Decepción.

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Pov Poche

Me sentía muy feliz, no podía dejar de cantar en ningún momento, solo podía pensar en ella, en que nos hemos dado una segunda oportunidad para amarnos como lo deseamos y eso me hace feliz, enserio no hay nada mejor que estar con la mujer que amas.

Entre a mi casa, estaba a punto de subir las escaleras pero la voz de Mariana llamo mi atención.

- ¡Vaya vaya!, hasta que la perra callejera llegó a su casa, ¿Acaso no recuerdas que tienes que avisar por lo menos, que andarás de puta por ahí? — Mariana se levantó del sofá, caminaba con una estúpida sonrisa sarcástica hacía a mí, yo estaba contando internamente hasta diez para poder calmarme.

- Si de perras hablamos, tú eres la peor de todas Mariana, además ¿Desde cuándo tengo que darte explicaciones de mi vida? — Mi corazón se aceleró, me sentía muy molesta en este momento.

- ¿Sabes que? Ya no te diré nada... Mejor que sea tu padre el que lo haga, JUAN CARLOS — La estúpida de Mariana llamo a mi padre, sentía tantas ganas de borrarle esa sonrisita estúpida.

Mi padre venía bajando las escaleras, cuando se dio cuenta de mi presencia me vio muy molestó y aceleró sus pasos.

- ¿Porque vienes hasta ahora María José? ¿Ahora vives en la Calle o que? — Mi papá me dijo en un tono duro, estaba muy molestó.

- ¿Y desde cuándo yo te importo papá? — Le dije en reproche — tú solamente te preocupas por la zorra de Mariana y...

- ¡No la llames así, respetala porque ella ahora es tu madre!

Sentí mi mejilla palpitar, mi papá me había pegado muy fuerte en mi mejilla, mi padre se había atrevido a golpearme por defender a Mariana, no lo podía creer, ¿Cómo fue capaz de llegar a ese extremo?. Miré a mi padre con desprecio y decepción, me dolía mucho su actitud y ahora no sé si algún podré perdonarlo.

- ¡Ella no es y jamás será mi madre! Madre solo es una y lastimosamente ella ya no está aquí, ¿Pero sabes que papá? Quédate con Mariana al fin y al cabo has demostrado que ella es más importante que tus hijas — Le recrimine.

- ¡No digas tonterías María José! Soy tu padre y como tal te debo corregir — mi papá me dijo tratando de acercarse a mi pero yo retrocedí para que no me tocará.

- Me voy de la casa, ya no puedo seguir soportando tanta falsedad e hipocresía.

- Si te vas... No volverás a poner un pie en esta casa María José — Cada palabra de mi papá perforaba mi corazón, no podía creer en lo que se había convertido.

- No es necesario que me lo digas, la única que me importa es Vale y pronto me la llevaré conmigo.

- MARIA JOSÉ...

Lo ignoré y corrí hacia mi habitación, entre y azote la puerta, tome mi maleta, comencé a guardar mi ropa en ella junto con mis cosas más importantes, como el retrato de mamá y mis ahorros entre otras cosas. Salí de mi habitación y baje las escaleras.

La estúpida de Mariana tenía una sonrisa de satisfacción en su rostro, mi padre ni siquiera tenía el valor de verme a los ojos. Lo peor de todo esto era que mi papá está cegado por alguien que estoy segura que no lo ama, ojalá que ella nunca le pagué mal y sobre todo que mi papá no tenga la necesidad de arrepentirse de lo que está haciendo en este momento. Miré por última vez a mi padre y salí de la que antes consideraba mi hogar.

Me quebré, empecé a llorar desconsoladamente. No sabía que hacer, estaba muy abrumada con la situación, en lo primero que pensé fue en Calle. Tomé mi celular y la llamé, en este momento la necesitaba más que a nada en el mundo.

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