Capítulo 93

255 10 1
                                    

Mi trabajo en la pastelería había terminado por hoy, estaba sentada en una de las mesas mientras esperaba con ansias la llegada de Donovan, los trabajadores ya se habían marchado desde hace una media hora aproximadamente, los cortineros estaban cerrados con candado y había apagado absolutamente todos los aparatos que no eran de mucha importancia.
Busque entre lo más profundo de mi armario y al final elegí jeans de cuero negro y un suéter de color blanco que, al menos ante mi, encajaba, después me coloque unos botines y dejé suelto mi cabello, creo que no es un mal atuendo.
Miré el golpe de unas luces en el cristal de la puerta, después estas desaparecieron, solté un suspiro y guarde mi celular en el bolsillo de mi pantalón, escuché un golpeteo que me aceleró el corazón de inmediato, tomé la pequeña caja con galletas y me dirigí a la salida, Donovan se encontraba de pie con un par de tulipanes, a su lado se encontraba Lucía, a pesar de haber crecido considerablemente, seguía teniendo las mismas facciones, una sonrisa deslumbró su rostro y abrió sus brazos para atacarme con un cálido abrazo, sentí un nudo en la garganta en cuánto la miré, me puse en cuclillas y la abracé con fuerza, tenía los mismos ojos y la misma sonrisa que Uriel, por un momento, lo ví en ella, apreté con fuerza mis ojos y estruje inconscientemente mi garganta para evitar que aquel sentimiento arruinará el momento.
Lucía: tía Elli.- su voz había cambiado un poco pero aún así me alegraba escucharla, me separé un poco de su cuerpo y le dí un beso fuerte en la mejilla.- te extrañe mucho.
Elli: mi pequeña, Lucía, yo también te eché mucho de menos.- sonreí con nostalgia mientras acomodaba su cabello con mi mano libre.- mira, prepare estas galletas especialmente para ti.
Lucía: muchas gracias, eres muy bonita.- hablaba con mucha fluidez, aunque claro que el acento no pasaba desapercibido, se sabía con claridad cuáles eran sus raíces, le sonreí en forma de agradecimiento sin poder dejar de mirar sus ojos.
Donovan: a Lucía se le ocurrió algo sumamente interesante, platicale, mientras cerraré el lugar.- asentí tendiendole la llave, este enseguida la tomó y entró a apagar la última luz.
Lucía: veamos una película juntos, mi tío Donovan compró muchas cosas en el supermercado, hoy me quedaré en su casa.- Donovan salió de la pastelería cerrando con su respectivo candado la puerta principal.
Elli: Lucía me está invitando a mirar una película.- le sonrió a su sobrina con complicidad y después me entregó la llave.- me encanta la idea.
Donovan: ¡Sí, dame esos cinco!- ahora se dirigió a Lucía, la pequeña golpeó su mano con la de Donovan y juntos sonrieron con travesura, me puse de pie, Lucía enseguida me tomó de la mano para llevarme al auto.
Lucía: tío, ¿por qué no le das las flores?- Donovan las miro por unos segundos y después me las entregó.
Elli: muchas gracias, guapo, me sigo preguntado el porque me regalas precisamente tulipanes.- sonreí mientras me subía al auto, luego subieron ellos.- Lucía, hace un tiempo un hombre llegaba a mi trabajo para dejarme un ramo con tulipanes de diferente color, pero ya no lo he visto, me preguntó si estará bien.
Lucía: mi tío me dijo que él te llevaba flores.- miré a Donovan, este aclaró su garganta y fingió total concentración en la carretera.- ¿verdad, tío Donovan?- este no le respondió.- escuché a mi tía Fabiola decirle que te habían entregado los tulipanes que mi tío te había comprado.
Donovan: ¿qué tal si pruebas las galletas que Elli te preparó?- Lucía asintió, mejoró su postura y abrió la caja de un tirón para sacar la primer galleta y comerla.
.
.
.
Estábamos en la sala, la película se había terminado, en la pantalla se deslizaban los últimos créditos, Lucía se había quedado dormida en nuestros brazos con un trozo de melón en la mano, no le había preguntado nada sobre los tulipanes pero era algo que, sin duda, me había dejado intrigada.
Elli: creo que deberías subirla a la cama.- le dije en susurro para evitar que Lucía se despertara. Él se giró y me miró fijamente.
Donovan: tienes razón, la llevaré y regresaré ¿está bien?- asentí, se puso de pie y tomó con sutileza el cuerpo de Lucía, ella ni siquiera sintió aquel movimiento.
Donovan subió las escaleras y desapareció en una de las puertas, mientras tanto, decidí recoger un poco lo que habíamos dejado en la mesa de centro y apagar la televisión, habíamos comido frituras, muchas frutas en trozos y pizza, limpie las migajas y las deposite en el cesto de basura.
Donovan: ella se quedó profundamente dormida, simplemente abrazó su almohada y dejó que la cubriera con la manta.- se apresuró a levantar las botellas de jugo vacías que me había faltado tirar.- ¿y qué te parece mi casa?
Elli: es demasiado cómoda, tiene colores muy suaves, elegiste muy bien.- asintió con una sonrisa agradecida.- ¿Donovan?- se mordió el labio inferior y me miró fijamente.- ¿por qué Lucía dijo eso de las flores?
Donovan: no sé.- burló.- seguramente escuchó cuándo le dije a Fabiola que te compraría flores llegando a Aspen.
