Quiero estar a tu lado || My Hero Academia x Reader

Navidad 2020 - Shouto

Besos

Cuando pasó frente a la casa, de regreso del hospital, afianzó su agarre en la bolsa de regalo y sacó el celular para escribirle.

11:37: "Puedo ir a tu casa?"

11:38: "Claro ^^"

11:38: "Estoy afuera."

11:40: "Qué...? :O"

La vio correr la cortina de su cuarto y solo alzó la mano para saludarla. Tenía el cabello alborotado y el pijama de corazones le hizo curvar los labios.

Hacía menos de un mes habían empezado a salir, en su primer año en U.A., porque ella le pidió que le diera una oportunidad y él logró comprender que todo eso que experimentaba cuando hablaba con ella quizás era amor. Todoroki jamás pensó en el romance, considerando que no tenía a los mejores ejemplos en casa, pero admitía que disfrutaba de conocerla un poquito más y ver facetas de su personalidad que solo le mostraba a él en la confianza que empezaban a construir en su noviazgo.

Por eso, nunca concretaron nada para pasar las fiestas juntos, porque ella tenía a su familia y él estaba en sus prácticas con Endeavor. Así que no la culpaba por su sorpresa, pero tampoco se arrepentía de irla a visitar.

Al cabo de unos minutos en los que a Shouto le preocupó los estruendos repentinos dentro de la casa, su novia abrió la puerta. Le dirigió una sonrisa tímida con las mejillas sonrojadas, y él sintió que el corazón le daba un vuelco como lo hacía su estómago cuando tenía hambre. Se saludaron cordialmente, ambos un poco reacios porque no sabían cómo proceder.

—Deberías avisarme con más tiempo... —reclamó con un puchero que le pareció adorable—. Ni siquiera me pude bañar... ¡Claro! Lo hice ayer por la noche, pero se suda un montón cuando duermes, así que...

—Me gustó tu pijama —dijo con simpleza para ahorrarse las explicaciones nerviosas que solía darle, viendo su nueva vestimenta más casual—. Esto es para ti.

—¿Eh? No tenías que molestarte, Todoroki —aceptó la bolsa de regalo, tasando el contenido con curiosidad entremezclada con culpa—. No preparé nada para ti; quiero decir, sí te voy a dar algo, es solo que pensé que sería después de Año Nuevo cuando regresara a los dormitorios o en la visita al templo.

—No importa. —Agitó la cabeza, intentando no sonar cortante, como solía hacerlo—. ¿Me vas a dejar entrar?

—¡Sí, pasa! —se apartó y se apresuró a cerrar la puerta tras de sí—. Mis papás fueron a hablar con el jefe de mamá hace un rato y creo que se demorarán un poco...

Al reparar en el significado de sus palabras, las mejillas le ardieron violentamente, aunque tuvo que reprenderse por sus pensamientos pecaminosos al notar la expresión maravillada de Shouto cuando se percató de las fotos pegadas en la pared del pasillo principal. Se retrataba a toda la familia haciendo diferentes gestos, como si fueran felices y disfrutaran de la compañía del otro, contrario a lo que podía encontrar en su casa; se fijó en la expresión de su novia y se preguntó si podría hacerla sonreír así cuando estuvieran juntos.

—Te ves bonita.

Ella parpadeó, ruborizándose violentamente. Lo tomó del brazo para alejarlo de la contemplación de su rostro en las docenes de fotos. Se preguntó si llevarlo a la sala o a su habitación, pero antes de poder decidirse, él habló:

—Quiero ver tu cuarto. Me pregunto si es igual al de U.A. o no... —La miró y alzó las cejas al notar sus mejillas enrojecidas a niveles alarmantes. Extendió la mano derecha para apoyarla en uno de sus cachetes, dejando que el frío fluyera suavemente; sin embargo, pudo ver cómo eso solo empeoró el rubor—. ¿Estás bien? ¿Quieres que vayamos al hospital? Estás muy roja.