capítulo 28

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Amelia, se dirige hacia la salida, pero antes de marchar, se gira y dice.
- Lo olvidaba , tengan esta es la dirección donde se celebra la cena y el baile a continuación, recuerden que es dentro de 3 horas.
Amelia le da a Paula un pequeño papel donde está anotada la dirección y sale de la casa.
Paula mira a Carmen y comenta a Carmen.
- Creo que tenemos que arreglar nos para ir a una cena y un baile, te apetece arreglarte aquí o vas a ir a tu casa y te pasó a buscar.
Carmen mira a Paula y contesta.
- Creo que me puedes prestar alguno de tus vestidos para ir a la cena y al baile, te sigo a la habitación para escoger la ropa , darme una ducha y prepararme.
Se van hacia la habitación ambas amigas pensando que se van a poner para ir.

En otra ciudad, Albert que está tomando una copa en el salón de su casa, oye unos gritos, asustándose y dando un brinco en el sillón en el que se encuentra sentado.
Unos pequeños llegan corriendo y se esconden , a continuación entra Mary muy enfadada y pregunta a Albert.
- Donde están , no los proteges, está vez los mato y no me importa lo que me haga Karen.
Albert, extrañado pregunta
-  ¿A quienes te refieres, que ocurre?.

Mary toda furiosa se acerca a Albert,mientras va señalando a su cabeza.
- No te atrevas a reír te dice Mary muy seria.
Albert mira y conteniendo la risa con un gran esfuerzo y mirando a Mary, pregunta.
-  ¿Te has tenido el pelo, porque esos colores.?

Mary mira furiosa a Albert y responde.
- Esto es obra de los angelitos de tus sobrinos, pero esta vez los mato, dice echando chispas por los ojos al mismo tiempo que mueve los brazos y las manos gesticulando .

Al no encontrarlos, se va a buscarlos por otra parte de la casa y cuando ya Albert comprueba que Mary no está cerca, les dice a los pequeños.
- Ya podéis salir, vuestra tía no está aquí. Se puede saber porque les pusisteis el cabello de esos colores, pillastres.
La pequeña contesta
- Tío, tú siempre dices y mamá también que la tía Mary tiene que poner color a su vida y nosotros quisimos ayudar, está mal querer ayudar un poco, tío.

Albert, contiene la risa, pero le cuesta muchísimo y al final no puede más y empieza a reírse a carcajadas limpia sin poder parar.

Los pequeños esperando enfrente de él a que les contesté.
Después de varios minutos, al final puede dejar de reír y aguantando la risa responde a la pregunta de los pequeños.
-Cuando hablaba de ponerle un poco de color a la vida de la tía Mary, no me refería a pintarle el cabello, creo que tenéis que pedir perdón a vuestra tía y aceptar el castigo que os imponga aunque si le explicáis porque lo habéis hecho tal vez no sea muy dura con vosotros dos.

La pequeña mira a su tío y a continuación añade.
- Es que no hemos sido nosotros solos,  nuestros primos también ayudaron, pero sólo un poquito, dándole los toques finales, a que quedó muy guapa la tía Mary, dice la pequeña con cara de inocente mirando fijamente a su tío.

Albert, que había estado aguantando con mucho esfuerzo no puede más y vuelve a reírse y está vez con más ganas que antes.
Los pequeños no entienden nada y se quedan de nuevo parados esperando.
Albert, se sienta y no para de reírse ya que la imagen de Mary, así como la explicaciones de los pequeños , es demasiado para poder estar serio con los pequeños.

A continuación aparecen los hijos de Albert, y se unen a sus primos y les pregunta.
- Queréis que juguemos con lo que nos trajo la tía Ann?.

Estos asienten y salen corriendo hacia la sala de juegos.

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