Elli: es mentira.- suspiré y me senté en el borde del sofá.- tú no sabías que nos encontraríamos acá, por favor, dime la verdad.
Donovan: de acuerdo.- suspiró resignado, se sentó a mi lado y tomó mis manos entre las suyas.- cuándo regrese a Aspen después de la muerte de mi hermano, fui a una florería que está cerca de tu trabajo y firme un contrato con el dueño para que enviará flores a tu negocio cada cierto tiempo, me dió a elegir y ni siquiera tuve que pensarlo, los tulipanes reflejan lo que tú significas para mi, cada color, sabía que esto de alguna manera te haría sentir tranquila y el dolor en tu alma se calmaría.
Elli: no sé que decirte...- suspiré acariciando sus nudillos, mi corazón latía cómo un loco.- vivía preocupada por aquel hombre que dejaba tulipanes sobre mi mostrador y ni siquiera decía una sola palabra, gastaste demasiado ¿no?
Donovan: no.- aclaró su garganta, por alguna razón no me miraba a los ojos.- quería que tu pastelería estuviese llena de mucho color y brillo.
Elli: te tuve cerca todo ese tiempo y yo ni siquiera me enteré.- sonreí con nostalgia sintiendo cómo un nudo se formaba en mi garganta.- he guardado los tulipanes que se han marchitado en una cajita de madera, creo que mi corazón, aunque no me avisaba, lo sospechaba.
Donovan: ¿no estás molesta conmigo por haberte ocultado eso?- lo abracé con toda la fuerza que había en mi cuerpo, sus manos se entrelazaron en mi espalda y su cara se hundió en mi cuello.
Elli: perdóname por no haberte dado nada que arreglará un poco tu alma, prometo cuidarte y darte más ahora que estás a mi lado.- se separó de mí con una sonrisa que mostraba un poco sus dientes.
Donovan: no es necesario que me des nada, ya lo tengo todo teniéndote a mi lado, solo sigue existiendo y seré feliz.- me besó con delicadeza, una lágrima decidió salir y humedecer su mano que se encontraba en mi mejilla.- mi preciosa.
Elli: tu casa es muy bonita.- intenté ocultar mi timidez observando todo lo que había alrededor, había unos cuadros con fotografías de sus hermanos, de Lucía y de toda la familia junta.
Donovan: ¿quieres ver la decoración en mi habitación?- lo miré fijamente, tenía una sonrisa perversa pero después carcajeo.- acompáñame.- me tomó de la mano y caminamos rumbo a las escaleras, pasó su mano por el interruptor y todo en la parte baja se oscureció, me apresuré a subir las escaleras, ahora yo iba frente a él.
El pasillo que nos dirigía a las habitaciones estaba alumbrado y eso me hizo sentir tranquila, solté un suspiro y miré a Donovan.
Donovan: es la segunda puerta.- asentí, ambos caminamos hacia allá y nos adentramos, Lucía se encontraba recostada en el centro de la enorme cama, abrazaba un peluche y con sus piernas se aferraba a una almohada. A un lado de la cama había un portaretrato que llevaba una fotografía mía, me acerque al pequeño buró y la tomé en mis manos.- tengo un álbum, te lo mostraré algún día.- me giré a verlo, este se acercó y dejó su celular sobre el buró.
Elli: ¿desde cuándo tienes esta foto?- él sonrió con dulzura mientras me quita a sutilmente el portaretrato de mis manos, lo miró con atención elevando ambas cejas.
Donovan: te tomé una infinidad de fotos, por lo tanto, no recuerdo bien desde cuándo.- suspiró.- pero cuándo fui a San Francisco decidí sacarla de mi celular y ponerla en un portaretrato, esta especialmente me encanta, te ves tranquila, tu sonrisa es hermosa y sincera, la puse en mi habitación para mirarte todas las noches, era doloroso porque se trataba de una simple fotografía, sin embargo, te besaba antes de dormir y también lo hacía a despertar.
Elli: no merezco tu amor.- lo abracé con fuerza sintiendo los latidos de su corazón acariciar mis oídos.
Donovan: mereces mucho más aún.- me rodeó con su brazos meciendome de un lado a otro, luego me miró y me dió un beso corto en los labios.- descansemos, seguramente fue un día muy largo para ti.
Elli: de acuerdo, hagamos eso.- nos separamos para dirigirnos cada uno a un extremo de la cama, separé las sábanas y me metí con cautela para no despertar a Lucía, la pequeña solamente se dió la vuelta para abrazarme. Donovan abrió el cajón principal de su buró y sacó una margarita, levantó la almohada en dónde Lucía tenía su cabeza apoyada y colocó aquello debajo.
Donovan: le dije que su papá bajaría de vez en cuando a dejarle una margarita, pero que lo haría cuando estuviese dormida, lo primero que hace al despertar es levantar su almohada para revisar si Uriel bajó a verla.- se recostó con cuidado y se giró hacia nosotras, tomé su mano y acaricié sus nudillos, notaba el brillo nostálgico en su mirada.- gracias estar aquí.
Elli: quiero verte aquí al despertar.- coloque su mano debajo de mi mejilla y cerré mis ojos.- puedes apagar la luz.
Donovan: no, te dije que trabajaríamos en eso poco a poco, duerme mientras tanto, yo velare el sueño de ambas.- se inclinó un poco para darme un beso y después regresó a su lugar, cerré mis ojos sin dejar que quitará su mano de mi mejilla, poco a poco el cansancio se apoderó de mi cuerpo y caí rendida.

UNA VENGANZA EQUIVOCADA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora