Capítulo 87

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Hoy había sido un día muy productivo, rara vez teníamos que preparar el mismo postre un par de veces y hoy era uno de esos días en dónde la producción era doble, el hombre de los tulipanes nuevamente se presentó para dejar la misma cantidad de flores, ni siquiera aceptaba algo a cambio y tampoco nos decía la razón de tanta amabilidad.
La noche estaba cayendo, las lámparas públicas se encendían y las personas caminaban tranquilamente sobre la banqueta, comenzaba a sentir escalofríos por tener que salir tan tarde del lugar, no era una ciudad peligrosa pero seguía teniendo miedo de encontrarme con Pierre y no poder salir ilesa.
Ariel se había marchado desde hace rato ya que quedó de acompañar a Noé por algunas cosas que "necesitaba", aunque parecía que estaban apunto de tener una cita romántica, no dije nada al respecto, le dí la tranquilidad que me pidió para poder irse antes de tiempo, ella sabía el miedo que sentía al quedarme sola, tuve que fingir que me sentía realmente bien.
Dejé mi delantal colgado en uno de los ganchos y le pagué a cada uno de los trabajadores para que estos pudieran marcharse, enseguida lo hicieron.
Donovan: buenas noches, señorita, me gustaría comprar alfajores de chocolate.- me giré con una sonrisa, vestía completamente de negro y en sus labios había una sonrisa encantadora.
Elli: Hola, Donovan.- salí de la parte trasera del mostrador y le dí un beso en la mejilla.- tengo algunos alfajores para ti.
Donovan: esperaré pacientemente por ellos.- asentí, saque los alfajores y los serví en un pequeño recipiente de plástico, luego se los entregué.- has decorado muy bonito este lugar, veo que tienes muchos tulipanes.
Elli: sí, desde que abrimos un hombre viene a entregarnos tulipanes de diferentes colores cada cierto tiempo, al principio Ariel pensó que intentaba cortejar a alguna de nosotras pero por supuesto que eso no era así.- él soltó una risita y asintió mientras le daba una mordida al primer alfajor.- al principio no quería meter tantos postres, pero Ariel me convenció de que tenía que hacerlo, sobretodo los que mamá me enseñó.
Donovan: tengo que agradecerle.- sonreí, él se olvidó de masticar lo que tenía en la boca y simplemente me miró en silencio por unos segundos.
Elli: estoy apunto de cerrar, no quiero ir a casa tan tarde hoy.- suspiré.
Donovan: sé que estás apunto de cerrar y es por eso que también estoy aquí, te llevaré a tu casa.- me tendió los alfajores y después se limpió sus manos en los bolsillos de su pantalón.- adelantate, me asegurare de cerrar todo.
Elli: no tienes que hacerlo.- reí nerviosa.- vete a casa y yo te enviaré un mensaje cuándo esté en la mía.
Donovan: así me dijiste aquella vez y no dormí por esperar tu mensaje, tuve que hablarle a tu hermana para que me dijera si estabas durmiendo ya.- me miró fingiendo estar molesto, pasó por mi lado y entró a la parte trasera, escuché que hacía algunos movimientos y después la ventana circular se oscureció. Luego sacó el dinero de la caja para colocarlo dentro de una bolsa sellada y la guardó en la estantería bajo llave.- ahora vámonos, parece que hoy caerá una tormenta.- no respondí nada, no tenía caso intentar hacerlo cambiar de opinión, él apagó todas las luces y después salimos del lugar, mientras yo lo esperaba cerca de su auto, él se encargó de cerrar las puertas.
Elli: me gusta cuándo está el clima así y el olor avisa que lloverá.- se acercó moviendo las llaves de su auto y mirando las nubes esponjosas.
Donovan: depende de tu estado de ánimo.- lo miré.- el clima puede parecer precioso cuándo estás feliz pero también puede hacerte sentir aún más triste cuándo tu ánimo está por el suelo.
Elli: ¿y tú cómo lo ves ahora?- abrió la puerta del copiloto regalandome una mirada y dijo.
Donovan: ahora mismo me parece precioso.- ambos nos sonreímos y después nos subimos al auto, él enseguida comenzó a conducir.
En algunas partes de la ciudad las carreteras brillaban por la humedad de la lluvia, las nubes se veían más esponjosas e incluso la llovizna había comenzado a caer sobre el vidrio frontal.
Elli: no sé cómo preguntarte esto...- él me miró por unos segundos y después regresó su mirada a la carretera.
Donovan: puedes preguntarme lo que quieras, Elli, te responderé sin problema.- asentí, miré por unos segundos mis manos nerviosas y después lo miré.
Elli: no tuve la oportunidad de estar contigo durante ese tiempo tan doloroso.- ni siquiera encontré forma de acomodar las palabras para hacerle esa pregunta, él sonrió y después asintió.
