Parte 40

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Abrí mis ojos con pesadez, mi cuerpo entero me dolía, no terriblemente pero sí me causaba cierto fastidio, me acomodé mejor para estirar mis músculos y sentí una punzada en mi vientre para luego sentir algo húmedo entre mis piernas, abrí las sábanas encontrándome con una mancha roja desagradable debajo de mí, en el tiempo que llevo aquí ni siquiera me había percatado de que mi menstruación se me había retrasado, la puerta se abrió de golpe y lo único que me quedó fue cubrirme con las sábanas nuevamente.
Donovan: tus galletas ya se terminaron.- entró definitivamente a la habitación, se sentó a mi lado y comencé a sentirme sumamente incomoda.- ¿sucede algo?
Elli: deberías de tocar la puerta antes de entrar.- él arrugó ambas cejas y después elevó un poco la comisura de sus labios.- entiendo que es tu casa, también tu habitación, pero me gustaría tener un poco de privacidad.
Donovan: lo haré la próxima vez.- me froté el cabello intentando que se diera cuenta de que su presencia en estos momentos me incomodaba, un calambre se hizo presente haciendo evidente lo que me estaba sucediendo, me encogí un poco y presioné mis labios manteniendo un poco oculto mi sentir.- ¿qué pasa, Elli?
Elli: tengo un enorme problema y tu presencia es sumamente molesta para mí en estos momentos, solamente quiero entrar al baño y darme una ducha.
Donovan: ¿y por qué no lo haces?- nuevamente me froté el cabello, vacilé un poco antes de contarle lo que me estaba pasando, necesitaría comprar unas cuantas cosas.
Elli: escucha...- suspiré, él se inclinó un poco más para escucharme mejor.- me ha llegado mi periodo, cómo sabes, necesito algunas cosas...me da mucha pena tener que decirte esto justamente a ti...- se puso de pie interrumpiendome.
Donovan: iré a la farmacia más cercana, mientras entra a la ducha y espérame ahí hasta que regrese ¿de acuerdo?- se dió la vuelta y salió prácticamente corriendo de la habitación, ni siquiera le había dicho lo que necesitaba, me quité las sábanas de encima y me levanté sintiendo escalofríos en todo mi cuerpo, recé para que aquel líquido rojizo no sé haya traspasado al colchón, afortunadamente no fue así, quité la sábana y la hice una bolita, despues entré al baño y cerré la puerta con pestillo.
Mientras hacia mis necesidades me quité toda la ropa y también la envolví para encargarme yo de su lavado, sentía calambres muy incómodos en mi vientre y mi temperatura corporal había subido un poco, lo podía sentir en mis párpados.
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Estuve en la tina durante aproximadamente 30 minutos, mis dedos se veían con arrugas y el agua comenzaba a enfriarse, agradecía que el agua de alguna manera cortará mi menstruación temporalmente, escuché unos suaves golpes en la puerta del baño.
Donovan: he traído lo que necesitas.- miré hacia la puerta, me había olvidado de que le había puesto el pestillo cuándo recién entre.
Elli: ¿puedes dejar las cosas afuera?- no escuché ninguna respuesta, sin embargo, podía escuchar el sonido de algunas bolsas, estaba sacando lo que había comprado. Me puse de pie y dejé que el agua se fuera por el pequeño hueco que tenía en un rincón, solo me faltaba lavarme el cabello, abrí la regadera intentando moderar el agua, me coloque shampoo y le dí masajes a mi cráneo tratando de relajarlo, después me encargue de quitar toda la espuma.
Donovan: te pasaré una toalla higiénica por encima de la puerta.- observe cómo el pequeño bulto pasaba con dificultad por encima de la puerta, cuando esta cayó en el suelo, note sus dedos atorados, después desaparecieron.
Elli: ¡Gracias!- cerré el grifo y tomé la toalla para envolver mi cuerpo, ahora tenía que luchar contra el tiempo, ya no estaba en el agua por lo tanto mi menstruación bajaría en cuanto notará la sequedad de mi cuerpo, me limpié cada parte de mi cuerpo y me dirigí al inodoro para ponerme la ropa interior, oh sorpresa, se me olvidó, ni siquiera busque la ropa que me pondría.
Elli: ¿Donovan, estás ahí?- cerré mis ojos sintiéndome apenada por siquiera tener que recurrir a él.
Donovan: sí, ¿pasa algo?- trague saliva y después hablé.
Elli: se me olvidó sacar la ropa interior...¿podrías pasarme algo?- en respuesta solamente escuché el golpeteo de los cajones, estaba buscando.
Donovan: ahora sí tendrás que abrir un poco la puerta, Elli, la ropa no pasará por encima.- me envolví nuevamente en la toalla y me escondí detrás de la puerta, después quité el pestillo y abrí un poco para que su mano pasará, en cuánto me lo entregó, cerré.
Elli: muchas gracias.- me senté en el inodoro y me dejé el calzón sobre mis rodillas para tener el suficiente tiempo de acomodar la toalla higiénica, le quité los típicos plásticos y después la pegué, ahora me sentía un poco aliviada, no tenía nada más de ropa así que no me quedó otra opción que ponerme una de las batas que estaban colgadas en la pared, la até lo mejor que pude y después me dispuse a cepillar mis dientes, cuándo termine salí del baño.
Donovan estaba terminando de tender mi cama, tenía muchas cosas encima del buró, un par de paquetes de toallas higiénicas, chocolates, bebidas saludables, una caja de pastillas y una flor roja.
Elli: ¿por qué has comprado tantas cosas?- reí, él se dió la vuelta al instante y después miró lo que había encima del buró.
Donovan: cuándo mi hermana inicio con su "momento menstrual", me dijo que tenía muchos antojos, me pedía chocolates, frituras, botes de helado, también sufría de cólicos a los que ella llamaba "monstruosos"- asentí escuchándolo con atención.- supuse que tú te sentirías igual.
Elli: bueno, nunca he creído que eso sea una necesidad para mí, pero te lo agradezco.- me acerque a la flor y la tomé con delicadeza, cómo sí fuese a marchitarse con mi toque.
Donovan: esa va fuera del paquete, pasé por la florería de mi hermana para preguntarle cuáles toallas higiénicas eran mejor, de paso le compré una flor...para ti.
Elli: muchas gracias, Donovan.- la puse debajo de mi nariz y respiré su olor natural.- es muy bonita.
Donovan: el desayuno ya está listo, baja en cuánto estés lista.- asentí, él se dió la vuelta, me dió un último vistazo y después salió de la habitación.

UNA VENGANZA EQUIVOCADA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora