Tamaki tenía una contradicción.
Se sentía ofuscado por el sentimiento, que Nejire había catalogado oportunamente de amor, doloroso y a la vez reconfortante que sentía por su amiga. Sin embargo, qué podía hacer cuando Mirio, siempre tan brillante, se robaba la atención de la chica, y ella no dudaba dos veces en irse a hablar con él...
Tamaki sabía que no era nada comparado con su mejor amigo, pero tampoco deseaba darse por vencido aún, porque esos sentimientos en su pecho lo corroían y le hacían tener ideas que a veces lograban originar un espectacular sonrojo en sus mejillas.
Aun cuando quizás ella se convertiría en la novia de Mirio por la cercanía con la que se trataban, no podía evitar anhelar su sonrisa con el corazón en el puño. No se sentía mal por ello, después de todo, él también era un adolescente, y a veces valía la pena desviarse de la meta fija de héroe para distraerse con el hermoso paisaje.
A pesar de ello, ocultó el rostro tras su libro cuando vio a su mejor amigo alzando a la chica de sus sueños en un abrazo. Ella reía y le daba golpecitos en los brazos para que la bajara, pero él hacía oídos sordos a su petición.
—Mirio.
—¿Sí, Tamaki?
—Te dijo que la soltaras —susurró, incapaz de sostenerle la vista sin dejar deslizar sus extraños sentimientos.
—Ah, lo siento, (T/N). ¿Estás bien? —Togata la dejó en el suelo, mientras ella daba un brinco dramático y le sonreía.
—Sí. —Asintió y le dedicó una mirada a Tamaki—. Gracias.
Amajiki farfulló algo, atorándose con las sílabas mientras el rubor en sus mejillas crecía al escuchar las palabras ominosas de Nejire. Sin embargo, todos se distrajeron cuando Midoriya Izuku de la clase 1-A asomó los rizos verduzcos por la puerta abierta del salón.
—B-buenos días —saludó con la voz agudizada, para luego ver a Mirio—. Senpai, ¿podemos hablar?
—Claro, Midoriya. Nos vemos en la cena, chicos. —Mirio se despidió de los tres con una sonrisa, a la par que Nejire se excusaba.
(T/N) empezó a tararear su canción favorita y se dejó caer en el asiento junto a Tamaki, chocando con su hombro sin importarle el estado de petrificación total que adquiría cuando alguien invadía su espacio personal. Apreció cómo el atardecer pintaba la piel pálida de Suneater de un cálido dorado.
—¿Qué lees?
—Es una guía de mariposas. —Hizo amago de cerrar el libro al considerar que era un tema muy aburrido para ella; sin embargo, ella se adelantó y señaló una mariposa monarca.
—¿Son las que migran? Recuerdo haber visto un documental de ellas cuando era pequeña. —Curvó los labios con nostalgia—. Me pareció muy triste que vivieran tan poco... Aunque supongo que el viaje, los paisajes, y las buenas historias de otros animales tienen un precio.
—Es... —Tamaki inclinó el rostro, sin creer que a (T/N) le interesara un tema de ese tipo—. Es una belleza efímera, supongo.
—¿Y a ti cuáles te gustan?
—Las mariposas Morpho azules. Espero ir algún día a Sudamérica para verlas en su hábitat natural —respondió de inmediato, pasando las páginas para enseñarle el espécimen del que hablaba.
—Realmente son azules. —Parpadeó, sorprendida—. Me recuerda a que algunas flores azules significan esperanza. Son lindas.
—Esperanza... —repitió, bajó la mirada, meditabundo, y la observó de reojo; dejándose devorar por sus inseguridades mientras una partecita mínima de su cuerpo lo persuadía de preguntarle aquello que lo tenía inquieto e incómodo desde hacía varios días—. (T/N).
—Ah, ¿sí? —La chica cerró los labios con una interjección al percatarse que una vez más era ella hablando como una cotorra, apenas capaz de escuchar el suave susurro con el que él la llamaba.
Tamaki curvó los labios, soltando un sonido parecido a una carcajada ahogada, para inmediatamente sonrojarse cuando notó el rubor en las mejillas ajenas. En ese instante, le apetecía meterse debajo del escritorio, cerrar los ojos y esperar hasta poder regresar a su habitación. Sin embargo, cuando hizo amago de pararse para huir, sintió los dedos más pequeños encerrarse alrededor de su muñeca.
—De- ¿Decías?
—... —Amajiki separó los labios, incapaz de despegar las pupilas de ese pequeño centímetro cuadro de piel que ella estaba tocando directamente. De hecho, empezaba a creer que tendría que hacer un esfuerzo titánico para que las neuronas no se le fundieran—. T-tú... —Ella lo instó a hablar con un simple apretón de su agarre—. Tú y Mirio están ¿saliendo?
—¿Preguntas o afirmas? —Alzó una ceja, intentando discernir su extraña entonación.
—... ¿Pregunto? —Bajó la cabeza y la metió entre los hombros, deseando que la tierra se lo comiera de una vez por todas.
—¿Por qué preguntas si preguntas? —Rio divertida, dejándolo ir y notando cómo el muchacho empezaba a respirar normalmente—. Pues no, ¿qué te hace pensar eso?
—Es que están muy unidos últimamente, y pensé que quizás...
—¿Serías meloso con tu novia? —soltó de repente, sonriendo cuando Tamaki se coloreó de un rojo similar al de las manzanas de caramelo.
—N-no lo sé. ¿A ti te gustaría que lo fuera?
—¿Tú o mi novio? —repuso, acomodando la mejilla sobre la palma de su mano para verlo mejor, rio enternecida cuando él evadió su mirada. Al notar que su cerebro trataba de procesar la conversación que tenían, siguió hablando—. Mirio y yo solo intentábamos ponerte celoso.
—¿A mí? —Alzó las pupilas con timidez, consiguiendo verla fijamente sin importarle el calor que empezaba a sentir en el rostro—. Y, uhm, respondiendo a lo anterior, ¿yo?
—Sí y sí. —Rio enternecida mientras Tamaki separaba los labios, asentía y desviaba la mirada a un punto infinito de la pizarra en blanco—. Di algo, Tamaki.
—No, solo estoy intentando asimilarlo. En mi mente, todo este tiempo, jamás pensé que tú... Pero ahora... —Hizo un gesto de contradicción e infló un poco las mejillas—. No sé qué hacer.
—No sé, ¿podríamos agendar una cita? —Se encogió de hombros—. También podrías besarme, pero...
—¿Puedo? —Alzó las cejas, sorprendido.
—¿Sí?
—Entonces, ¿te parece si vamos al jardín botánico este fin de semana?
—¿Eh?
—¿No te gusta?
—No, no es eso... Es solo que pensé que tú te referías a... —Tamaki ladeó el rostro, sin entender de qué hablaba.
(T/N) sonrió ante el despiste de ambos y tan solo asintió.
Suponía que el beso tendría que esperar a su primera cita.
¡Muchas gracias por leer!
N/A: Primero, quiero agradecerle a Annette3006 por la idea ^^
Ahora sí, creo que quedó demasiado tierno. Por si se preguntaban por qué Tamaki no oyó lo del beso, es porque estaba pensando dónde llevarla en su primera cita xD
Respecto al capítulo anterior, solo diré que ¡no me arrepiento de nada! Aunque sí me gustaría hacer una continuación, pero primero debo escribirlo.
Solo faltan Midoriya y Todoroki, que espero traerlos mañana o pasado mañana. Luego de eso me sentaré a hacer los pedidos pendientes y otros proyectos que tengo entre manos.
Deseándoles un excelente día,
¡Plus Ultra! >.<
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Quiero estar a tu lado || My Hero Academia x Reader
Fiksi PenggemarPuede que nuestros corazones no latan a un mismo ritmo, que nuestras respiraciones no se sincronicen, o que siquiera la silueta de nuestras sombras se entrelacen. Aun así, ¿es mucho pedir que me permitas estar a tu lado? Serie de one-shots. 𝐀𝐝𝐯𝐞...