capítulo 114

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Este capítulo está dedicado a una persona que me ánimo a escribir esta novela, gracias a ella a sus consejos, ánimos , sigo con ella, también es como un pequeño angelito diablillo , aparte he comprobado que pasamos ya de 1k, por lo que sigo diciendo gracias, esto sigue siendo increíble y anima a seguir, espero que guste, sino por favor decírmelo para corregir , muchas gracias, a todos buenos días.
Ahora el capítulo de hoy.

El señor Orson decide no moverse porque piensa que si el preso cree que no se puede mover, le dejara en paz.
Pero el preso es muy listo y no se traga el teatro del señor Orson, así que decide que el señor Orson debe comprender que no puede permite le reírse de él.
Se vuelve a acerca y lo levanta de nuevo y con la mano totalmente cerrada le da varios golpes más unos en la cara, otros en el estómago hasta que el señor Orson está vez queda totalmente hecho un muñeco y ya no puede ni moverse y sólo hace que quejarse pero muy bajo ya que no quiere recibir más golpes ni que se fijen en él.
El preso se queda mirándolo fijamente y le dice.
- Creo que aún no hemos acabado, pero tenemos tiempo para seguir así que ni te muevas, esta claro.
El señor Orson asiente muy despacio y lentamente ya que cualquier movimiento le produce mucho dolor.
Los otros presos están callados y nadie se atreve a ayudar al señor Orson porque no quieren que el preso la emprenda a golpes con ellos.

Mientras el detective, sigue mirando los papeles y sigue teniendo muchas dudas sobre el señor Orson.
El agente que se encuentra en la zona de las celdas mira la hoja donde se encuentra anotados todos los datos de los distintos presos.
Repasa los datos , así como las notas que han puesto a pie de página los compañeros de cada caso.

En la celda, uno de los presos mira al señor Orson y después mira al resto de los presos y se acerca a uno de ellos y le llama la atención pero sin que los otros se den cuenta.
-  ¿Crees que debemos ayudarlo?.
El otro le mira y dice.
- Si no quieres acabar peor que él no lo hagas, ese no vale la pena, es la peor joya de la comisaría, se tiene bien ganada la paliza.
El preso se calla , lo vuelve a mirar y le dice al otro preso.
- Estas seguro, no parece mala persona.
El otro le mira y le dice.
- Si. Yo estaba justo al lado cuando llegó y oí como con gran aire de superioridad exigía que el comisario jefe le atendiera inmediatamente y que detuvieran y sancionarán a los agentes que le habían traído detenido cuando él era una víctima nada más. Aparte empezó a decir que él no era una basura como todos los que estábamos aquí, fue en ese momento cuando el detective salió y al escucharlo se dirigió hacia él y tuvo que mandarlo callar.

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