Un recopilado de aquéllos vehículos usados antes, durante y después del primer conflicto de escala mundial, de igual modo una explicación a aquellos vehículos opacados por otros más reconocibles.
México nunca había sido un importante productor de armas y siempre había tenido que depender de las importaciones extranjeras para cualquier operación militar importante. Pero el período revolucionario exacerbó la necesidad de armamento. Con esto en mente, un grupo Constitucionalista bajo las órdenes del general Venustiano Carranza, encabezó un proyecto para construir fábricas de armamento para la producción nacional en 1915. Para 1917, la Escuela Militar de Aviación y los Talleres Se inauguraron en la Ciudad de México las Nacionales de Construcción Aeronáutica (TNCA).
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En algún momento entre 1916 y 1917, al sobrino de Carranza, el mayor aviador Alberto Salinas Carranza, se le atribuye haber diseñado un tanque que recibiría el nombre de "TNCA Salinas". Debido principalmente a la citación tan complicada en la que se encontraba el país, sobre todo los constantes combates entre facciones que en la mayoría de los casos causaban más de un revés al gobierno en turno.
La guerra en México no se había limitado a trincheras. En las vastas llanuras y desiertos del centro y del norte, la guerra con caballos y móviles montados seguía siendo importante, mientras que en las selvas del sur se favorecía la guerra de guerrillas, algo no tan bueno para un tanque estándar de la época. El tanque habría sido más adecuado para los múltiples combates urbanos que se produjeron durante la Revolución y para sofocar levantamientos dentro de ciudades o pueblos.
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Externamente, el tanque se parece a los primeros tanques romboidales británicos (como el Mark I), que tenían orugas a cada lado que rodeaban el casco y cubrían toda la longitud del vehículo. Aunque el arma principal se encontraba en la parte delantera del casco del vehículo. Tenía un gran cuadrado a través del cual se disparaba el arma. Parece que el arma no estaba encajada en el casco, sino montada internamente y el escudo original del arma se usó para protección interior. Algunas fuentes afirman que el armamento principal era un revólver Hotchkiss de 47 milímetros compuesto por cinco cañones, también se dice que era de 37 milímetros o uno de 75 milímetros.
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En cada lado, había torretas cilindricas (fijas y no desmontables) para llevar el armamento secundario que consistía en una ametralladora en cada lado. Encima del tanque, había una gran cabina en forma de caja, similar a las del Mark V para el conductor y el comandante.
De la evidencia fotográfica muestra que frente a los patrocinadores había puertas para el acceso de la tripulación en cada lado, lo cual, en combate, habría sido un gran defecto de diseño ya que las ametralladoras no podrían disparar hacia adelante si la puerta estaba en uso; y los miembros de la tripulación serían vulnerables al salir del tanque en medio del combate si la puerta estuviera mirando hacia adelante.
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Las dimensiones no son del todo claras, pero se estima que el vehículo mide alrededor de 7 metros de largo y 20 toneladas de peso. El blindaje del TNCA Salinas se puede aproximar entre 6 a 12 milímetros. Esta armadura estaba remachada y, según las fotos, parece que fue construida sobre un marco interno.
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En el interior habría una tripulación de entre 6 y 8 personas. Un comandante, un conductor, dos o tres tripulantes para operar el arma principal en el frente y dos ametralladores (uno a cada lado). El posible octavo miembro de la tripulación no está especificado, pero podría haber sido un ingeniero.
Se desconoce si se produjeron en serie vehículos adicionales al prototipo, pero es muy poco probable. Existe la especulación dentro de las fuentes de que el tanque podría haber sido desplegado en combate dos veces, aunque esto es muy poco probable. El primer supuesto uso sería en algún período entre 1919 y 1921, durante las últimas etapas de la Revolución Mexicana, y el segundo en 1926 para sofocar a los clérigos católicos rebeldes durante la Guerra Cristera, pero no hay evidencia que lo respalde.
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El Tanque Salinas terminaría su vida operativa en algún momento durante la década de 1930, cuando se convirtió en una caseta de vigilancia o puesto de control fuera de la base aérea de Balbuena, cerca de la Ciudad de México, no muy lejos de donde se construyó originalmente el tanque. El arma principal se le retiro y se desconoce qué pasó con el tanque después de esto, pero lo más probable es que fuera desechado en algún momento más adelante.
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Fue el primer tanque hecho totalmente en suelo latinoamericano.