Donovan: la muerte de mi hermano fue un momento muy doloroso para mí familia y para mí.- suspiró.- tuve problemas para demostrar lo que realmente sentía y tampoco quería sacar mis emociones a la luz, sabía que Fabiola necesitaba mi fortaleza y sobretodo Lucía, fui lo más fuerte que pude frente a ambas, pero cuándo quería llorar yo no podía hacerlo, me dolía el pecho pero las lágrimas ni siquiera podían salir, estaban atrapadas, mis emociones estaban encerradas en una jaula completamente cubierta de metal, poco a poco comencé a sentir que me ahogaba, las noches eran terroríficas, buscaba a mi hermano en cada rincón, a pesar de ser una ciudad y una casa completamente diferente, lo seguía buscando, sentia que en cualquier momento me volvería loco, Fabiola me convenció de ir con su psicólogo, sabía que si quería volver a ti tenía que mejorar cómo persona, recibí terapias psicológicas y además medicación por la depresión que por mucho tiempo tuve y que no me dí cuenta de ello.
Elli: me alegro mucho de que hayas tomado esa decisión, Donovan, quizás no pedías ayuda porque siempre intentabas ser ese hombre fuerte, inquebrantable, pero en el fondo necesitabas que alguien te ayudará, además, la muerte de Uriel fue algo desgarrante para ti, aún tenías el dolor de la muerte de Hugo.- soltó un suspiro apretando sus labios mostrando unos hoyuelos debajo de estos.
Donovan: ¿y tú?- lo miré confundida, me sonrió con ternura y ladeó un poco su cabeza.- ¿cómo estuviste durante todo ese tiempo?
Elli: ¿debo ser sincera?- asintió.- me dolió demasiado enterarme de que te habías ido, después de salir del hospital seguía pensando que pronto regresarías, después Ariel me entregó tu carta y sentí que todo a mi alrededor dejó de tener vida, miraba a través de la ventana con la esperanza de que tú estuvieras caminando hacia mí, te soñé infinidad de veces y otras ni siquiera dormía por pensarte.- él se detuvo en la entrada de mi casa, apagó el auto y se giró sobre su asiento para mirarme mejor.- Nicolás y Ariel me ayudaron a que todo fuese menos doloroso, cuándo cumplí años Ariel me hizo viajar hasta acá para mostrarme lo que tú me habías regalado, quería rechazarlo pero también sabía que había requerido de mucho esfuerzo, no quería ser malagradecida.
Donovan: lamento haberte causado tanto dolor.- tomó mi mano y me acarició los nudillos con su pulgar.- fue muy difícil para mí tomar la decisión de desaparecer por un tiempo indefinido de tu vida, en ese momento creí haber estado preparado para afrontar el sufrimiento de no tenerte cerca, pero no fue así, cuándo me aleje del hospital sentí que mi corazón, mi alma, mi cuerpo e incluso mi nombre se habían quedado contigo, me sentía completamente vacío por dentro y por fuera, me convencí de que era lo mejor para ambos porque yo no me encontraba bien emocional y psicológicamente, por lo tanto, tampoco iba a ser sano para ti estar con una persona inestable y rota, me dí cuenta de que tú mereces a una persona que sea capaz de llenarte de amor todos los días, mereces a alguien que sea suficiente en todos los ámbitos y que te proteja, y hoy día me atrevo a decir que estoy listo para darte lo que siempre has merecido, pero también respetaré si tu respuesta es un no, no voy a presionarte a tomar una decisión que seguramente necesitas analizar.
Elli: gracias, Donovan, por absolutamente todo.- le dí un beso en la mejilla y ahora yo tomé su mano con delicadeza.- ahora necesito tiempo para pensar las cosas, con esto no digo que ya no siento nada por ti, pero quiero que esta vez todo salga bien y también deseo que ninguno de los dos salga herido.
Donovan: lo entiendo.- me sonrió con dulzura y acarició mi mejilla.- hagamos las cosas bien y el tiempo nos ayudará a decidir.- asentí, él levantó mi mano a la altura de sus labios y después le dió un beso.
Elli: gracias por traerme, ahora te pido a ti que me envíes un mensaje en cuanto llegues a tu casa.- se colocó la mano derecha encima de su frente cómo lo hacen los militares y no pude evitar reír.- nos vemos luego.
Donovan: así será, mi querida Elli.- me bajé del auto y cerré la puerta con sutileza, él abrió la ventanilla para despedirse de mí.- entra primero, no quiero que te quedes ahí sola.- asentí, abrí con rapidez la puerta de mi casa y entré después de mover mi mano en forma de despedida, encendí la luz con rapidez al notar que todo se encontraba a oscuras, cerré con seguro y me dirigí a mi habitación.

UNA VENGANZA EQUIVOCADA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora