Dieta del sexo.

11.8K 793 161
                                    

Pov Poche

Abrí mis ojos lentamente, me gire para poder abrazar a Calle pero me di cuenta que su lugar estaba vacío, fruncí el ceño y seguido de eso hice un puchero, ella sabe que no me gusta despertar sin verla a mi lado, lo sé lo sé, ambas dormimos en habitaciones separadas, pero siempre nos escapamos por las noches para poder dormir juntas. Mi celular empezó a sonar y sonreí al ver que era un mensaje de mi papá diciéndome si podíamos llegar a casa hoy, Calle y yo, rápidamente abrí su chat y le respondí que sí, que contará con nuestra presencia, después de responderle me di cuenta cómo la puerta de la habitacion se abría despacio y demostraba a una Daniela distraída tratando de entrar lo más silenciosamente posible con una bandeja que llevaba un delicioso desayuno.

- Despacio Daniela, tienes que sorprenderla — Calle se decía a ella misma en un tono muy bajito.

- ¡Buenos días amor! — le dije de lo más emocionada y con una sonrisa, Calle se sobresalto y derramó un poco del jugo de naranja en el piso.

Me empecé a reír al ver la cara que Calle puso, ella hizo un puchero, camino hasta mi en la cama, dejo la bandeja en la mesita de noche, apoyo su rodilla en la cama y se inclinó donde yo estaba para darme un corto beso en los labios.

- ¿Sabés? Detesto que arruines mis sorpresas, siempre te levantas tarde y hoy casualmente que me digo a mi misma, Hermosa, guapa, divina y talentosa Daniela... Debes levantarte temprano para hacerle un desayuno sorpresa a tu novia... tú, chaparra del mal, te levantas temprano, eso no es justo y para desquitar mi enojo me comeré uno de tus waffles.

Calle tomo uno de mis waffles y se lo llevó a la boca, haciendo gestos para presumirme lo delicioso que le había quedado, me crucé de brazos y resoplé enfadada.

- ¡Oye! ¡Ese es mi waffle! — Le reclamé como niña pequeña.

Calle me sonrió y dejó otro corto beso en mis labios, no puedo creer la suerte que tengo al tenerla como novia, creó que sí Calle supiera el efecto que tiene su sonrisa en mi, no dejaría de sonreír nunca, aunque a veces creo que sabe que su sonrisa es una de mis debilidades, porque mi mayor debilidad son sus labios.

- ¡Sorpresa amor! — Calle dejo la bandeja en mis piernas, había un plato con unos huevos con tocino, los waffles, la fruta picada, el jugo de naranja y una rosa roja.

Tomé la rosa, la olfatee, le sonreí a Calle, coloqué mi mano en su mejilla y le hice ligeras caricias.

- ¡Gracias por mi desayuno amor! Eres la mejor...escúchame bien, ¡La segunda mejor novia del universo! — Le dije después de meterme una cucharada de huevo a la boca.

- ¿La segunda? — Calle me pregunto alzando una ceja y viéndome sería.

-  Sí, la segunda, porque la primera amorcito, ¡soy yo! — Le dije bromeando a Calle.

- ¡Ush, tan boba! — Calle me dijo rodando los ojos.

- ¿Sabés amor? Hoy mi papá me envió un mensaje y me escribió si podíamos llegar a su casa a comer — Le conté a Calle.

- ¿Y que le dijiste amor? — Calle me preguntó recostandose en mi hombro.

- Le dije que si amor, pero no sé si tú querías ir — le dije un poco apenada porque no le había preguntado.

- Yo iré a donde tú vayas amor, así que por mí no hay problema, es más...me alegra de que tu papá quiera recuperarte a ti y a Vale eso es muy lindo mi amor — Calle me respondió con una sonrisa muy tierna.

Tomé un trozo de sandía y lo lleve a mi boca, me quedé pensando en la relación de Calle con su papá, desde ese día que fuimos a la casa de su abuelo ella ya no ha vuelto a tener contacto con él.

La EscortDonde viven las historias. Descúbrelo ahora