Capítulo 98

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Llegué al hospital por la noche pero las visitas no eran permitidas a dicha hora, Noé y yo nos quedamos en un hotel mientras amanecía, durante el transcurso de la madrugada no logré dormir ni siquiera un poco, estuve sentada frente a la ventana observando las nubes que se juntaban una sobre la otra, cuando el amanecer comenzó a mostrarse fue que logré dormir sobre la silla, fue incómodo pero no me importaba en ese momento.
Ahora mismo salí de la ducha, no había traído ropa así que no tuve otra opción más que ponerme la misma, era algo muy poco higiénico pero ahora mismo no quería ir a ningún lugar que no fuese el hospital, me arregle el cabello de la forma más rápida que pude y salí de mi habitación del hotel para dirigirme a la de Noé, toque un par de veces y él enseguida abrió, estaba listo aunque sus ojeras me decían lo poco que había dormido anoche, cerró la puerta con pestillo y después me miró soltando un suspiro.
Noé: te ves terrible.- intentó sonreír pero simplemente le salió una mueca.- vámonos.- asentí, caminamos en dirección al ascensor y presionamos el primer piso para llegar al lobby. 
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Llegamos al hospital en muy poco tiempo, afortunadamente no había tanto tráfico y estaba agradecida internamente por ello, al parecer aún no iniciaba la hora de visitas, llegamos justamente a la sala de espera, Nicolás estaba sentado con sus brazos apoyados sobre sus piernas y sus dedos enredados en los mechones de su cabello, apresuré el paso para enfrentarme a él, nuevamente sentí un pinchazo en el pecho y un nudo que se apretaba con fuerza en mi garganta, se puso de pie al vernos, las ojeras enmarcaban intensamente la parte baja de sus ojos.
Elli: ¿cómo está Ariel?- apretó sus hombros y tensó su mandíbula, sus labios temblaban.- ¿qué fue lo que sucedió? ¿qué han dicho los médicos?
Nicolás: mi hermana fue secuestrada ayer por la tarde, estuvo un par de horas cautiva por Lemuel, el socio de mi padre, no sé cómo estuvo puesto que yo no estaba presente, pero encontraron el cuerpo de Lemuel y el de mi padre sin vida...- sentí que algo se estrujó en mi pecho, Nicolás hizo una pausa breve y secó sus ojos con brusquedad.- Ariel seguía con signos vitales pero ya había perdido mucha sangre, lograron reanimarla una vez estando aquí en el hospital y le pusieron más sangre, sin embargo, el médico dijo que las balas lograron perforar sus órganos causándole hemorragias internas, decidieron hacerle una cirugía para detener el sangrado, hubo algunas complicaciones en quirófano pero lograron terminar la operación, sin embargo, los doctores no dan muchas esperanzas, el estado de Ariel es complicado.- me senté a su lado cubriendome los labios, mis ojos se llenaron de lágrimas al instante y sentí un fuerte pinchazo en el pecho.- las visitas ya comenzaron, sin embargo, sabía que venías en camino y no duré mucho con ella, quería que tuvieras la oportunidad de estar a su lado.
Noé: me gustaría acompañarte, Elli, ¿podemos entrar ambos, verdad?- Nicolás asintió presionando sus labios, sabía el dolor que sentía por la muerte de Pierre, le dí unos golpecitos en el hombro y después me dirigí junto a Noé por el pasillo que nos llevaba a los ascensores.
Antes de acceder a las habitaciones, un guardia nos dió un par de pases y nos pidió que desinfectaramos nuestras manos, también nos entrego un par de mascarillas para cubrir nuestra nariz y boca.
Entramos sigilosamente a la habitación, Ariel parpadeaba con debilidad mientras una enfermera le administraba algún medicamento, su rostro estaba pálido y las ojeras debajo de sus ojos se habían tornado de un color azulado oscuro. Esperamos a que la enfermera terminará con lo que estaba haciendo para poder acercarnos, Noé se sentó a su lado tomando su mano y dejándole suaves besos sobre su muñeca.
Enfermera: ¿el doctor les explicó lo que sucede con la paciente?- negué enseguida prestandole atención.- su estado de salud es crítico, perdió demasiada sangre, tuvieron que hacerle una cirugía de emergencia para detener las hemorragias internas, sin embargo, sus órganos quedaron demasiado vulnerables.
Elli: pero va a recuperarse, ¿verdad?- miró a mi hermana y soltó un suspiro.
Enfermera: solamente un milagro podrá hacer que ella salga del estado crítico, cómo dije antes, su cuerpo está demasiado debil y está recibiendo medicación fuerte, esto sin contar que una de las balas perforó uno de sus pulmones, su respiración podría ser complicada, después de esta visita, la enviaremos a cuidados intensivos y estará en observación hasta que logremos reforzar un poco su cuerpo, pedimos más sangre y le haremos la transfusión mientras está en UCI.
Elli: de acuerdo...- un hilo molesto interrumpió mi voz, ella inclinó un poco su cabeza y después salió de la habitación, Noé se levantó de la silla y me hizo una seña para que me sentará, así lo hice, tomé su mano entre las mías, estaba fría y temblorosa, ella soltó un suspiro y bajó su mirada apagada para encontrarse con la mía, sus labios tenían varias grietas y estaban un poco pálidos.
Elli: no hables, Ariel, tienes que guardar fuerzas para tu recuperación.- intenté ocultar mis ganas de romper en llanto, aunque las lágrimas salían, intentaba no verme tan vulnerable ante ella, quería que sintiera que podía apoyarse en mí.
Noé: sí, mi chiquita, intenta no agitarte, nosotros hablaremos por ti.- pasó su mano por la frente de Ariel, ella apretó sus párpados y una lágrima resbaló por su mejilla.
Ariel: me toca esto...- su voz salió ronca y débil, hizo una pausa para tomar un poco de aire, parecía que el oxígeno que le administraban no era suficiente.- pero tengo miedo...no quiero morir...- las lágrimas se acumularon en sus ojos y se esparcieron por sus mejillas.
Elli: la enfermera dijo que te enviarán a otra habitación en dónde te supervisarán por 48 horas, estarás mejor, te pondrán medicamentos y también recibirás más sangre, nosotros estaremos afuera esperándote.- acaricié su mejilla con la punta de mis dedos, una lágrima resbaló por su mejilla y humedeció mi dedo índice. El sonido que provenía del monitor a su costado comenzó a sonar con más frecuencia, las líneas delgadas comenzaban a bajar y simplemente formaban diminutas curvas, su cuerpo comenzó a temblar, sus manos estaban aún más frías y cualquier expresión de sufrimiento en su rostro se esfumó.
Elli: ¡háblale a alguien, Noé!- él entre su desesperación salió corriendo de la habitación, yo acelere el proceso presionando el botón que se encontraba sobre el pequeño buró, mi corazón comenzó a latir con fuerza, tomé a Ariel entre mis brazos, ya no sentía su respiración, sus ojos habían perdido el brillo y ni siquiera movía ni un poco sus pupilas.- ¡Ariel, quédate conmigo, no te vayas, Ariel!- grité sintiéndome perdida, sentía que mis gritos cortaban profundamente mi garganta pero no me importaba, dejé a mi hermana en la camilla e intenté pasarle de mi oxígeno a través de su boca, sentí los brazos de alguien posarse en los míos, intentaban separarme de ella, me entregaron a las manos de Noé, este me tomó enseguida.
Le hicieron compresiones en su pecho, también utilizaron el desfibrilador para intentar reanimarla, ella no reaccionaba, todo lo que sucedía frente a mí parecía estar ocurriendo en cámara lenta, el doctor a cargo negó con la cabeza y una de las enfermeras se bajó de la camilla.
Doctor: hora del deceso, 8:15am...- Noé y yo nos separamos para correr hasta donde se encontraba mi hermana recostada, las enfermeras y el médico a cargo se hicieron a un lado observándose entre sí, abracé el cuerpo de Ariel tan fuerte cómo el mío me lo permitía, lo estruje exigiéndole que despertará y que me dijera que todo esto era una broma de mal gusto.
Elli: ¡Hagan algo, por favor, pueden salvarla!- Noé acariciaba la cara de Ariel con ambas manos y sus lágrimas caían encima de las mejillas de mi hermana. Me aferré a las sábanas que la cubrían, no era una persona muy religiosa pero las oraciones no dejaban de repetirse en mi mente, sus manos poco a poco se volvían tan frías cómo un cubo de hielo, sus dedos parecían rígidos, tomé sus manos entre las mías para intentar darles un poco de calor y regresarlas a la vida.
Noé: ¡Despierta, carajo, no te puedes ir así cómo así, tenemos un futuro planeado juntos!- su grito desgarrante inundó la habitación acompañado de mi llanto desesperado. Mi hermana ya no tenía el rubor en sus mejillas y sus labios se habían puesto pálidos.

UNA VENGANZA EQUIVOCADA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora