La Escort

La sobrina de Santiago

Pov Calle

¡Oh santo cielo!, Mi amor eres...¡Hermosa!, Es que aún no puedo creer que tanta belleza quepa en un cuerpo tan pequeño — Le dije al verla lucir un hermoso vestido tallado de color melocotón, con su cabello suelto con ondas de medio a puntas.

- Calle...¿Ya vas a empezar a molestarme por mi estatura amor? — Poche me dijo con un puchero muy tierno el cuál besé.

Amaba molestarla y hacerla enojar, me gusta la forma en la que frunce su nariz y lo roja que se pone cuando se molesta por alguna tontería.

- Amor... Tú sabes que siempre serás mi chaparra hermosa — Le dije con una sonrisa, tomé un mechón suelto de su cabello y lo coloqué detrás de su oreja.

Poche me sonrió al mismo tiempo que negó con su cabeza, colocó su rostro en mi pecho, abrazo mi cintura y me pegó a su cuerpo, haciendo que mi cuerpo sintiera una corriente eléctrica.

- ¿sabés de que tengo ganas? — Le dije pegando mis labios a su oído.

Poche se quedó un rato en silencio, levantó su rostro y me miró tímidamente a los ojos.

- ¿De qué tienes ganas amor? — Ella me preguntó.

Sonreí maliciosamente, yo sé que ella sabía lo que quería, pero sé que se rehusaba a dármelo a pesar de que ella lo deseaba tanto cómo yo.

- Tengo ganas de hacerte mía está noche — Le dije bajando mis manos a su trasero, acariciándolo de arriba hacia abajo con sumo cuidado.

Sentí como ella se había puesto nerviosa por mis palabras, podía ver la batalla interna que tenía en contra de ella misma en este momento.

- Ca-calle... No, tú estás castigada y eso no será posible, quizá sí te portas bien durante esta semana te recompense, pero después de lo que has hecho no te lo mereces — Poche me dijo tratando de alejarse de mí, pero yo la pegué más a mí cuerpo.

- Yo sé que me deseas igual o más que yo a ti — le dije pasando mi lengua detrás de su oreja y después tomando con mis dientes el lóbulo de su oreja, escuché como jadeó, sonreí al saber que había conseguido lo que quería.

- ¡CALLE Y POCHE, YA VINO SANTIAGO, APRESURENSE POR FAVOR! — Escuche la voz de mi madre detrás de la puerta de mi habitación, no puedo creer lo oportuna que es mi madre, Poche estaba de lo más feliz por la interrupción, pero yo no.

- ¡Ya bajamos mamá!— Le dije tratando de no sonar molesta.

- ¡Ok, Santiago vino con su sobrina! Dense prisa.

- Al parecer hoy será una noche muy larga — Le dije a Poche refunfuñando.

- Eres una bobita amor, mejor apúrate a cambiarte, te espero en mi habitación, me daré unos últimos toques y bajamos juntas ¿Te parece? — Poche me preguntó pero no le respondí.

- ¿Te parece? — Poche me volvió a preguntar y yo asentí con un puchero.

Poche salió de mi habitación y me dejó solá, se que después de la manera en la que Poche reaccionó hace rato, ella vendrá a mis pies esta noche, yo ya no haré nada, ya insistí demasiado, vamos, solo me tomé una cerveza y además ni pele a esa chica, porque yo no tengo ojos para nadie que no sea mi umpalumpa azul.

Sabía que hoy debía provocar a Poche, así que me coloqué unos jeans rasgados y una blusa crop top que tenía un descote en forma de "V" que dejaba ver mis  abdominales, se que a Poche la vuelve loca mi vientre, me senté en mi tocador, me aplique mi maquillaje, solo faltaba el toque final... El labial. Me vi al espejo y sonreí al ver lo hermosa que me veía, vamos... Soy Daniela Calle ¡Es obvio que siempre luzco hermosa!