Santa - Toyomitsu Taishiro

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Aclaraciones: AU sin koseis (De hecho, todas las historias en el especial serán en un universo sin koseis ^^)

:-:

Vísperas de Navidad. Sin regalos. Y con un sobrino a cargo.

Hacía mucho tiempo se había mudado de la ciudad donde había crecido, por lo que el contacto con su familia se había ido deteriorando de a poco por la distancia de países enteros que los separaban. Por ello no cupo en su sorpresa cuando su hermana, quien se había casado con un japonés en su país de origen, la visitó de improviso por un trabajo, a la par que la dejaba a cargo de su hijo de siete que, cabe recalcar, nunca había visto a su tía.

Por lo tanto, (T/N) no tenía ni la más mínima idea de qué hacer para entretener al silencioso niño. Supuso que un paseo por el centro comercial, comer su comida favorita, y comprarle algún juguete de su gusto no haría de su primera salida con su tía un desastre.

Tatsuya resultaba ser un niño tranquilo, siguiéndola sin pronunciar palabra, apenas viendo un par de cosas que llamaban su atención. A pesar de que el centro comercial estaba repleto, ninguno se atrevía a darle la mano al otro, por supuesto, (T/N) iba pendiente de él, últimamente, la gente se había vuelto loca y gustaba de robar niños; lo menos que quería era tener algún problema con su hermana.

No recordaba cuántas veces habían dado la vuelta a cada piso, y empezaba a cuestionarse si no sería buena idea ir al cine que estaba a un par de cuadras. Sin embargo, sintió un repentino tirón en la manga del suéter. Ladeó el rostro para ver a su sobrino, zarandeándole brazo con la mirada clavada en algo, más precisamente, alguien.

—Oh, Santa... —susurró, viendo al hombre innecesariamente orondo, caminando con una escolta de elfos.

—¿Podemos ir? —cuestionó con timidez.

—Claro. —Sonrió cuando el más pequeño esgrimió una sonrisa tenue, pero alegre. No entendía muy bien cómo funcionaba eso de ser una buena tía, pero creía que podía mimarlo un poco.

Realmente, no le gustaba demasiado eso de acercarse a gente disfrazada por la cantidad de novelas negras y series policiacas que había visto —Mentes Criminales había hecho su magia alimentando su paranoia—. Sin embargo, estaba cuidándolo, nada malo podía pasar.

En cuanto Tatsuya recibió una respuesta, tiró de su brazo para perseguir a Santa. Frenando tan solo cuando el hombre se detuvo al presentir a su pequeño acosador. Se ocultó tras (T/N), mirando con reticencia la sonrisa amplia de uno de los elfos, mientras el otro era casi un espejo del niño, acomodando la cabeza contra un columna.

—Uhm... —empezó la adulta, intentando tomar las riendas en el asunto cuando no estaba acostumbrada a hablar con desconocidos, y menos cuando el par de ojos dorados le robaron el aliento por un segundo, aparte de la estatura gigantesca de Santa—. ¿Podemos tomar una foto?

—¡Claro que sí! —se adelantó uno de los elfos de vibrante cabello rojizo.

—Sin embargo, deben hacer la fila —agregó Santa, mirando con vergüenza la fila enorme que se había formado—. La foto corre por nuestra cuenta, así que no deberían perder la oportunidad.

—¿Podemos? —El niño tiró de su suéter con los ojos brillantes, y (T/N) no se atrevió a negarse, a pesar de que tampoco tenía pensarlo hacerlo.

—Muchas gracias —se dirigió a los tres personajes alegóricos—. Esperaremos.

No supo si eran ideas suyas, pero sintió cómo Santa le sonrió expresamente... Como si le coqueteara o algo así. No tenía problemas con ello, de hecho, admitía que había algo atrapante en él. No sabía qué, pero tenía su encanto. Los tres empleados, cada uno con su derroche de personalidad, le parecieron curiosos.

Tenían a más de cincuenta persona por delante. Estuvo a punto de dejarse ganar por el hastío y desgano que le causaba esperar tanto, parada y sin hacer nada, pero recordó que todo era para ganarse un poco del cariño de su sobrino. Además, podría intentar dilucidar el extraño sentimiento que le provocaba el hombre tras la espesa barba de su disfraz.

