Quiero estar a tu lado || My Hero Academia x Reader

Navidad 2020 - Awase

Nevada

—¡Qué frío está haciendo!

Awase escuchó la voz familiar y ladeó el rostro para ver a la dueña antes de poder frenarse. Sus ojos conectaron por un instante y a él se le derrumbó algo adentro, no supo si su convicción o los sentimientos que se habían arraigado a lo más profundo de su alma.

—¡Pero miren quién es! —dijo con una sonrisa, limpiándose las manos luego de haber colocado una pila de hojas para reciclar donde correspondía—. Yokkun, me alegro de verte.

—Yo también —musitó, acomodándose el gorro debajo del que había conseguido domar su cabello.

—Pues no parece. Mira que casi te vi pasarme de largo, y hace tiempo que no sé nada de ti de no ser por las noticias...

—No... Bueno, he estado ocupado en U.A. y eso...

—Sí, las cosas están duras para los héroes —suspiró, mordiéndose la mejilla por la incomodidad cerniéndose sobre ambos como el cadáver de una relación sin rumbo—. ¿Sabes? No tienes que obligarte a hacer esto si no quieres.

—¿Qué?

—Somos vecinos desde que tengo memoria, y somos, éramos, demonios, no sé, amigos... Lo que sea —bufó al enredarse con las palabras—. A lo que voy es que en U.A. todo debe ser muy genial y seguro tienes amigos nuevos, y no me ofende si consideras que debo quedarme solo como tu amiga de infancia. Solo quiero que sepas que, si necesitas ayuda, ¡puedes contar conmigo!

Le dirigió una sonrisa que le apuñaló el alma y Yosetsu sintió pánico al verla darse la vuelta.

—¡Espera! ¡No es eso! No es... —carraspeó—. Rayos... Sí he pensado en ti —más de lo que debería, se dijo en su fuero interno—. Es solo que el instituto y todo me estresa un poco, y creí que tú...

—Te corto aquí porque te he escrito muchas veces y tú respondes con solo monosílabos —puntualizó, ladeando el rostro para ver su expresión conflictuada.

—Lo siento si te pude haber dado una mala impresión.

—No hay problema. Pero, bueno, creo que vas de regreso a U.A., así que mejor solo te deseo...

—¡Caminemos un rato! —atajó con el corazón martillándole contra las costillas en un retumbar semejante a uno de guerra.

Ella parpadeó, anonadada, pero terminó aceptando. Awase bajó la mirada cuando sus codos se alinearon en un mismo plano para compartir el sendero. El vaho se escapaba de sus labios y la escuchaba castañear los dientes de vez en cuando, pero era poco lo que él podía hacer cuando su corazón era un completo estropicio.

Sin siquiera pedirlo, ella se pegó a su costado y hundió la mano en el bolsillo de su chaqueta. Yosetsu empezó a entender qué experimentaba Kaminari, de la clase A, cuando hacía cortocircuito. Sin embargo, no le molestó el calor intrusivo mezclándose con el de sus propios dedos. Aunque ninguno obvió el sonrojo plasmado en sus rostros.

Fue ella la que empezó a hablar con la misma jocosidad antaña, relatándole sobre sus nuevos amigos y algunos compañeros de secundaria que coincidieron en el nuevo instituto. Y Awase, una vez más, se permitió embelesarse en su voz y su risa, en cada uno de sus gestos.

Sin darse cuenta, terminaron en un mirador, observando la ciudad apoyados de la baranda metálica. Sin embargo, ella de repente tocó un tema que consiguió que todas sus alarmas internas gritaran.

—¡Me quedé de una pieza cuando Nozaki-senpai me dijo que le gustaba! —contaba con el rostro acalorado.

—¿Y qué le dijiste? —preguntó, impetuoso, a lo que ella curvó una ceja y le sonrió.