La Escort

Un mal día.

Pov Calle

¡AMOR, APÚRATE QUE VAMOS A LLEGAR TARDE!

Estaba dando vueltas y vueltas en el mismo lugar de la sala porque mi querida novia no se apuraba y yo iba a llegar tarde a la universidad.

- Ay hija, jamás pensé verte así jaja, no sabés cuánto lo disfruto — Mi mamá se burlaba de mi mientras tomaba su taza de café.

- Puedes reír todo lo que quieras madre, andá ríe mucho más — Le dije a mi mamá en forma de reclamó.

- No seas dramática Dani, además te recuerdo de que hoy vendrá Santiago a la casa, a cenar, así que hoy tú cocinas hija — Mi mamá se fue huyendo al sofá después de decirme eso.

Abrí mis ojos como platos, no es posible que yo tenga que cocinar justamente hoy.

- ¡Oh, no madre! ¿Porqué no pides pizzas y ya? — Le pregunté tratando de no perder la poca cordura que me quedaba.

- ¿Y perderme del buen sazón que tiene mi hija al cocinar? ¡Ni loca! — Mi mamá me dijo con una gran sonrisa.

Caminé hasta la pared más cerca que tenía, y me empecé a dar ligeros golpes en la cabeza una y otra vez, no lo podía creer, hoy no era mi día, ¡Definitivamente no lo era!, Mi novia se tarda siglos en cambiarse, llegaré tarde a la universidad, hoy le doy su primera clase de manejo, hoy viene Santiago a la casa, yo debo cocinar...y lo pero de todo...¡No tendré sexo por esta semana!, Yo y mi bocota, pero yo soy así, me gusta molestar y Poche es una bebé llorona que no aguanta nada.

- Amor...¿¡Qué te pasa!?, te vas a lastimar — Escuché la voz de Poche, pero la ignoré y seguí pegándome en la pared.

- ¿Y ahora que le pasa a Calle, Mafe?

- Es que está muy emocionada porque hoy deberá cocinar para la cena.

Escuché las risas de las dos mujeres que me torturan el día de hoy.

- Mi amor cocina ¡Delicioso!, Ya estoy anciosa por la cena.

- Yo también hijita, yo también.

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- Calle ¿Qué te pasa? Tienes una cara de trasero fruncido que está para fotografia — Juana me dijo llegando a mi escritorio y viendo detenidamente mi rostro.

Crucé mis brazos y solté un suspiro profundo.

- Hoy no es mi día Juana banana, no tengo sexo, mi madre me obligará a cocinar y para cerrar con broche de oro hoy empezaré a enseñarle a Poche a manejar motocicleta, ¡A mi consentida! — Juana me dio leves golpes en mi hombro en señal de compación.

- Querida amiga lo que necesitamos es un par de cervezas para olvidar los problemas — Juana me dejó pensando, no me caería nada mal tomarme una cervecita.

- ¿Y las clases? — Le pregunté con sumo interés.

- Las clases no se irán, nosotras sí,  así que no te preocupes por eso Calle, después nos ponemos al día — Juana me dijo guiñando un ojo.

- ¿Y mi novia? — Le pregunté preocupada.

- Poche no se va a enterar, ya te dije que será solo una cervecita, después tomamos leche para que se te pase el olor y ¡Listo!, Además sexo ya no tienes — La idiota de Juana se empezó a reír de mi — ¿Qué puedes perder?

- Tienes razón Juana banana, además regresamos antes de la hora de salida, así me voy con Poche a la casa — mi cara se iluminó al ver que era el plan perfecto.

- Pues entonces, no perdamos más tiempo y vamos por esa cerveza — Le dije cerrando mi casillero y colocándome mi chaqueta.

- ¡ASI SE HABLA CARAJO!, Así de paso veré si consigo un nuevo novio, desde que terminé con el estúpido de Javier, me hace falta una buena cogida.