FREEDOM Levi x Reader | Levi y tu| EN EDICIÓN

Reunión

¿Cuantos días han pasado?... he perdido la cuenta...

La mano que alguna vez sostuvo una espada y salvo a los olvidados de la sociedad en unos días se había vuelto débil mientras tomaba la fecha.

Sonrió tristemente arrojando el calendario y arropándose entre las frías sábanas... Tres días...habían pasado sólo tres días, juraría que llevaba por lo menos dos semanas allí.

La luz no entraba en aquella habitación en donde apenas habíia una cama, algunos muebles y libros que la mantenían levemente cuerda, pero probablemente su objeto favorito en aquel cuarto era un conejo de felpa.

La puerta se abrió dejando entrar a las sirvientas quienes sin dirigir palabra alguna comenzaron a limpiar la habitación, cambiaron las sabanas y limpiaron la sangre que aún aún tenía en la espalda así como los fluidos del conde entre sus piernas. La vergüenza no pudo ser peor nadie sentía pena por ella, un golpe seco junto a ella tampoco la inmuto—Disculpe—susurro una de ellas quién había tirado el florero de madera, comenzó a limpiar mientras el resto salía.

  — Condesa por favor tómelo—  dijo la chica cuando sus compañeras hubieron salido.

Mire a la empleada quién secaba el suelo a la vez que ofrecía un elegante pastel, seguro ella y el cocinero habían acordado aquello, después de todo llevaban tres días con una dieta a base de proteínas en forma de jugos y algunas ensaladas, pero si se enteraban los matarían.

— Te  ejecutarán por esto.

— Nadie merece pasar por esto—  suspiro— mucho menos usted. 

Me arrope un poco comiendo el pastel desesperada, se sentía bien poder comer algo que no supiera a basura, limpie todo rastro y agradecía, la mujer comenzó a salir.

  — ¿Cual es tu nombre?

— Aleen... no soy buena peleando ni muy inteligente pero por lo menos puedo hacer esto.

Giro rápidamente pero la puerta ya se había cerrado— Aleen....—  rebusco en sus más profundos pensamientos, hace años cuando Sombra acababa de llegar al cuerpo había rescatado a los hijos de una prostituta un niño y una niña su nombre era Aleen llena de pecas y una piel sutilmente morena, había crecido en este tiempo—  Me alegro—  susurro  en su propia pena, la entrada de la chica en la habitación le había recordado porque se había entregado, sollozo tristemente para darse cuenta de su terrible vida pero recordó todo lo que conllevaría y algún día sus seres queridos podrían ser libres.

Tomo uno de los libros intentando calmar todo lo pasado cuando después de probablemente unas horas entro un chico que tendría cuatro años más que ella, de piel porcelana y cabello castaño vestido de caras telas, su aspecto era el de un perro rabosos furioso todo el tiempo y engreído, había librado tantas batallas como ella y su experiencia no sería en vano pero definitivamente ellos jamás podrían congeniar, se odiaron desde la primera vez que se vieron en la fiesta de cumpleaños que los padres de ______ organizaron en shiganshina hace ya más de diez años.  Fue probablemente el que insulto más a Armin, a su hogar y a ella misma. Jamás imagino que aquel pedante niño sería su futuro esposo; Las cosas no fueron mejores cuando llego a la corte real, siempre tuvo todo lo que quiso y nada le parecía suficiente todos eran un juguete para el era inalcanzable ante todos con excepción del rey. Tuvieron la oportunidad de entrenar juntos un pequeño periodo de tiempo.

Solía actuar encantador ante los pomposos mercaderes o los altos cargos pero era una persona cruel y despiadada quién se enorgullecía de su rango.

Azoto lo puerta mientras se acercó rápidamente, cerro los ojos intentando olvidar lo que había pasado esas tres noches, tiraron fuertemente de su cabello— Maldición peínate— acerco sus rostros a la fuerza mientras lentamente lo miró aún tenía  una vendoleta en la mejilla y entonces una terrible bofetada le rompió el labio trago sus ganas de llorar pero sus ojos se cristalizaron— Oh, vamos, tu me hiciste algo peor— dijo tocando la venda— pero tu puedes curarte ¿no es así demonio?