El sol y la luna.

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Pov Calle

La atrapé entre mis brazos, ella luchaba por zafarse pero yo la apretaba con más fuerza.

- ¡Calle, nos vamos ahogar! — No paraba de reír mientras luchaba por zafarse de mi agarre.

- jaja, Poche tú corres peligro de ahogarte hasta incluso cuando lloras.

- ¡Eres una imbécil Daniela! — Poche me vio sería y después me echó agua.

Nos empezó a dar frío ya que prácticamente nos estuvimos un largo rato dentro del agua, salimos del mar y coloqué una de las toallas que había traído encima de la espalda de Poche para que no le diera frío.

- Calle tengo hambre — Poche me dijo con un puchero en sus labios.

- Vamos a la casa, te prepararé algo — Le dije colocándome la toalla.

- ¿Sabes cocinar? — ella me preguntó y yo arqueé una ceja.

- Poche, soy Daniela Calle yo sé hacer de todo — le presumi y ella rodó los ojos.

Poche empezó a caminar dejándome atrás, no pude evitar ver su trasero, era grande y tonificado.

- ¡DEJA DE VERME EL TRASERO! — reír y corrí para alcanzarla.

- Debo de admitir que estos camarones te quedaron ¡Muy bien! — Poche me dijo bebiendo de su limonada.

- te lo dije — Le guiñe el ojo.

Poche y yo nos levantamos de la mesa, nos lavamos las manos, cepillamos los dientes y le propuse ir a caminar un rato a la playa.

Caminaba a su lado sobre la blanca y tibia arena del mar, nunca antes había sentido esto pero... Quería y tenía la necesidad de tomar su mano con la mía, ella estaba distraída observando todo a su alrededor. Poco a poco fui rozando mi mano con la suya hasta que tome el valor y tome su mano con la mía. Poche giro a verme y bajo su mirada a nuestras manos entrelazadas, me sonrió y me dio un reconfortante apretón. Agradecí que no me dijera nada y que siguieramos caminado de la misma forma.

Nos cansamos de caminar y nos sentamos a la orilla del mar para poder ver el hermoso atardecer.

- ¿No te parece lindo? — Poche me preguntó viendo al horizonte.

- ¿Que cosa? — Le pregunté mirándola fijamente.

- Los atardeceres... Es decir el sol se oculta y deja que la luna brille en su lugar y después la luna lo hace y...

- No te estoy entendiendo — Le dije con cara de WTF.

- ¡Shhh! — Ella me calló — Lo que quiero decir es que... La historia de amor del sol y la luna es muy linda...Un día Dios llamo al sol y a la luna para asignarles una tarea a cada uno, Dios le dio la tarea al sol de brindar luz y brillar durante el día, y a la luna le dejó la tarea de brillar únicamente por las noches para que el mundo no esté en completa oscuridad, haciedo que el sol y la luna no pudieran estar juntos. La leyenda cuenta que cuando hay eclipse es porque el sol se escapa a la alcoba de la luna para poder vivir su amor (y viceversa) y que el brillo de la pasión de ambos es tan intenso, que si alguien decide mirar al cielo en el momento que estén juntos, podría quedar cegado por tanto amor.

Sonreí al verla contar esa historia, lucía tan emocionada. Me acerqué a ella, tome su mano y plasme un corto beso.

- Eso quiere decir que no importa las dificultades que tengan que pasar el sol y la luna, ellos siempre están destinados a encontrarse y estar juntos — le dije y Poche colocó su mano en mi mejilla y me miró a los ojos.

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