FREEDOM Levi x Reader | Levi y tu| EN EDICIÓN

Herencia

Ese día  fue como si el mismo infierno al que fueron sometidos durante años, ese día en esa víspera  sintieron la ira de una nación  humillada, la ira de más  de un siglo de  dolor, la ira de toda una vida sumida en miseria. Y, la ira de dos padres a quienes le quitaron  a su único  hijo.

Aquel día  pudo ser distinto, tal vez había  personas  que no lo merecían,tal vez había  humanos buenos pero ese día la ira de todo una vida se levanto sobre aquel grupo,   no se metieron con campesinos  que clamaría  justicia ante el cuerpo de su hijo, o nobles que  llorarian  la perdida esperando no ser ellos quien  hiciera el trabajo sucio. Tomaron a aquellos dos quienes vivieron  una y otra vez  terribles situaciones, aquellos quienes se hundieron lentamente  en la oscuridad para después  encontran una luz, una luz que juntos la volvieron  más  brillante y más  hermosa pero ellos la apagaron como  si no valiera nada, como si no mereciera ni siquiera  existir. Sí, no clamarian misericordia, no llorarian  esperando un milagro ellos harían  justicia con su propia mano y aun  así  nada bastaría  para calmar el dolor que jamás  podría  abandonarlos.

Los soldados enemigos fueron testigos con gran sorpresa y un temor indescriptible  como ese ser humano que parecía haber pactado con el peor de los demonios ( si es que se le podía  siquiera considerar humano) rompía  cada segmento, cada fibra y cada milimetro de piel del titan mandíbula. Hace años  que nadie había  visto la agilidad con la que Levi podía  hacer aquello, manchando con sangre y restos  aquel paraje impidiendo  la salvación  enemiga.

Es un demonio.

Fue la primera vez que vieron a un humano acabar con un titan  con tal rapidez  y simpleza como si el mismo  mal  se lo hubiera ordenado eso solo sirvio para reafirmar sus creencias: Ellos no son más  que demonios.
Jamás  se detuvieron a pensar que ese demonio tenia sentimientos, una vida, una esposa y un hijo.

Su corazón  se lleno de angustia, horror y sus piernas se congelaron al ver al azabache de apenas 1.60 bañarse  en la sangre de aquel titan quien ni por poco le dio  pelea en ese estado, era tal fácil  como si cortara pastel o... tan fácil  como apretar el gatillo.

Entre aquella  confusión  antes de poder ordenar la retirada dos hombres un pálido  que marcaba la llegada de la muerte con su paso y el experimento que se escapo hace años  los atraparon enviando puntas de lanzas con sincronía  a sus pantorrillas clavando y asegurandolas con fuerzas. Tiraron de ellos despojandolos de sus armas y aunque intentaran cortarlas las sogas eran una aleación  de cristal titanico y obsidiana pero no los mataron de forma inmediata, por otra parte los  entrelazaron entre si apretando sus brazos y con ellos sus esperanzas de salir con vida con esa soga y los dejaron allí  esperando nada en absoluto.¿En donde estaba la muerte para ellos?

La titan se levanto y tomo el humeante cadaver del titan enemigo, el humo apresurado probablemente era señal de que el portador había  escapado, en otra ocasión  eso hubiera importado pero en ese instante no valia nada. Sólo  era un cascarón  vacío  de titan y dentro él  un cascaron vacío  de un humano; Sin alma, sin vida.  Sujeto cada parte de la mandibula y la abrio con fuerza rompiendo los pocos ligamentos que quedaban mientras la sangre de los vasos sintéticos  se vaciaba en sus manos, no era para nada  una escena agradable de ver para aquellos  quienes serían  juzgados.

Dejo el cuerpo en el suelo como si ya poco importara, como si de una piedra se tratara acción  que desconcerto a Levi quien  no conocía  lo ocurrido y eso era lo mejor pues en esos cortos minutos  en su mente y en su corazón  su hijo seguía  con vida.
Entro  con el corazón  agitado y pronto este se calmó al encontrar por fin a su hijo, corrio a su dirección  y lo tomo en brazos. Por fin estaban juntos nuevamente-¡Livius!-no podía  expresar con palabras o acciones la felicidad de tenerlo nuevamente - Mamá  y papá  estan aquí...- pero en cuestión  de segundos su felicidad fue reemplazada por ira, dolor y el peor hueco  que pudiera concibir se hizo realidad.  Observo  como la sangre brotaba de su pequeño  vientre, sus ojos permanecian cerrados, en sus tobillos pudo ver los moretones que las cadenas que le aprisionaban dejaron, mientras sus brazos rodeaban su cuerpo noto con detenimiento cada pequeña  costilla como si hubieran intentado matarlo de hambre.