Epifanía - Midoriya Izuku

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Midoriya había empezado a fijarse en su compañera de clases.

No, no era porque le gustaba y hubiera decidido acosarla. Más bien, le prestaba atención porque ella no dejaba de mirarlo; al principio había sido sutil, pero ahora no se molestaba en fingir. Ciertamente, ella era una de las pocas personas que no se burlaba de él, pero tampoco buscaba hacerle conversación. De hecho, no hablaba con nadie a menos que fuera necesario. Era inteligente y un enigma.

Cuando no estaba escudriñándolo, la podía encontrar con la mirada perdida en el extenso cielo, unas veces azul y otras veces plateado. A veces se cuestionaba qué estaba pensando porque, a pesar de su actitud tranquila y aparentemente aletargada, le intrigaba esa sensación etérea y vaporosa que había empezado a adjudicarle.

Una vez más, volvió a confirmarse que era un completo enigma. Era una persona interesante y no entendía por qué, de repente, se había empezado a fijar en él. Las pocas veces que habían hablado, habían compartido frases cordiales porque ella se había ofrecido a llevarle las impresiones para sus deberes toda la semana en la que se contagió de varicela. No creía que esa pudiera haber sido interesante para ella, y tampoco se consideraba apuesto como para tener otra clase de pensamientos. Después de todo, nadie quería salir con el mukosei.

Sin embargo, sus dudas parecieron esclarecerse un día de verano en su último año de secundaria, durante el módulo obligatorio de natación.

El sol abrasaba y, a pesar de que su piel se había tostado por su trabajo en la playa Dagobah, había buscado refugio en la sombra que una escuálida acafresna podía ofrecerle. El agua todavía goteaba por su cuerpo luego de realizar el primer circuito del día, pero tardaría un poco para cuando tuviera que empezar de nuevo; mientras tanto, podía realizar un nuevo análisis sobre Wash.

Cuando empezó a trazar ideas en su mente, rogando porque no las olvidara para cuando tuviera un cuaderno a la mano para anotarlas ordenadamente, se sorprendió cuando (T/N) se sentó a su lado. Lo hizo de forma casual, con movimientos calculados, recordándole lo quimérica que le parecía. Se vio tentado a alejarse para evitarle problemas.

—Midoriya —atajó con rapidez, notando sus intenciones y sabiendo de antemano que alguien como él era demasiado amable como para hacerle un desaire.

—¿S-sí? —Encogió las piernas, nervioso.

—Has estado entrenando.

—¿Eh? No...

—Hiciste una nueva marca personal en el circuito de ahora. Además, se te nota en el cuerpo —ante eso, Izuku se cubrió un poco, pero ella rio con las pupilas perdidas en las nubes—, y también en la mirada.

—¿En la mirada?

—Sí —asintió—. Dime, ¿sabes cuál es mi kosei?

—Epifanía —susurró, sin poder apartar sus ojos de su perfil, notando cómo una gota de agua remanente pendía de su barbilla, esperando fundirse por el calor del ambiente y de su piel, y halló esa estupidez fascinante de un modo risible.

—Me alegra que hayas prestado atención. —Sonrió—. Sin embargo, siempre hay el malentendido de los que creen que tengo certeza sobre todas las cosas.

—¿No es así? —Alzó las cejas, está vez concentrándose en sus ojos cuando lo encaró—. Recuerdo que tuviste un problema en primero por ocupar los primeros puestos en los exámenes...

—La gente tiende a desestimar mis esfuerzos porque me confunden con una clarividente. No veo el futuro ni el pasado, y, definitivamente, tampoco puedo saber las respuestas de un examen —suspiró—. De hecho, por mi kosei, estudiar se me complica un poco.

Quiero estar a tu lado || My Hero Academia x ReaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora