Aizawa Shota
Cuando los cálidos rayos del sol empezaban a colarse tímidamente por la cortina que, casi siempre, olvidaban cerrar por las noches, le gustaba dedicarse a inspeccionar las apuestas —de una manera poco convencional— facciones de su pareja. Después de todo, Aizawa dormía profundamente y, cuando lo hacía, parecía estar realmente descansando, a pesar de las escasas horas de sueño que tenía por día.
Apreció su expresión tranquila, arrojando por la borda su eterna cara de fastidio para reemplazarla con una más diáfana. El cabello enmarcaba su rostro y el aroma del champú de la noche pasada aún continuaba impregnado en él. La discreta barba empezaba a salirle luego de un par de días de haberse afeitado y esperaba poder disuadirlo, como siempre, de dejársela demasiado larga hasta parecer alguien a punto de ser deportado.
Sus manos, irremediablemente, quisieron viajar a su rostro para acariciarlo. Sin embargo, de repente, Shota abrió los ojos de par en par, enrojecidos como parecía ser su estado natural. Ahogó un grito.
—Shota, ¡¿por qué abres los ojos como un espanto?!
—Bueno días —murmuró, al siguiente segundo la alarma sonó y el eterno cansancio que cargaba encima volvió a reflejarse en su rostro.
Lo vio sentarse pesadamente, acariciándole la cabeza a uno de los gatos que descansaba sobre sus piernas. Luego, lo retiró con cuidado, viendo cómo el animalito se enroscaba más en su nuevo sitio entre un montón de sábanas desordenadas.
—Haré el desayuno —su pareja dijo animadamente, mientras él aún intentaba quitarse el sueño de encima, realizando su usual rutina de quedarse sentado al borde de la cama, viendo a la nada.
—De acuerdo —dijo, y acarició la mano que le había colocado en el hombro.
Aizawa siempre estaba cansado, y no le sorprendía cuando el héroe tenía todo su horario ocupado, apenas sacándose medios días para no descuidar su relación con alguna cita o una sorpresa. Fue a acicalarse, y rio cuando, al salir de nuevo, se encontró a Shota en la misma posición circunspecta.
—Shota, en serio, espabila. Tenemos que trabajar dentro de una hora.
El hombre se quejó y se estiró; le pareció gracioso que, al mismo tiempo, uno de sus gatos decidiera ser solidario y acompañarlo en su estiramiento. Menos aletargado, Shota se paró y pasó directo al baño, dedicándole una breve mirada de culpa porque toda esa semana se había escaqueado de hacer algún quehacer porque estaba exhausto.
Luego de terminar y buscar unirse a la preparación del desayuno, curvó una ceja al escuchar la radio de Present Mic mientras su pareja batía unos huevos. Se preguntó qué había hecho para poder estar con una persona tan maravillosa y comprensiva.
A pesar de que era reacio a las muestras de afecto, no pudo evitar rodearle por la cintura y darle un afectuoso abrazo. Escuchó su risa, como una melodía, y dejó que recargara su peso contra su cuerpo.
—Muchas gracias por estar a mi lado —susurró Aizawa, depositando un suave beso sobre su coronilla.
—Gracias a ti —replicó con una sonrisa—. Creo que haré más seguido el desayuno si eso te hace tan afectuoso, Shota.
Aizawa puso los ojos en blanco y se separó, pero, antes de que girase, volvió a inclinarse para robarle un casto beso en los labios.
Bakugou Katsuki
Estiró la mano hacia el otro lado de la cama.
Gruñó.
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Quiero estar a tu lado || My Hero Academia x Reader
FanficPuede que nuestros corazones no latan a un mismo ritmo, que nuestras respiraciones no se sincronicen, o que siquiera la silueta de nuestras sombras se entrelacen. Aun así, ¿es mucho pedir que me permitas estar a tu lado? Serie de one-shots. 𝐀𝐝𝐯𝐞...