Conversaciones - Iida Tenya

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Para la familia Iida era un honor servir a la realeza. Lo habían hecho por generaciones y para Tenya solo era natural seguir los pasos de su hermano y llevar a cabo su trabajo a la perfección. De ese modo, fue asignado como guardia personal de Momo, quien era la princesa heredera al trono y cuyo temple y buen juicio hacía que se enorgulleciera de su puesto y de pertenecer a ese reino.

—¡Te ves preciosa, Yaomomo!

Tenya estaba apostado del otro lado de la puerta, cuestionándose, como siempre, si era buena idea escuchar lo que las dos chicas hablaban en el interior, pero no era su culpa que se oyera todo. Y, muy en el fondo, se conformaba con escucharla trabajando, asegurándose de que Momo tuviera todo cuanto necesitaba.

(T/N) era la dama de compañía de la princesa, pese a su casta baja, y se empeñaba en realizar todas sus actividades a cabalidad y con los mejores resultados. Detrás de su actitud jocosa, era diligente, meticulosa y, sobre todo, leal. Además, cuando le sonreía, Tenya sentía que sus días eran un poco mejores.

En esa ocasión, el reino había realizado un baile en celebración del centenario de su fundación. Acudirían invitados de otros reinos y nobles que podrían participar en los eventos del salón principal, y, en los jardines del palacio, el pueblo podría disfrutar de todos los puestos de comida y actividades que el rey había organizado.

Cuando ambas chicas salieron, Tenya las saludó con formalidad, notando que realmente Momo se veía muy bonita. Sin embargo, sus ojos viajaron a (T/N) y al elaborado peinado que se había hecho, pese a que iba ataviada con su usual uniforme.

Momo se adelantó un par de pasos y ellos la siguieron, hombro con hombro. Tenya se inclinó apenas y dijo:

—Te ves bien.

—¡Gracias! Veo que hoy no llevas tu armadura —comentó ella, tocándose una de las flores que Momo le había colocado en el cabello.

—La princesa solicitó que intentara ser... menos formal, así que esto fue lo único que se me ocurrió. Aludió a que quería que disfrutara del festival porque ella iba a estar con el príncipe Shouto y que él era capaz de cuidarla. Aunque no dudo de las habilidades del príncipe y sus buenos sentimientos, no me siento cómodo con...

—Son amigos desde hace muchos años, ¡claro que podrá cuidarla! Yo también creo que deberías divertirte. Siempre te veo trabajando.

—Lo mismo va para ti.

—Es que para mí es divertido cuidar de Yaomomo —repuso ella.

—Para mí también —repuso Tenya, curvando los labios con orgullo.

La chica rio suavemente y Tenya se halló de nuevo incapaz de apartar la mirada de ella. Iida estaba seguro de que le gustaba. Habían pasado por demasiadas cosas juntos como para serle indiferente. Se habían mostrado sus virtudes y defectos, aunque él apreciaba más los momentos en los que se habían permitido ser vulnerable frente al otro. Sin embargo, no era el momento para enfrascarse en perseguir esos dulces sentimientos.

Pese a las insistencias de Momo para que se divirtieran, la acompañaron hasta que las celebraciones dieron inicio y Shouto empezó a escoltarla mientras el héroe Midoriya se les unía, acompañado de la maga Ochaco y la arquera Jirou. De ese modo, (T/N) se escabulló a la cocina para robarse un pequeño banquete personal y, Tenya, por su lado, prefirió disfrutar del agradable clima de la noche mientras se paseaba —inspeccionaba—, los corredores del palacio.

Cerca de uno de los pasillos que daba a la habitación de Momo, se percató de una sombra que cruzó el hall anexo con pasos ágiles. Inconscientemente, llevó la mano a la empuñadura de su espada mientras avanzaba con cautela. No lo sorprendería si se encontraba con un mercenario, abundaban últimamente, aunque los Yaoyorozu no se habían granjeado enemigos aún.

Quiero estar a tu lado || My Hero Academia x ReaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora