonarte por el daño a mi hermano y por habernos hecho sufrir, siempre evadí el tema porque no quería que te lastimaras más pensándolo, quizás ahora es demasiado tarde, pero quiero creer que puedes escucharme, no tengo nada que perdonarte, entendí que habías sido una víctima más.- solté un suspiro y apreté mi garganta intentando controlar el sentimiento que había dentro de mí.- sé con seguridad que te encontrarás con mis hermanos y ellos te darán la bienvenida, sobretodo Hugo, fuiste su primer amor, estará contento de volver a verte.- sonreí con tan solo imaginar ese maravilloso momento.- nos quedaron muchas cosas pendientes por hacer, quería que estuvieras presente en la pedida de mano de Elli...me dijiste que querías que fuese yo quien la hiciera feliz, te prometo que así será, lucharé con toda la fuerza que tenga en mi cuerpo para darle tranquilidad y hacerla sentir protegida, la felicidad vendrá con el tiempo y yo estoy dispuesto a luchar para que ese tiempo sea más corto, te prometo cuidarla y mantenerla a salvo de la oscuridad que tanto le aterra...- escuché un estruendo acompañado de un relámpago, sabía que tenía que irme.- gracias por haber sido tan buena conmigo, si hay una vida después de esta, espero encontrarnos y conocernos en otras circunstancias...te quiero, Ariel.- acaricié por última vez la placa incrustada en el césped húmedo y me levanté para dirigirme a dónde se encontraba Nicolás y Elli.
Parecía que el viento destruiría todo a su paso, los árboles se movían con demasiada brusquedad, temía que algún tronco se partiera por la mitad.
Llegué al estacionamiento del cementerio, este estaba protegido, la lluvia y el viento no podía atacar a los presentes de ninguna forma, Elli estaba sentada en el asiento trasero de un auto color blanco y Nicolás estaba en cuclillas frente a ella acariciando sus nudillos.
Donovan: estoy aquí, ¿nos vamos?- ella asintió con desgano poniéndose de pie, tomé su mano entre la mía y la conducí a mi auto.
Nicolás: ¿en dónde se quedarán?- me asegure de que Elli estuviera cómoda en el asiento delantero y después me giré a verlo.- no creo que tengan pensado regresar a Aspen hoy, las carreteras estarán con neblina seguramente y será un riesgo conducir.
Donovan: lo sé.- suspiré.- he reservado una habitación en un hotel, la llevaré a descansar y partiremos cómo a las 10:00am.
Nicolás: déjala que duerma en mi casa.- elevé una de mis cejas mirándolo fijamente.- te invitaría a ti también pero no puedes dejar una habitación pagada y no usarla, ¿verdad? sería un desperdicio de dinero.
Donovan: el dinero no me importa en lo absoluto, me quedaré en dónde mi novia decida.- Nicolás dejó de mirarme y ahora se dirigió a Elli.
Elli: la casa de Nicolás es cómoda, ¿podemos...- él enseguida asintió, sabía que estaba triste por la muerte de su hermana y lo menos que quería era estar solo, así que accedí.
Donovan: entonces te seguimos en el auto.- mi respuesta lo confundió, seguramente pensaba que yo dejaría sola a Elli con él.- se está haciendo tarde.
Nicolás: de acuerdo, vámonos entonces.- me subí a mi auto y lo encendí, luego espere a que él saliera del estacionamiento para seguirlo durante todo el camino.
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La noche había caído, la lluvia se había detenido pero el viento seguía necio, afortunadamente la casa de Nicolás estaba cálida, Elli estaba frente a la chimenea envuelta en una manta con una taza de té entre sus manos delgadas, cerré bien la cortina y después me senté a su lado.
Donovan: ¿no tienes hambre?- negó con una sonrisa débil, humedeció nuevamente sus labios con el té y cerró sus ojos disfrutando del vapor que salía de la taza.
Nicolás: la habitación está lista, puse mantas extras y también hay velas en el primer cajón del escritorio, a veces se termina la luz, no nos arriesguemos a estar a oscuras.- asentí con una sonrisa agradecida, este le dió un beso duradero en la frente a Elli.- hasta mañana, bonita, espero que puedas descansar.- luego me miró con indiferencia.- tú también descansa.
Donovan: igualmente, gracias por el hospedaje.- asintió y después caminó rumbo a su habitación.- vámonos a la cama, tienes que descansar.
Elli: sí...- dejó la taza en la mesita de centro y después se puso de pie sin quitarse la manta que había sobre sus hombros, la tomé de la mano y juntos entramos a la habitación que Nicolás nos había asignado, abrí las sábanas y ella se metió yéndose de lado de la pared, me tocaba dormir en la orilla.
Apagué la luz de la sala y después cerré la puerta de la habitación, cerré mejor las cortinas de la habitación para que no se viera nada del exterior.
Elli: no apagues la luz...- su voz aún sonaba temblorosa, negué haciéndole sentir tranquilidad, pase una manta más caliente por encima de su cuerpo y me recosté junto a ella.- no te vayas durante toda la noche, no quiero que me dejes sola.
Donovan: no lo haré, puedes estar tranquila, voy a velar tus sueños.- le dí un beso en la frente y la abracé por la cintura pegándola más a mi cuerpo, se acurrucó sin pensarlo en mi pecho.- cuándo despiertes seguiré aquí.

UNA VENGANZA EQUIVOCADA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora