Valentina

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Pov Calle

Amor ya quita esa cara, simplemente me vas a enseñar a manejar a nuestra consentida — Escuché a Poche diciendo, como que si fuera la cosa más fácil del mundo.

Y además...¿Acaso escuché bien? Dijo, nuestra consentida, ¡Nues-tra!, No eso sí que no.

- Amor...¿Sabías que mi consentida es como tú? — Le pregunté provocando que ella frunciera el ceño y me viera confundida.

- ¿Porque dices que es como yo? — Poche me preguntó alzando una ceja.

- Porque así como a ti, no la comparto con nadie amor, yo te compro una motocicleta si quieres — Le dije sacudiendo una pelusa de su hombro.

Poche volvió alzar la ceja y negó  rápidamente.

- amor no seas exagerada, tú estás más preocupada por la motocicleta que por mí, yo me puedo caer y hacer raspones ¿No piensas en eso? — Poche me dijo en tono de reproche.

- obviamente que si amor, por eso te comprare una motocicleta y le pondremos llantitas en la parte de atrás para que no te caigas, ¿No es genial mi idea? — Le pregunté, ella rodó los ojos y refunfuño.

- ¡Que gracioso amor! Quizá debas volverte comediante o quizá algo mejor, algo como...¡Monja!, Digo ya que no tendremos sexo por semanas y con lo adicta que eres y...

No podía creer que Poche me chantajeara con algo tan sagrado como el sexo.

- aparte de chaparra me saliste chantajista — después de ver la cara que me hizo Poche, me arrepenti rápidamente de haber dicho lo que dije.

- Daniela Calle, no voy a discutir esto, voy a manejar a la consentida y ¡Punto! ¿Alguna objecion? — Poche me preguntaba.

- Ninguna amorcito — Le dije con una sonrisa obviamente fingida.

No podía creer como pase de ser la Daniela Calle rompe corazones a la Daniela Calle gobernada, pero bueno creo que así es el amor, el es el que manda.

Poche tocó la puerta de la casa de su papá, la puerta se abrió lentamente y nos mostró a una Valentina muy feliz de vernos, se tiró a los brazos de Poche quien la recibió muy gustosa.

- ¡Hola Poche!...¡Hola Cuñis!, Pasen adelanté — Vale nos invitó a pasar, caminamos detrás de ella.

- ¡Hija! ¡Daniela! Que gusto que ya hayan llegado, porfavor tomen asiento — Juan Carlos nos dijo con una sonrisa de felicidad, el llevaba puesto un delantal, se notaba que estaba cocinando — Les estoy preparando un pollo al horno que me va a quedar riquísimo — Juan Carlos nos dijo muy emocionado.

- Vaya, ¡Al fin hay paz en esta casa! Ya no huele a zorra — Poche dijo derrepente, le di un codazo en la costilla y ella se quejó.

Juan Carlos, hizo una expresión triste y sonrió.

- Tienes razón hija, la casa está mucho mejor ahora porque estás tú — Juan Carlos le dijo a mi chiquita provocando que se sonrojara.

- Gracias papá.

- Bueno iré a seguir preparando la comida y después nos sentamos a platicar.

Juan Carlos nos dijo, seguido de eso se retiró a la cocina.

Mire que Valentina me estaba mirando mucho, me estaba analizando y confieso que me hacía sentir nerviosa.

- ¿Porque miras tanto a Calle pulga? — Tal parece que Poche se dio cuenta.

- Es que aún me cuesta creer que ustedes dos andén juntas, antes eran como el agua y el aceite y ahora... Ahora son como el pedo y el trasero.

- ¡VALENTINA!

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