El sitio donde se tomarían la foto era una representación del Polo Norte con un trineo de color carmesí sobre un piso de nívea felpa, nueve renos de peluche, y varios árboles cubiertos de nieve falsa con brillantes luces que hacían las veces de hojas; todo protegido tras una valla baja negra y los dos elfos. Creía que las fotografías allí, con tan buena iluminación, quedarían espectaculares.

Habló un buen rato con Tatsuya, descubriendo que dominaba tanto el español como el japonés, que le gustaba leer, y que quería ser astronauta de grande. A (T/N) les fascinó la facilidad oratoria que tenía para su edad, su tranquilidad y su habilidad para no dejarse dominar por sus impulsos ni dejarse llevar por el ambiente eufórico de los demás niños.

Rozando la noche, luego de compartir miradas furtivas con Santa —o su otro apodo que había escuchado por allí: Fatgum—, procuró no mostrar el delator sonrojo en sus mejillas cuando por fin llegaron al primer puesto y él le sonrió con amabilidad y una pizca de cansancio.

—¿Le gustaría tomarse una foto también? —dijo el de cabello rojo y contagiosa sonrisa, mientras dejaba que su compañero, mucho más taciturno, guiara a su sobrino al trineo de Santa.

—¿Eh? —No pudo controlar el bochorno subiéndosele a las mejillas mientras negaba con la cabeza—. N-no... Yo...

El chico se inclinó hacia ella para susurrarle en el oído:

—Pedido especial de Santa.

Se alejó de inmediato, sonrojándose un poco más. Esta vez sin saber si sentirse halagada, avergonzada, o asustada por confirmar sus sospechas de que estaba siendo descaradamente cortejada por un completo desconocido. Carraspeó y volvió a rehusarse.

—No hay problema. —El elfo sonrió con energía infinita.

—Aquí tiene... —El otro elfo habló en un quedo susurro, entregándole la foto que mostraba a Tatsuya sonriendo y a Santa imitando su gesto sin mostrar rastro alguno de agotamiento, y a su sobrino. Se colocó en cuclillas y curvó los labios tenuemente, palmeando su cabeza—. Feliz Navidad.

—¡Feliz Navidad! —exclamó el niño, despidiéndose de los tres y dando saltitos de alegría hasta tomar la mano de su familiar para alejarse un poco—. ¿Qué te estaba diciendo el señor elfo?

—N-no era nada importante —titubeó, sin creerse que no había pasado desapercibida por los perspicaces ojos del niño.

—¡Oh! Santa me pidió que te diera esto. —Le tendió un papel doblado tres veces.

La mujer recibió el encargo, apresurándose a abrirlo con dedos temblorosos mientras Tatsuya se concentraba en las coloridas carátulas de los videojuegos que se exhibían en una tienda. Soltó una ligera carcajada al leer el contenido del mensaje:

"¡Feliz Navidad!

Quería dejarte mi número, pero no quiero sonar desesperado, tampoco asustarte, o que pienses que soy un donjuán o, peor, un posible acosador. Así que me conformaré con decirte que salgo hoy a las ocho. Si no me reconoces sin traje, puedes llamarme por los altavoces como persona extraviada. Soy Toyomitsu Taishiro.

P.D. Si me das una oportunidad, me gustaría intentar eternizar tu hermosa sonrisa."

—¿Ocurrió algo bueno? —cuestionó el niño.

—Quizás —lo meditó unos segundos—. Puede que me decida a descubrirlo hoy. Después de todo, este Toyomitsu Taishiro parece ser una caja de sorpresas.

¡Muchas gracias por leer!

N/A: ¡Feliz Navidad a todos! Se suponía que esto sería más largo, pero a la final me decanté por dejarlo como está.

No sé... Yo probablemente declinaría la invitación de un completo desconocido, y más uno disfrazado de Santa, si me invitara a salir xD

Creo que lo que más me gustó de escribir este OS fue Kirishima y Tamaki jajaja

En fin, más tarde traeré a alguien más, no estoy segura quién porque estoy entre Bakugou, Shouto y, sorpréndanse, Shigaraki.

¡Espero estén teniendo un excelente día, cuídense y no olviden hacer sus deberes!

¡Plus Ultra! >.<

Quiero estar a tu lado || My Hero Academia x ReaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora