La Escort

Una rana

Pov Calle

Baje a buscar a Poche y me di cuenta que estaba sentada en el comedor junto a mi familia. Camine despacio hacía donde estaba ella, me coloque detrás de ella sin que se diera cuenta y le di un beso en su mejilla, sabía que eso la enojaba y amaba verla enojada.

- amor, ¡Aquí estás!, Te estaba buscando — Le dije con una sonrisa en mi rostro.

Poche entrecerró sus ojos y negó lentamente con la cabeza.

- Amor es que tú te tardas mucho en el baño, se que eres muy estreñida, entonces baje con tu familia porque sabía que te ibas a tardar.

Mi familia se rió de mi al escuchar la gran mentira que dijo Poche, fingí que también me causo gracia su chistesito y me senté al lado de ella.

- deberías de ser payaso amorcito— le dije en un tono bajo, donde solo ella pudiera escucharme.

- ¿Tú crees amorcito?, Quizá si, apuesto que disfrutaría más estar en un circo que estar aquí soportandote.

- ¿Así? Pues creo que disfrutas mis besos más que a nada en el mundo amorcito — le dije con una sonrisa fingida para que mi familia no notará que estábamos discutiendo.

- ¿Disfrutar tus besos? Jajaja, no me hagas reír, tu besas como una vaca comiendo pasto.

- ¡Oh, dime que no dijiste eso chaparra del mal! — Le dije muy ofendida por lo que me acababa de decir.

- la verdad duele amorcito.

- ¡Retractate!

- ¡No!

- ¡HÁZLO!

- ¡NOOO!

Poche tapo su boca con sus dos manos al darse cuenta que había gritado muy fuerte al igual que yo, mi familia nos veía raro, me sentí incómoda al sentir la mirada de mi familia sobre nosotras. Mi papá tosió incómodamente y gracias a Dios, llegó Meche a tiempo con la comida.

- Que cosas no, dicen que donde hay peleas es donde hay más amor — Mi abuelo comento con una sonrisa mientras partía su carne con el cuchillo y tenedor.

Sentí mis mejillas arder, tome mi copa de vino y me la tomé de un solo tragó. Aún me sentía ofendida por el comentario de la enana.

Pov Poche

Después de que almorzamos Calle subió a la habitación sin dirigirme la palabra, se que se molestó por lo que le dije, le di en donde más le duele... En su ego. Pero es que es tan odiosa a veces, que solo quiero quitarme la calceta del pie y colocarsela en la boca para que se Callé.

Subí a la habitación para pedirle una disculpa por lo que le había dicho, no quería estar peleando con ella y menos en un lugar donde con la única que puedo hablar en confianza es con ella. Me acerqué a la puerta de nuestra habitación y me detuve al escuchar murmullos dentro de la habilitación, camine lentamente hacia la puerta, pegue mi oreja a la puerta para escuchar quien estaba en la habitación con Calle.

- Calle, me hacías falta.

Fruncí el ceño al escuchar la voz de una mujer en la habitación.

- lo sé, pero sabes que con la universidad no me da tiempo para nada.

- Entonces no pierdas más el tiempo y bésame.

Sentí un dolor punzante en el pecho al escuchar eso, me arme de valor y entre a la habitación. Me di cuenta de que Calle tenía contra la pared a una de las muchachas de servicio de la casa, sentí mi sangre hervir y actúe por puro impulso.