Ese 0.001% de probabilidad

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— ¿Ocurre algo?— Lendro aguantaba  el pequeño dolor de cabeza y el silbido lejano en sus oídos  como un profesional— Pareces cansado.

24 por otra parte  experimentaba las mismas sensaciones las cuales le comento, Sombra era inmune a eso por lo que era su deber  ser sus oídos y cuidar de ellos pues los ponía en una situación un tanto delicada el estar en aquel bosque. Propuso quedarse a comer, de toda formas ya era hora. Pescaron algunas carpas en un río cercano. Esto era  fácil para Sombra  pero  ver a 24 hacerlo era como ver a Livius intentar pescar con las manos por supuesto pocas cosas le daban risa y solo lo animo a enseñarle como debía hacerlo. Sonrió con amplitud al pescar uno bastante pequeño.

Cocinaron un pequeño banquete, mucho más  de lo que 24 podría haber esperado probar alguna vez en su vida, ni siquiera cuando viajaba con los soldados de mare comía así, ni siquiera ellos lo hacían para si mismos—¿Realmente esta bien hacer esto? 

— ¡Aquí hay otro filete para ti!— Sombra a diferencia de la primera vez que le vio parecía feliz cocinando, miró a su compañero sonriente el cual   miraba   el cielo satisfecho por la comida.— Se sentó a su lado.

—Sí, esta bien... no sabes cuando será tu ultima comida— saco con facilidad las espinas de la carla con una precisión quirúrgica, miró su reloj y advirtió que tenían 42 minutos para terminar  y así encontrarse  a tiempo con su comandante.— Se que debes tenerles miedo, se lo que es vivir así pero... créeme  ellos no tienen ni idea a lo que se enfrentan y esa es nuestra ventaja, nuestra comandante no es ni por poco algo que deba tomarse a la ligera.

— ¿Porque no me mato? Yo... ayude a capturar a su hijo.

— No por deseo propio— Leandro comenzó a quitar sus  rastros— Fuiste obligado y naciste en un lugar sin opción... para ti debe ser nuevo pero por más difícil que parezca ella es la clase de persona que no te juzga sólo por lo que dices ser o lo que otros te implantaron como futuro al nacer. Me tienes de ejemplo, a los ojos de todos era un traidor que venía de Mare pero ella no vio sólo eso y gracias a eso no fui ejecutado. A diferencia de los soldados de tu país con grandes complejos de superioridad y cargos poco manchados. Si vivieramos en Mare no seríamos considerado ni siquiera objetos de valor  creo que esa es una de las diferencias que pude ver en todo este tiempo aquí y el tiempo en Mare... me preguntaba ¿Porque mis enemigos me han perdonado y mis aliados me han torturado? Me costo entenderlo cuando era más joven y ahora lo sé.

— ¿Qué es?— Leandro le dió un golpesillo en la frente: Averígualo.


Unos minutos después ya se encontraban de camino al punto de reunión con Levi. Ahora para descanso del caballo de Leandro 24 iba con sombra— ¿Puedo preguntar algo?

— ¿Es sobre mi rostro?— sí, le vio mirarlo un par de veces pero lo que alguna vez le causo tanto conflicto ya no era más que una sombra del pasado, al escuchar una pequeña e incomoda afirmativa, trono un poco su cuello y se lo dijo— Nací en un orfanato, a  muy corta fui secuestrado para  que vendieran mis órganos a altos precios, creo que fue la primera vez que mate a alguien— suspiró—  no quiero entrar en muchos detalles,  me converti el el ciervo de los hombres que los comercializaban, la comandante tenía como objetivo eliminarlos y con ellos a quién hacía el trabajo sucio, pase  largos años  cortando cuerpos y extrayendo órganos de niños... a cambio me prometieron proteger a mis amigos del orfanato y no matarme— trago saliva— Los mate a todos... y nunca lo supe pues tapaban sus cabezas y los amordazaban, crecí con miedo  a ellos y jamás me negaba lo que me pidieran, odie cada maldito segundo hasta que... un día ya no  odie nada, nada me causaba terror, ni asco ni  ira, ni alegría. Ni  mi habitación llena de ratas, ni mis harapos,las sobras que obtenía de vez en cuando  y se volvió algo normal...olvide por completo que estaba vivo y en ese momento sólo era una herramienta.Una vez decidí  ver el rostro de uno de ellos y fue tal vez el peor y el mejor error que he cometido en mi vida. Intente matarlos pero mi miedo me traiciono, viví mucho tiempo a sus sombras. Cortaron mi piel para poder coser más que solo mis labios y me lanzaron a lugar donde  los cuerpos se pudrían y unos días después una mujer apareció— rió— No era un ángel ni una princesa como de quienes leí en pequeños cuentos antes de ser capturado, no, ella estaba  vestida de negro  y apestaba a sangre, su manos aun mantenían ese vivo color que la caracteriza, tenía miedo e hice lo único que sabía hacer pero falle y asumí que me mataría lo merecía por todo el mal que cause.

FREEDOM  Levi x Reader | Levi y tu| EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora