Navidad - Amajiki Tamaki

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Aclaración: AU sin koseis.

:-:

—Son setecientos yenes —dijo, recibiendo el dinero y entregando el cambio de manera automática, sin siquiera prestarle atención al sujeto dejando la tienda.

Tamaki no podía creer que estuviera trabajando en Navidad —y también tenía turno para Año Nuevo, por lo que tuvo que posponer ir al templo con sus amigos para otro día—. Desde que se había mudado de la casa de sus padres en cuanto entró a la universidad, quiso conseguir un trabajo a medio tiempo para no ser un carga económica para sus progenitores, a pesar de que ellos le insistían en que no lo era, Tamaki no podía evitar ser obstinado y persistir en su empresa. Así que, aparte de Mirio y Nejire, no tenía a nadie más para pasar las festividades, bueno, siendo objetivos, porque sí había alguien más con la que le gustaría estar ese día; aunque, de nuevo, siendo objetivos, no tenía valor de siquiera invitarla a salir.

Suponía que, a pesar de sus esfuerzos de mejorar su innata fobia social, no estaba avanzando ni un poco. Involucrarse sentimentalmente con alguien era arriesgado, porque temía no saber comportarse ante todas las nuevas experiencias que viviría y, más importante, le asustaba la idea de aburrirla por su inseguridad y ritmo lento.

Sumido en sus pensamientos pesimistas, resignándose a perder cualquier oportunidad de avance puesto que ella había viajado al país del que era oriunda para pasar las festividades con su familia y regresar el siguiente año, se sentó sobre la silla frente a la caja registradora, deslizando el dedo por la pantalla de su celular para ver el álbum de fotos del mariposario que había visitado con Mirio hacía unos días.

Las puertas automáticas sonaron y él alzó la cabeza, creyendo que su compañero de trabajo al fin había llegado, aunque él podía manejarse perfectamente bien solo —y, de hecho, lo prefería así—. Sin embargo, abrió los ojos más de lo normal al ver la figura que se aproximaba al mostrador, rauda.

—Feliz Navidad, Tamaki. Lamento la tardanza. —Lo saludó con una sonrisa exhausta—. Asahina-san me pidió que lo supliera hoy porque su hijo está enfermo, al parecer tiene apendicitis o algo así...

—F-Feliz Navidad, ¿no regresabas el siguiente año? —preguntó abrumado por tenerla frente a él, el objetivo de todos sus pensamientos en los recientes días.

—El jefe no quiso extender mis vacaciones, llegué en la madrugada. —Rio—. Hasta tuvimos que adelantar la cena de Navidad porque debía viajar. Pero al menos estoy acá para ayudarte.

—No creo que hoy venga mucha gente...

—¿Estás diciendo que preferirías que no estuviera aquí?

—¡No! Claro que no... Yo... Esto... —A Tamaki le temblaron los labios y se obligó a alzarse la capucha de su suéter morado para ocultar su rostro, a falta de alguna pared cercana donde refugiarse.

—Bromeo —dijo con una sonrisa maliciosa—. Voy a ir a cambiarme. No espíes~

Tamaki se cubrió más entre su suéter, queriendo ocultar el sonrojo delator en sus mejillas. Cuando se supo solo, respiró profundamente, intentando recuperar un poco de su usual sosiego. Sin embargo, cuando por fin su rostro recuperó su color normal, la chica emergió por la puerta con un salto espectacular. Le sonrió abiertamente y se dispuso a reabastecer los anaqueles que se hallaban con pocos productos. Luego de un rato, regresó al mostrador para encender la radio y colocar su emisora favorita.

A Tamaki le sorprendía cómo ella era capaz de teñir de colores el ambiente monótono de la tienda de conveniencia. Tarareaba las diferentes canciones y atendía a los pocos clientes con la misma fluidez. A pesar de ser extranjera, Tamaki descubría en ella matices que le agradaban y la ayudaban a desenvolverse en la sociedad japonesa. En resumen, para él, (T/N) era maravillosa.

—Tamaki, ¿puedes ayudarme un momento? —llamó, colocando una caja en el suelo.

—Claro. —Amajiki dejó la caja registradora y se acercó a ella, procurando disimular el temblor en sus manos—. ¿Qué nece...? ¡Ah!

La chica rio cuando él respingó y ahogó un grito al hallarse con una foto en la nariz.

—No sabía qué regalarte —comenzó, sonriéndole—, así que te traje una postal. Pensé que era algo bonito, pero sin ser demasiado íntimo como para incomodarte.

—Gracias —susurró, sin atreverse a leer la dedicatoria tras la imagen—. Yo no tengo nada para ti...

—No te preocupes. —Agitó la cabeza—. Navidad es época para compartir. Pero sí necesito tu ayuda acomodando las latas de arriba, por favor.

Tamaki se apresuró a acatar su petición, a la par que meditaba sobre el hecho de que sí había querido regalarle algo. Sencillo y poco íntimo, como ella había alegado; un simple portaminas para que cambiara el demasiado usado que tenía. Pero no se atrevió a comprarlo porque si solo imaginarse dándoselo lo ponía nervioso, no quería verse en el momento de la verdad.

—Gracias.

—Sí... Gracias de nuevo por la postal. —La llevó a su pecho—. La atesoraré.

(T/N) parpadeó varias veces, sonrojándose al percatarse de la tenue sonrisa sincera del chico, que hacía deslumbrar el sitio. Tamaki no cesaba de parecerle adorable y en serio le gustaba, solo que no estaba segura de cómo podría acercarse a él sin espantarlo. Era difícil y empezaba a impacientarse, y más cuando él le obsequiaba ese tipo de expresiones sin estar consciente del daño que le hacía a su frágil corazón.

Pero debía actuar y no esperar que las cosas le cayeran del cielo.

—Tamaki —dijo cuando él le dio la espalda.

—¿Sí?

—Te... Te parece... —Bajó la mirada, pensando que se estaba precipitando demasiado—. Uhm...

—¿Ocurre algo? —Tamaki se le acercó, preocupado.

—¡¿Te parece si salimos algún día?!

Amajiki separó los labios. Lentamente, su corazón fue aumentando la frecuencia de sus latidos, a medida que la sangre se acumulaba en sus pómulos, y su cerebro colapsaba, presa de la estupefacción y la vergüenza.

—¿Eh? ¿Hablas en serio?

—Claro que sí, no hagas que lo repita, por favor.

La chica desvió la mirada, en sus mejillas brotando un sutil arrebol. Tamaki asintió una vez, percatándose de que, al igual que él, ella probablemente estaría extremadamente nerviosa por pedirle una cita. Inhaló profundamente, armándose de valor para responder apropiadamente, a pesar de no poder controlar el temblor de su voz.

—¿A dónde te gustaría ir?

—... —(T/N) soltó el aire que había estado conteniendo, a la espera de una negativa de su aparentemente esquivo compañero—. No sé, no pensé llegar tan lejos.

—Uhm... —Sonrió, pensando exactamente lo mismo—. ¿Lo dejas en mis manos?

—¡De acuerdo! —celebró—. Salgamos en nuestro siguiente día libre para celebrar Navidad, a donde tú quieras.

Tamaki asintió. Se observaron varios segundos, sonriéndose y apreciando el brillo que comenzaba a despertar en sus pupilas. Él dio medio vuelta, celebrando internamente la posible situación que podría desarrollarse a futuro; sin embargo, se aseguraría de tener un poco más de iniciativa, se esforzaría al máximo para hacerla sonreír siempre.

Por lo pronto, le pediría auxilio a Mirio y a Nejire.

¡Muchas gracias por leer!

N/A: Ayer no tuve más clases porque no hubo más horas xD Pero ya traje el último capítulo del especial de Navidad que, como siempre, se extendió de más jajaja

Espero les haya gustado~

¡Espero estén teniendo un excelente inicio de año! ¡Y que estén viendo apropiadamente la cuarta temporada!

¡Plus Ultra! >.<

Quiero estar a tu lado || My Hero Academia x ReaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora